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Se estrena ‘Faraway Land’, un documental que retrata la vida cotidiana de los refugiados atrapados en Grecia

La vida después de huir de la guerra

Este martes se estrena en Madrid ‘Faraway Land’, un documental rodado en Grecia que retrata el día a día de una serie de personas que han huido de la guerra en Siria y Afganistán y la relación que mantienen con voluntarios europeos que han acudido a ayudarles.

Fotograma del documental que muestra a un refugiado en Grecia.
Fotograma del documental que muestra a un refugiado en Grecia.

La espera, los anhelos, el dolor por la separación de sus seres queridos, la nostalgia por el hogar perdido, la incertidumbre ante el futuro... Todo ello queda reflejado en 'Faraway Land', un documental rodado en Grecia por un equipo de cinco jóvenes españoles y dos mexicanos que se acaba de estrenar. La cinta se rodó en Atenas durante el verano de 2017. Unos meses antes se habían cerrado las fronteras y miles de refugiados habían quedado atrapados en la ciudad, a la espera de ser reubicados en otros países. Las cámaras reflejan el día a día de estos refugiados así como de otras personas que decidieron dejar a un lado sus comodidades para acompañarlos.

La película se centra en cuatro historias de personas refugiadas y su relación con voluntarios europeos

“Lo que hicimos fue estar un mes allí y grabar su cotidianidad, con su alegrías y sus tristezas”, explica Beatriz Jiménez, creadora del proyecto, quien destaca que esto es lo que diferencia ‘Faraway Land’ de “otros reportajes y documentales que nos sumergen en la globalidad del problema de la guerra y los refugiados pero no nos acercan a los rostros y las vidas de estas personas”.

En concreto, el documental se centra en cuatro historias reales, que tienen como protagonistas a refugiados y voluntarios de las ONG: Una madre con cuatro hijos a su cargo que sale adelante gracias al apoyo de una voluntaria canadiense; un refugiado afgano y una voluntaria española que se enamoran; un artista sirio al que una voluntaria belga anima a sacar el máximo provecho de su talento; un hombre mayor, sumido en la desesperación y sin fuerzas para inciar una nueva vida.  Sobre estas cuatro historias, Jiménez recuerda una anécdota: “Cuando hicimos uno de los primeros pases de la película en un colegio mayor, una de las residentes me preguntó: ‘¿Cómo habéis conseguido un guión tan bueno?’. Yo le respondí: ‘¡No es un guión; es la realidad!’”.   

“Buscábamos historias de amistad entre voluntarios y refugiados que fueran representativas de lo que se puede encontrar allí, es decir, de distintas edades, distintas circunstancias...”, comenta el codirector y editor de ‘Faraway Land’, Josemaría Anglés, quien añade: “Estamos muy saturados de información sobre refugiados pero son realmente pocos los españoles que ha  podido conocer directamente a alguna de estas personas”.

“Son iguales que nosotros”

Según Anglés, el documental permite al espectador darse cuenta de que los refugiados no son seres extraños. Es exactamente la misma experiencia que los creadores de la película tuvieron cuando se encontraron con estas personas por primera vez: “Cuando llegas allí y les ves cenando o tocando la guitarra, piensas: ‘son iguales que nosotros, lo único que les diferencia es que han nacido en un país que ahora está en guerra y han tenido que huir’”, afirma Anglés.

“Estas personas han vivido un drama. Están en duelo. Y lo que le ocurre a una persona que está en duelo es que si la dejas sola se va muriendo poco a poco”, destaca Jiménez, que asegura a muchos de ellos la acogida de los voluntarios europeos les ha proporcionado esperanza. “Nos quisimos centrar en lo bonito y a la vez dramático que es vivir una amistad con ellos”, añade.  Para la creadora del proyecto, la relación entre voluntarios y refugiados "es la relación entre Europa y Oriente”.

Los voluntarios son para los refugiados la otra cara de Europa: personas que acogen y no fronteras cerradas

La idea de hacer ‘Faraway Land’ surgió un año antes, en el verano de 2016, pocos meses después de que estallara la  crisis de los refugiados sirios. Beatriz Jiménez viajó para trabajar como voluntaria en los campos de refugiados de Malakasa y El Pireo. Lo que allí vio le conmovió profundamente: “El campo de Pireo es horrible. Allí viven unas 5.000 personas. Cuando yo fui había 3.000 y vivían en tiendas de campaña y en muy malas condiciones, no había comida y encontrabas a  niños con conjuntivitis y otras enfermedades. Dependían de los voluntarios que les llevaban alimentos”.   

Tras un tiempo trabajando en los campos, Jiménez llegó a una conclusión: “Me di cuenta de lo importante que era para ellos ver que había europeos que les acogían. Éramos la otra cara de Europa. Europa no era solo una tierra de fronteras cerradas sino también los voluntarios que habíamos viajado hasta allí para ayudarles.  La amistad que surgió les daba mucha esperanza. Entre algunos voluntarios y refugiados empezó a darse una relación de hermandad". Por eso, esta estudiante de Periodismo volvió a España con deseo de hacer algo más, aunque no tenía claro el qué. “Empecé a darle vueltas a la idea de volver para realizar un reportaje fotográfico. Para mí lo más importante esa captar la humanidad que no salía en los medios”.

Entonces, habló con Josemaría Anglés y Albert Escuder, que ya habían hecho el documental ‘Rodando al destino’. “Ellos me propusieron hacer un documental y yo al principio estaba escéptica, pero ellos estaban entusiasmados". Luego se incorporaron Daniel Azpe (periodista y director del diario ‘El Tijuanense’), como director ejecutivo, y Ale Rivera, que ha diseñado la imagen, ambos estaban en México. Después se sumaron Joan Girbau, como director de Fotografía y Marta Plana, como ayudante de dirección.