Familias desplazadas de su hogar con hijos con enfermedades graves
Así se vive el confinamiento en las casas de la Fundación Ronald McDonald
La Fundación Infantil Ronald McDonald ofrece casas a familias desplazadas fuera de su hogar para que sus hijos con enfermedades graves reciban tratamiento hospitalario. En tiempos de coronavirus les siguen cuidando con el máximo cariño, extremando las precauciones para evitar contagios.
06 Abr 2020 | Laura Vallejo | Soziable.es
Las gemelas de Avelina nacieron a las 29 semanas de gestación y con tan solo 800 gramos de peso. “Fue un embarazo muy complicado, las dos bebés compartían la misma placenta”, explica esta sanitaria que tuvo que abandonar su hogar en Alicante porque “en el hospital de allí no me podían tratar”, debido a la complejidad de su caso, “había riesgo de mortalidad para las niñas”, añade.
Desde enero, esta madre está viviendo junto a su marido y su hija mayor, Vera, de 20 meses, en una de las casas que la Fundación Infantil Ronald McDonald proporciona para que puedan alojarse sin coste a familias que han tenido que desplazarse fuera de su ciudad para que sus hijos reciban tratamientos médicos.
La expansión del coronavirus ha supuesto importantes cambios para los residentes en las casas de la fundación
Este es el caso de Avelina, cuyas gemelas “están ingresadas en la UCI del Hospital La Fe de Valencia desde que nacieron el pasado mes de enero. "Ya les han quitado el respirador, pero siguen con muchas complicaciones propias de los bebés prematuros”, señala. Vera, su hija mayor, “lo llevaba muy bien porque había muchas actividades en la casa con monitores que venían a jugar y pintar con los niños por las tardes”, rememora esta madre, y “la convivencia era muy fácil con las demás familias, ya que todos pasamos por situaciones parecidas”.
Cambios importantes
Sin embargo, la llegada del coronavirus ha supuesto importantes cambios para los residentes en la casa de Valencia donde se encuentra Avelina, y en las demás que tiene la Fundación Infantil Ronald McDonald en Málaga, Barcelona y Madrid, para proteger la delicada salud de los niños inmunodeprimidos que se alojan en ellas. En todas se han tenido que adoptar importantes medidas para “conseguir reducir el riesgo de contagio por Covid-19, siguiendo las directrices de los centros hospitalarios más importantes de España con los que trabajamos directamente. Nos ha variado absolutamente todo”, cuenta José Antonio García, director de esta fundación.
La primera de esas medidas fue “suspender todas las actividades de ocio y tiempo libre que realizan nuestros voluntarios con los niños, y el acceso de toda persona no vinculada directamente con las casas, tanto particular como de empresas que habitualmente vienen a conocer nuestra labor”, prosigue García. Con el aumento de casos y contagios de coronavirus en España, la Fundación Infantil Ronald McDonald ha tenido que ir “reduciendo poco a poco la entrada de familias, de manera que dispongamos entre las habitaciones ocupadas de otras vacías, y en estas últimas aislamos a las personas o familias completas, si se presentaran casos sospechosos, según lo que nos digan las autoridades sanitarias”, indica el director de la entidad.
"Nos hacen saber que están ahí"
Actualmente, los usuarios de estas instalaciones están confinados en sus propias habitaciones y no pueden acceder “a las zonas comunes que todas las casas tienen en la planta baja, donde están las salas de juego y las de estar, exceptuando a la cocina, a la que pueden ir de uno en uno para evitar el riesgo de que se propague el virus”, subraya García.
Debido a ello, el día a día de Avelina y su familia ha cambiado sustancialmente. “Ahora no podemos coincidir con otras personas, o lo menos posible, a la hora de cocinar y lavar en la lavandería. Comemos en la habitación, se han tomado muchas medidas de precaución”, indica. Sin embargo, destaca que “aunque no tengamos el mismo contacto de antes, el personal nos hace saber que están ahí, lo hacen muy bien, son muy profesionales”, aunque reconoce que "en lo anímico hace mella esta situación. Es duro ver que Vera no lo lleva bien, porque es muy pequeña y echa de menos a los compañeros de su ‘guarde’, y a los niños con los que jugaba aquí en la casa".
Para que las horas de confinamiento no se les hagan tan largas a los pequeños, los voluntarios de la Fundación Infantil Ronald McDonald “han elaborado a distancia unos juegos en kits para que tengan actividad en su habitación, y el staff les lleva juegos digitales o de mesa”, indica José Antonio García. “Están muy pendientes de los niños. Cuando Vera está muy desesperada por no poder salir, nos traen juguetes o colores para que pinte”, corrobora Avelina.
Minimizar el riesgo de contagio
Gracias a las medidas de seguridad que se han adoptado en las casas de esta fundación, hasta el momento solo se han registrado “dos casos positivos confirmados en la de Barcelona, un padre y su hija”, explica su director. Ante esa situación, se puso en marcha el protocolo establecido para la entidad por el hospital Vall d’Hebrón y el Sant Joan de Déu, y los afectados “se quedaron confinados en una de las habitaciones vacías hasta que fueron trasladados en un trasporte sanitario a un hotel medicalizado porque sus síntomas eran leves”, añade Garcia. Con el fin de que el resto residentes en esa casa extremaran sus medidas de precaución, se les informó de la situación, y se realizó una total limpieza y desinfección inmediatamente después.
Entre el personal que trabaja para esta fundación no ha habido positivos confirmados por coronavirus, “de los 27 trabaladores que forman nuestra plantilla, hay siete de baja, pero ninguno por Covid-19”, afirma García. Para minimizar el riesgo de que se produzcan casos entre sus trabajadores “hacen turnos de cuatro horas para no coincidir”, y “en cuanto alguno tiene tos o algo de fiebre, les pedimos que se queden en casa y llamen al servicio de asistencia telefónica para solicitar las pruebas”, agrega. Otra medida preventiva adoptada por la Fundación Infantil Ronald McDonald ha sido cerrar “las salas familiares que tenemos en los hospitales donde padres y madres pueden descansar mientras sus hijos reciben tratamiento”, explica el director de esta entidad, que ha puesto esos espacios a disposición de los sanitarios que luchan estos días contra el Covid-19.
Ayuda vital
Avelina aún tiene que permanecer en Valencia hasta junio por los cuidados hospitalarios que precisan sus hijas gemelas. Para esta alicantina, que aún no ha podido “realizar los trámites para percibir la prestación por maternidad” debido a la situación actual, y su marido, que está “pendiente de un Erte en su empresa”, la ayuda de la Fundación Infantil Ronald McDonald está resultando vital. “No me lo podía creer cuando me la ofreció el hospital. La verdad es que no tengo palabras para describir todo lo que nos están aportando”, dice emocionada.
Para José Antonio García ahora la principal preocupación son las aportaciones solidarias, fundamentales para la labor de organizaciones sin ánimo de lucro como la suya. "Hemos dejado de recibir las de las empresas y nuestros socios porque están pasando situaciones difíciles, y también el porcentaje de ventas que nos cedían los restaurantes McDonald’s, y los donativos a través de las huchas y kioscos digitales que hacían sus clientes", debido al cierre de estos establecimientos por el Covid-19. La fundación tampoco cuenta ahora con “el resto de los ingresos, como los de 'merchandising', subvenciones públicas, eventos, y RSC de las empresas, pero nosotros vamos a seguir ayudando a las familias”, concluye García.
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