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El Gobierno español ha aprobado el Plan Movalt

¿Por qué no despunta el coche eléctrico en España?

Casi el 70 por ciento de los españoles ven el coche eléctrico como la solución a la movilidad, al menos en las grandes ciudades. Sin embargo estos vehículos solo representan el 0,41 por ciento del mercado. Para estimular la compra de estos y otros vehículos de energías limpias y sostenibles el Gobierno acaba de lanzar el Plan Movalt. Pero esta medida será insuficiente si no se abordan problemas como la autonomía, su alto precio y la escasa red de puntos de recarga.

Coche eléctrico en España
Coche eléctrico en España

La UE se ha marcado como objetivo que entre 2021 y 2030 se reduzcan en un 30 por ciento las emisiones de CO2 en vehículos nuevos. Para lograr esta meta es imprescindible un avance significativo en la matriculación de automóviles de energías alternativas entre los que tienen gran protagonismo el coche eléctrico o los híbridos enchufables.

Sin embargo, en España esta es una opción todavía testimonial, como demuestra el hecho de que el año pasado se compraron 4.746 turismos eléctricos, lo que supone un exiguo 0,41 por ciento del total del mercado. Es cierto que las matriculaciones aumentaron un 51 por ciento con respecto al año anterior, pero la cuota todavía está lejos de la de otros países, especialmente los nórdicos, donde el coche eléctrico supone el 24 por ciento en Noruega, el 2,8 por ciento en Suecia, el 2,3 por ciento en Islandia y el 1,8 por ciento en Holanda.

“Hoy por hoy el coche eléctrico es más una promesa que una realidad -afirma Francisco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción-. Solo está despegando en algunos países porque hay una fiscalidad que ayuda a que sea más razonable optar por este tipo de vehículos, porque se pagan unas tasas por contaminación mucho más altas que las que pagamos aquí. Estamos hablando de países nórdicos, fundamentalmente”.  

Para hacer frente a esta situación, el Gobierno español ha aprobado el Plan Movalt, un paquete de ayudas a la adquisición de vehículos impulsado por energías alternativas, como el GLP, el gas natural y por supuesto el coche eléctrico. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, será el encargado de gestionar los 20 millones de euros con el que está dotado el Movalt-Vehículos para estimular la compra de vehículos de combustibles alternativos.

Esta partida se complementa con el programa Movalt-Infraestructuras, que inyectará otros 15 millones, que irán destinados a la implantación de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos. A esas dos partidas de añade una nueva línea de apoyo a iniciativas de I+D+i vinculadas a la movilidad sostenible y eficiente, que estará dotada con 15 millones adicionales.

El Plan Movalt dedicará 20 millones en ayudas a la compra de vehículos con combustibles alternativos

El portavoz de la asociación de fabricantes Anfac, Adolfo Randulfe, da la bienvenida a esta iniciativa del Ejecutivo: “Todo en esta vida es mejorable pero la valoración que hacemos de este nuevo plan es netamente positiva porque creemos que los vehículos con tecnología alternativa (coche eléctrico, de gas o de hidrógeno) tienen que ser impulsados en este momento para que vayan ganando cuota de mercado”. Randulfe añade: “Esperamos que esto sea un primer paso y que el plan tenga continuidad en el tiempo y que no sean solo pildorazos”.

En términos muy similares se expresa Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (Aedive): “Nos satisface que el Gobierno haya activado una nueva línea de ayudas este año y que además su gestión corra a cargo del IDAE. Creo que así vamos en la buena dirección y esperamos este plan que tenga continuidad”.

Predicciones

El futuro es del coche eléctrico, eso nadie lo duda. En cuanto al ritmo de implantación de los vehículos eléctricos sí que hay una gran diversidad de opiniones que van desde las estimaciones más prudentes hasta las más optimistas. Algunas marcas afirman que, en los mercados más maduros, las matriculaciones de coches con algún tipo de electrificación (eléctricos puros o híbridos enchufables) podrían suponer la mitad del mercado en 2030. La Agencia Europea de la Energía mira más allá y plantea un escenario para 2060 en el que este tipo de vehículos supondrá el 83 por ciento.

“Nadie tiene una bola de cristal para adivinar cuál será la implantación real que tendrá este tipo de vehículos, pero sin duda la cuota de mercado irá creciendo. En el caso de España sobre todo, porque partimos de porcentajes realmente bajos”, opina Randulfe.

El director general de Aedive tampoco se quiere mojar haciendo una predicción sobre el coche eléctrico: “Creo que en este mercado, hacer elucubraciones de este tipo es hacer un brindis al sol, porque depende de muchas variables exógenas al propio mercado. Lo mismo sucedió con otras tecnologías disruptivas como la telefonía móvil y no solo las predicciones fueron fallidas en su momento, sino que también fueron sobrepasadas”. En este sentido, aunque sin detallar porcentajes, Pérez de Lucía se muestra optimista: “Nos va a sorprender a todos el avance que este mercado tendrá en 2030, muy por encima de las expectativas”.

¿Qué piensa el ciudadano del coche eléctico?

También los ciudadanos han tenido ocasión de hacer sus estimaciones para el futuro. La ‘IV Radiografía de los hábitos de movilidad en las grandes ciudades españolas’, presentada recientemente por Alphabet y el Foro de Movilidad, refleja que el 69 por ciento de los españoles cree que el coche eléctrico es la solución idónea para los problemas de tráfico en las grandes urbes.

Pero del dicho al hecho hay un largo trecho y sorprende el contraste tan acusado entre ese estado de opinión tan favorable hacia el coche eléctrico y la poca respuesta que este tipo de vehículos está encontrando en el mercado. Esto se explica porque los consumidores siguen viendo a día de hoy serias desventajas como la escasa red de puntos de recarga, la baja autonomía o los altos precios.

Obstáculos y desventajas

En efecto, la explicación de que el coche eléctrico no suponga más del 0,4 por ciento del mercado en España tiene que ver con problemas que se dan en este momento y que podrían verse solventados en los años venideros. El director de Aedive señala: “Nos quedan retos tecnológicos como el desarrollo de baterías con mayor densidad energética y menor precio, que ya se está afrontando, y el desarrollo de una red de carga rápida y de oportunidad que dé apoyo a la recarga vinculada, cosa que también se está produciendo cada vez con mayor impulso”.

Para el portavoz de Anfac, hay varios factores que hacen que en estos momentos el vehículo eléctrico no sea una opción atractiva, pero resalta la falta de infraestructuras de carga para el vehículo. “Quien compra un vehículo de este tipo puede llegar a tener lo que los expertos han llamado ‘ansiedad de la autonomía’, es decir, miedo a quedarte tirado en la carretera. Algo que no es real porque los niveles de autonomía que ofrecen ya estos vehículos son bastante notables y el desarrollo de la actividad diaria se puede hacer sin problemas”, subraya Randulfe.

Un usuario de coche eléctrico puede sufrir 'ansiedad de autonomía'

¿Dónde se puede recargar un coche eléctico?

El coordinador de Ecologistas en Acción también se refiere a la poca autonomía de estos vehículos como el principal lastre para que despeguen en el mercado. “Son muy raros los vehículos eléctricos que tienen más de 200 kilómetros de autonomía. Los que tienen 400 o 500 tienen unos precios desorbitados”, lamenta Segura, quien también pone el foco sobre el inconveniente de la duración limitada de las baterías: “Todo el mundo que tiene un móvil sabe que con el paso del tiempo esas baterías van perdiendo eficiencia. En cuatro o cinco años pueden quedar obsoletas. Y el coste es muy alto, valen tanto las baterías del coche como el propio vehículo”.

Sin embargo, Pérez de Lucía cree que la calidad y capacidad de las baterías está mejorando a ojos vista: “Ya hemos entrado en una segunda generación de baterías casi generalizadas de 40 kW que doblan la capacidad de las que había en 2011 y 2013 y ese incremento va a ser ahora más rápido en los próximos tres o cuatro años con la llegada de baterías de 60 y 90 kW. A ello se suman desarrollos en el litio-ion como los electrolitos secos, que ofrecen mayor seguridad y rendimiento, o nuevas tecnologías como las baterías de metal-aire, que ofrecen mayor densidad energética en el mismo espacio y con menor peso”.