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La AECC pide al Estado un Plan de Protección Integral para las Familias con Cáncer

Cáncer: No solo ante el abismo de la enfermedad, también ante el de la pobreza

Con motivo del Día Mundial del Cáncer, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) hace público un estudio sobre el “Impacto económico del cáncer en las familias en España”. Cada año, unos 25.000 pacientes se encuentran en riesgo de exclusión social a causa del diagnóstico de la enfermedad.

Paciente con cáncer.
Paciente con cáncer.

El neceser de Juanjo podría ser el muestrario de un comercial de una firma cosmética. En su interior hay todo tipo de cremas, pomadas y ungüentos con fines médicos y/o estéticos. "Algunos de ellos son caros de verdad", aclara este diseñador gráfico de 45 años al que diagnosticaron cáncer de colon hace tres, los mismos que lleva sin trabajar. "Estoy en tratamiento desde entonces, me han operado varias veces porque tengo metástasis en el hígado. Hoy por hoy mi trabajo es curarme y mi jornada laboral transcurre en salas de espera y consultas en el hospital, así que en esta situación es imposible tener un trabajo".

Él se había quedado en paro poco antes de ser diagnosticado, y hoy cobra una pensión por incapacidad laboral revisable cada cierto tiempo. Se trata en la sanidad pública, de la que está satisfecho a pesar de la saturación de pacientes, pero asegura que su enfermedad, además de atacar a su cuerpo, ataca a su bolsillo. "Al final me dejo mucho dinero. La quimio que me estoy poniendo ahora me provoca reacciones en la piel y desarreglos estomacales, por lo que voy muchas veces al baño y sufro escozor, así que tengo que comprar un montón de cremas que no son precisamente baratas. También me gasto bastante en medicinas y material sanitario, en productos dietéticos especiales o en los continuos viajes desde el pueblo en el que vivo hasta el hospital".

Afortunadamente para él, Juanjo todavía puede asumir los costes económicos derivados de la enfermedad. Pero hay pacientes para los que el cáncer, además de ponerlos al borde de ese abismo que es perder la salud, también los asoma al de la pobreza. Muchos recuerdan la batalla que inició Beatriz Figueroa, paciente con cáncer de mama, para pedir la protección económica de los enfermos de cáncer. Esta activista galllega protagonizó hace unos años una huelga de hambre y presentó medio millón de firmas en el Congreso de los Diputados que solicitaban la incapacidad permanente para los enfermos de cáncer sometidos a un tratamiento.

Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra todos los años el 4 de febrero, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha presentado un estudio sobre 'El impacto económico del cáncer en las familias en España', donde ha analizado el impacto económico de la enfermedad en la población activa, esto es, en personas mayores de 15 y menores de 65 años. La primera gran conclusión extraída del estudio es que, en España, cada año, unas 25.000 personas con cáncer se encuentran en riesgo de exclusión social a causa de su diagnóstico. Esta situación afecta a las familias que ven mermados sus ingresos a consecuencia de la aparición del cáncer, y durante toda la enfermedad, hasta niveles de extrema vulnerabilidad.

El estudio comienza con unos primeros datos que relacionan la incapacidad laboral temporal generada por el cáncer en España, comúnmente conocidas como bajas laborales. Es también una de las enfermedades que requiere una mayor duración media de las bajas laborales, respecto a otras enfermedades y, por poner un ejemplo, el cáncer de mama es la segunda causa de incapacidad temporal de más de 12 meses, solo superada por la patología lumbar. En definitiva, un paciente de cáncer necesita una de las bajas laborales más largas, lo que significa ante todo un elevado impacto, traducido en “sufrimiento” para él y su familia, difícil de cuantificar. Pero también supone un enorme impacto económico en el núcleo familiar.

Autónomos, personas desempleadas y con bajos ingresos, los más vulnerables

El estudio ha analizado tres colectivos: autónomos, personas desempleadas y trabajadores con bajos ingresos. De los tres, los primeros se pueden encontrar en una situación de tener que vivir con 395€ al mes durante la enfermedad.

Cada año, se diagnostican de cáncer en España 11.000 personas trabajadoras por cuenta propia. Más del 80% de ellas, al cotizar por la base mínima, por lo que tendrían una prestación aproximada de 670€, a los que habría que descontar la cuota mensual de 275€, y que tienen que seguir manteniendo, les quedaría un neto mensual de 395€. Con esta cantidad, la persona enferma tendría que hacer frente a los gastos diarios, más aquellos derivados de la enfermedad, que la AECC tiene cuantificados en 150€ de media, en un “caso tipo” de cáncer de mama (pelucas, transporte no urgente, analgésicos, cremas para la piel para protegerla de los tratamientos radioterápicos, etc.), pero que podrían aumentar hasta 300€ en un caso de cáncer gástrico, por ejemplo.

Familias que cuentan con bajos o nulos ingresos se ven obligadas a decidir entre pagar las facturas o comprar medicinas

En este sentido, Raquel del Castillo, responsable de Trabajo Social de la AECC, señala que “quizá, sea este colectivo uno de los más desprotegidos, puesto que, en muchos casos los gastos habituales de sus negocios no se paran y corren el riesgo de tener una quiebra financiera”. En cuanto a las personas desempleadas, cada año 9.832 personas en situación de desempleo son diagnosticadas de cáncer, más de la mitad, de las cuales (5.232) no cobran ningún tipo de prestación económica, lo que probablemente signifique que no cuenten con ningún ingreso. Esto significa que las familias que cuentan con bajos o nulos ingresos, se ven obligadas a decidir entre, por ejemplo, pagar las facturas o comprar medicinas.

Por último, hay un tercer colectivo que son aquellas personas con cáncer cuyo salario es menor a 710€/mes, Salario Mínimo Interprofesional establecido en 2017. Cada año, se encuentra en esta situación 3.744 personas que, al ver su salario reducido en un 25%, están en claro riesgo de exclusión social. Este es el caso de Pilar Ruiz, paciente de cáncer gástrico, que tiene que hacer frente con un sueldo de 400€ a 300€ de gastos mensuales derivados de la enfermedad. En sus palabras, “he pasado de tener una vida estable a nivel salud y trabajo a una inestabilidad en los dos terrenos. Ahora, tengo unos gastos fijos de 300€ derivados del control de las secuelas del cáncer de estómago que padecí”.

En total, cada año unas 25.000 personas con cáncer en España están en riesgo de exclusión social a causa de un diagnóstico de cáncer, lo que supone el 27,7% del total de diagnósticos en 2017 en la población activa en nuestro país. A la vista de esta situación, Ignacio Muñoz Pidal, presiente de la AECC, ha hecho una petición al Estado para “crear un Plan de Protección Integral a las Familias con Cáncer con medidas concretas orientadas a evitar esta situación de vulnerabilidad, y desde la AECC, nos ponemos a disposición de las Administraciones Públicas para empezar a trabajar en él”.

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