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Elecciones en Estados Unidos

Trump y su impacto en el planeta

La reelección de Donald Trump podría significar un cambio drástico en las políticas medioambientales y energéticas de Estados Unidos, con un enfoque renovado en los combustibles fósiles y una reducción del apoyo a las energías renovables.

Donald Trump, reelegido presidente de Estados Unidos, durante un discurso.
Donald Trump, reelegido presidente de Estados Unidos, durante un discurso.

La reelección de Donald Trump en las elecciones de 2024 podría marcar un cambio significativo en las políticas energéticas y medioambientales de Estados Unidos. Durante su campaña, Trump ha dejado claro su escepticismo hacia las energías renovables y su firme apoyo a los combustibles fósiles; y ha criticado duramente la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), calificándola de “estafa verde” y prometiendo rescindir los fondos destinados a proyectos de energía limpia. En su lugar, propone redirigir estos recursos a infraestructuras tradicionales como carreteras y puentes. 

Además, Trump ha reiterado su intención de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París y de revocar muchas de las regulaciones medioambientales implementadas por la administración Biden-Harris. 

Energías renovables, en la cuerda floja

Durante su campaña, Donald Trump ha sido muy crítico con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), una legislación que incluye importantes incentivos para proyectos de energía limpia. Trump ha calificado esta ley como una “estafa verde”, argumentando que los fondos destinados a energías renovables son un desperdicio de recursos que podrían utilizarse mejor en otras áreas. Según Trump, la IRA impone cargas innecesarias a la economía y a los contribuyentes, y ha prometido rescindir estos fondos si es reelegido.

La eliminación de estos fondos podría afectar gravemente a la investigación y desarrollo de tecnologías renovables, como la solar y la eólica, que dependen en gran medida de subsidios y apoyo gubernamental para competir con los combustibles fósiles.

Trump ha argumentado que la inversión en energías renovables no ha demostrado ser tan efectiva como se esperaba

Además, Trump ha argumentado que la inversión en energías renovables no ha demostrado ser tan efectiva como se esperaba. Ha señalado que, a pesar de los subsidios y el apoyo gubernamental, las energías limpias aún no pueden competir económicamente con los combustibles fósiles sin una intervención significativa del gobierno. Esta postura refleja su escepticismo sobre la viabilidad a largo plazo de este tipo de energías, así como su preferencia por una política energética que favorezca la producción y el consumo de combustibles fósiles.

Asimismo, la falta de inversión en energías renovables podría llevar a una pérdida de empleos en este sector en crecimiento. Las empresas que han invertido en tecnologías limpias podrían enfrentar dificultades financieras, lo que a su vez podría desacelerar la transición hacia una economía baja en carbono. La incertidumbre regulatoria también podría desalentar a los inversores privados, que buscan estabilidad y previsibilidad en las políticas energéticas.

Apoyo a los combustibles fósiles

Trump ha sido un firme defensor del uso de combustibles fósiles. En su mandato anterior, promovió el fracking (una técnica que facilita la extracción de gas o petróleo del subsuelo mediante la presión hidráulica) y la perforación en tierras federales. 

Tras ser reelegido, es probable que continúe con esta política, aumentando la producción de petróleo y gas natural. Esto podría tener consecuencias negativas para los esfuerzos globales de reducción de emisiones de carbono y lucha contra el cambio climático. La expansión de la infraestructura de combustibles fósiles, como oleoductos y refinerías, también podría aumentar el riesgo de derrames y otros desastres medioambientales como consecuencia, principalmente, de un mayor tráfico de buques o de accidentes en el transporte y almacenamiento.

El aumento en la producción de petróleo y gas natural podría tener consecuencias negativas en la reducción de emisiones de carbono y lucha contra el cambio climático a nivel global

El apoyo a los combustibles fósiles podría implicar la reducción de regulaciones que protegen el medioambiente. Esto podría incluir la flexibilización de normas sobre emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero, y la eliminación de restricciones sobre la perforación en áreas protegidas. Estas acciones podrían tener un impacto duradero en los ecosistemas y la biodiversidad, además de contribuir al calentamiento global.

Retiro del Acuerdo de París

Uno de los movimientos más controvertidos de Donald Trump durante su presidencia fue retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París. Durante su campaña, ha prometido hacerlo nuevamente si es reelegido, argumentando que el acuerdo es injusto para Estados Unidos, por lo que es de esperar que el país vuelva a retirarse.

Esta decisión podría aislar a Estados Unidos en la escena internacional y debilitar los esfuerzos globales para combatir el cambio climático, además de enviar una señal negativa a otros países sugiriendo que los compromisos internacionales no son importantes.

Retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París podría debilitar los esfuerzos globales para combatir el cambio climático

Por otro lado, la salida del Acuerdo de París podría afectar la cooperación internacional en temas medioambientales. Estados Unidos, como una de las mayores economías del mundo y uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, juega un papel crucial en los esfuerzos globales para reducir las emisiones. Sin su participación activa, otros países podrían encontrar más difícil alcanzar sus objetivos climáticos, lo que podría llevar a un aumento de las temperaturas globales y sus consecuencias asociadas.

Revocación de regulaciones medioambientales

Trump ha expresado su intención de revocar muchas de las regulaciones medioambientales implementadas por la administración Biden-Harris. Esto incluye normas de eficiencia energética y límites de emisiones para centrales eléctricas y vehículos. La eliminación de estas regulaciones podría aumentar la contaminación y tener efectos adversos en la salud pública y el medioambiente. Las normas de eficiencia energética, por ejemplo, no solo ayudan a reducir las emisiones, sino que también ahorran dinero a los consumidores al reducir el consumo de energía. 

La revocación de regulaciones podría también afectar la calidad del aire y del agua. Sin límites estrictos sobre las emisiones de contaminantes, las industrias podrían aumentar sus niveles de contaminación, lo que podría llevar a un aumento de enfermedades respiratorias y otros problemas de salud. 

Además, la eliminación de protecciones para cuerpos de agua podría resultar en una mayor contaminación de ríos y lagos, afectando tanto a la vida silvestre como a las comunidades humanas que dependen de estos recursos.

Minimización del cambio climático

Por último, Trump ha minimizado la importancia del cambio climático, calificándolo en ocasiones de “engaño”. Esto sugiere que su administración podría reducir los esfuerzos para mitigar el cambio climático y priorizar otras áreas. 

La falta de acción en este frente podría tener consecuencias graves para el medioambiente y la sostenibilidad a largo plazo. El cambio climático ya está teniendo efectos visibles, como el aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, y la inacción podría exacerbar estos problemas.

Asimismo, la minimización del cambio climático podría afectar la percepción pública y la educación sobre este tema. Si el gobierno no toma en serio el cambio climático, es posible que menos personas lo consideren una amenaza urgente, lo que podría reducir el apoyo a políticas y acciones necesarias para abordarlo. La falta de liderazgo en este tema también podría afectar la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías que podrían ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.