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Jake Reynolds, Instituto Cambridge para el Liderazgo en Sostenibilidad (CISL)

“Estamos ante el mayor reto al que se ha enfrentado la Humanidad”

Es el padre intelectual de la inciaitiva ‘Rewiring the Economy’, un conjunto de propuestas en favor de la sostenibilidad para empresas, gobiernos e instituciones financieras. Defiende la necesidad de ‘reconectar’ la economía para poder afrontar retos como la superpoblación y el cambio climático.

Jake Reynolds dirige el área de Economía Sostenible del Instituto para el Liderazgo en Sostenibilidad (CISL, por sus siglas en inglés), una institución que pertenece a la Universidad de Cambridge y que lleva 25 años asesorando líderes de la empresa y la política. Reynolds será el encargado de pronunciar el próximo 14 de junio la conferencia inaugural del seminario ‘¿Cómo avanzar hacia una economía más sostenible e inclusiva?: la propuesta de los actores’, organizado por Social Gob y promovido por el Colegio de Economistas de Madrid. (CEMAD)

¿A qué necesidad responde la iniciativa ‘Rewiring the Economy’ (reconectando la economía) y en qué consiste?

CISL hizo pública la iniciativa ‘Rewiring the Economía’ en 2015, un poco antes de que la ONU lanzara los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Mientras los ODS describen cómo debería ser el mundo en 2030, ‘Rewiring’ explica cómo deberíamos llegar hasta ahí. Hemos hecho esto porque, en el pasado, se  ha dedicado más atención al problema de la sostenibilidad global que al modo en que tenemos que trabajar juntos para lograr soluciones. ‘Rewiring’ no solo hace esto, sino que también sugiere tareas para los tres actores claves de la economía -empresas, gobierno y finanzas- con el fin de orientarles en el liderazgo en sostenibilidad.

"Mientras los ODS describen cómo ha de ser el mundo en 2030, nosotros explicamos cómo llegar hasta ahí"

Todos los datos ponen de manifiesto que el actual modelo económico lineal de producción y consumo es insostenible y urge cambiarlo. ¿Qué pasos hay que dar para avanzar hacia un modelo de economía circular que además sea compatible con un desarrollo sostenible e inclusivo?

Nuestra economía actual tiene éxito en muchos aspectos pero, si no recibe la orientación correcta, no podrá garantizar la prosperidad a las generaciones futuras. Tendrá que satisfacer las necesidades de una población de no menos de 9.000 millones de personas, que se calcula que habrá en torno a 2050, a través de un modo de actuar que sea socialmente justo y respetuoso con los límites medioambientales, todo ello adaptándose a un clima más caliente y menos predecible. No es un desafío cualquiera, es el mayor reto al que se ha enfrentado nunca la Humanidad. Actualmente no estamos en vías de lograrlo. El cambio climático sucede ante nuestros ojos, las desigualdades crecen y el mundo se siente menos seguro ahora que en ningún otro momento desde el fin de la guerra fría. Al mismo tiempo, se han logrado mejoras en la salud y en menor medida en la educación, y mucha gente está en vías de escapar de la pobreza.

A pesar de este panorama, ¿hay razones para el optimismo?

Sin subestimar la magnitud del problema, podemos ser optimistas. La primera razón de nuestro optimismo la encontramos en un lugar que puede resultar sorprendente: el sector privado. Muchas compañías han empezado a darse cuenta de que la sostenibilidad ofrece increíbles oportunidades de satisfacer mejor a sus clientes, aprovechar oportunidades de mercado, motivar a sus empleados y alinearse con fines de interés público. La idea de que la sostenibilidad es un coste, un problema o algo que tiene que ver con otros está desapareciendo rápidamente a medida que más y más compañías sirven de inspiración al asumir objetivos ambiciosos como cero emisiones, movilidad libre de carbono, cero deforestación, agricultura sostenible o modelos de economía circular.

"La primera razón de nuestro optimismo la encontramos en un lugar que puede resultar sorprendente: el sector privado"

¿Por qué las empresas no deben dejar escapar este tren?

La Comisión de Empresas por el Desarrollo Sostenible ha estimado recientemente que los nuevos sectores surgidos en torno a las oportunidades que ofrece la sostenibilidad podrían movilizar 12 billones de dólares en inversiones para 2030. Las empresas querrán acceder a estas inversiones y no quedarse atrás. Y si no dan este paso, la sociedad civil –y los gobiernos respectivos-, estarán ahí para recordárselo y les obligarán a rendir cuentas.

¿Qué tiene que ocurrir para que la estrategia de los ODS y la Agenda 2030 sea aprovechada de verdad por todos los actores y no se convierta en un intento fallido?

‘Rewiring’ propone diez tareas: tres a los gobiernos, tres a las entidades finacieras y cuatro a las empresas. Si el negocio es el motor de las compañías, la financiación es su gasolina y los gobiernos, cuando lo hacen bien, fijan los principios y marcan el rumbo.

¿Qué piden concretamente a estos tres sectores?

Invitamos a los gobiernos a establecer objetivos adecuados e indicadores (¡no solo el PIB!), incentivar los comportamientos positivos y promover la innovación. Pedimos a las instituciones financieras garantizar capital a largo plazo, medir sus inevrsiones en consonancia con los verdaderos costes de las actividades de negocio (reflejando las externalidades) y diseñar estructuras financieras que puedan respaldar negocios sostenibles, y animamos a las empresas a que se marquen y cumplan un propósito social, midan su impacto en las personas y el medio ambiente, integren la sostenibilidad en sus prácticas y aprovechen su influencia para propugnar un cambio positivo.