Integrar los factores ESG en la estrategia empresarial es una inversión en el éxito a largo plazo y una oportunidad para conectar mejor con todos los grupos de interés. La alta dirección de empresas como Canal de Isabell II, el Colegio de Registradores y Grupo Indukern analizó este jueves, en la sesión ‘Liderazgo y estrategias de las empresas referentes en impacto social’, organizada por Esade y la Fundación SERES, los retos y oportunidades de la integración de lo social en la estrategia y cultura de la empresa y su conexión con la competitividad.
Ana Sainz, directora general de la Fundación SERES, destacó que “para consolidar una nueva manera de hacer empresa y construir un futuro que conecte el progreso económico y social, hay que poner lo social, a las personas, en el centro de la estrategia empresarial”.
Además, señaló que “los líderes tienen un papel extremadamente relevante para convertir el compromiso social empresarial en oportunidades dentro de las compañías. Si bien es cierto que la regulación ha fomentado la implantación de los factores ESG como uno de los activos más estratégicos en las compañías, la gran diferencia estará en la integración y vinculación con el negocio. Sólo así conseguiremos ofrecer una respuesta a la altura de los desafíos que tenemos por delante y lograr empresas más competitivas y rentables”.
Por su parte, Ignasi Carreras, profesor y director de los programas de formación directiva para ONG-ONL del Instituto de Innovación Social de Esade, aseguró que “en los últimos años, el progreso de los criterios ESG ha permitido que ocupen un lugar cada vez más centralizado en las compañías. En esta evolución estratégica, el liderazgo responsable adquiere un papel relevante en el propósito empresarial y en su capacidad para generar un impacto social. Conectar los aspectos ESG con la innovación de estos procesos es esencial en el planteamiento de las compañías, considerando la colaboración multisectorial como herramienta clave para lograr un mayor impacto en la sociedad”.
Un reto transversal
Uno de los temas centrales que abordaron los máximos responsables fue la importancia de la transversalidad, coincidiendo en que la sostenibilidad no es una responsabilidad exclusiva de un departamento o individuo, sino de toda la organización.
Según Mariano González, consejero delegado del Canal de Isabel II, “la sostenibilidad se erige como el pilar fundamental dentro de nuestra cadena de valor y se refleja en Canal de Isabel II mediante la consideración de preocupaciones éticas, sociales, medioambientales y de buen gobierno por parte de nuestro Consejo de Administración, nuestros profesionales y los diversos grupos de interés con los que nos relacionamos”.
María Emilia Adán, decana del Colegio de Registradores, destacó que “su impacto en materia de sostenibilidad se produce desde la consideración de todos los empleados como embajadores de la política corporativa de ESG".
Y Raúl Díaz-Varela, vicepresidente y CEO del Grupo Indukern, añadió que “las personas son el motor que mueve a la compañía”, explicando que “gracias a su compromiso y dedicación hacen que estas acciones tengan impacto”.
Sobre los principales retos que afrontan las compañías, Díaz-Varela apuntó que “en la cadena de suministro, aunque ya se han dado pasos importantes, todavía queda mucho por hacer y ese es uno de los puntos donde aún tenemos campo de mejora dentro del sector farmacéutico”.
En el caso de Canal de Isabel II, Mariano González explicó que se encuentran “a la vanguardia de la innovación y la sostenibilidad, enfrentando el estrés hídrico con soluciones audaces y orientadas hacia el futuro para asegurar un suministro de agua sostenible para las generaciones venideras”.
Durante el encuentro también se abordó la importancia de combatir el greenwashing. En este sentido, María Emilia Adán subrayó la necesidad de lograr que “la publicidad relativa a la sostenibilidad de las empresas sea verificada y fiable”, así como la digitalización total de los registros sin crear nuevas brechas digitales. “Dada la capilaridad de nuestras oficinas, vamos a seguir estando presentes en localidades muy pequeñas y dispersas por toda la geografía española y atendiendo presencialmente a la vez que telemáticamente”, apuntó.
Y para Ana Sainz, el reto está en “ser capaces de medir y respaldar la relevancia de lo social”. En esta línea, aseguró que “es esencial que las empresas puedan medir su huella social y sepan comunicar dicho impacto de una manera clara, concisa y transparente. Hemos creado el Mapa SERES de Huella Social®, un conjunto de indicadores que sirve para medir y evaluar la actividad social de una empresa de forma objetiva, homogénea y comparable, en el que están involucrados los sectores más importantes de la economía española, organizaciones empresariales y organismos públicos”.