Los responsables de Finanzas, reunidos este miércoles en Glasgow, discutieron cómo las finanzas públicas y privadas pueden liderar la transición hacia un mundo con cero emisiones netas y resiliente al clima. Un diálogo que giró en torno a las conclusiones de la cuarta Evaluación Bienal y Visión General de los Flujos de Financiación Climática (2020) y cómo llevar a la práctica el objetivo de que los países industrializados destinen al año 100.000 millones de dólares (86.000 millones de euros) para impulsar la descarbonización de los países en vías de desarrollo.
Según se destacó durante esta jornada de la COP26, movilizar las finanzas es “fundamental” si queremos llevar a cabo la acción urgente que necesitamos para limitar los aumentos de temperatura global a 1,5 ° C. “Se necesitan billones de dólares de inversión adicional al año para asegurar un futuro bajo en carbono y apoyar a los países que ya viven con los devastadores impactos del cambio climático”, aseguraron.
“Hoy en día, hay más financiación pública y privada para la acción climática que nunca pero, para cumplir con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París y mantener vivo el 1,5 ° C, necesitamos que los países desarrollados cumplan con las finanzas públicas y liberen los billones necesarios en inversión privada para crear un futuro neto cero y proteger vidas y medios de subsistencia de los efectos devastadores del cambio climático”, sostuvo el presidente de la COP26, Alok Sharma.
Por ese motivo, según sus palabras, “hemos hecho de las finanzas un enfoque clave de la COP26, por qué estos nuevos compromisos de las naciones y el sector financiero privado son tan bienvenidos y por qué seguimos presionando para que los países hagan más para cumplir con sus obligaciones financieras”. “Los países nos dicen lo que necesitan, ahora las finanzas globales deben responder”, concluyó.
Compromiso en la financiación para el cambio climático
Durante la jornada de este miércoles, los países asumieron nuevos compromisos para aumentar la financiación para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a los impactos del cambio climático. Por su parte, Noruega se comprometió a triplicar su financiación para la adaptación; Japón y Australia para duplicarla; y Suiza, Estados Unidos y Canadá mantuvieron su respaldo con el Fondo de Adaptación.
En el caso de Estados Unidos, este país manifestó el mayor compromiso de financiación para la adaptación hasta la fecha, con el objetivo de reducir los impactos climáticos en los más vulnerables al cambio climático en todo el mundo. Mientras, Canadá se comprometió a destinar el 40%.
Asimismo, también se comprometieron el Reino Unido, España, Japón, Australia, Noruega, Irlanda y Luxemburgo, que se basan en el plan establecido antes de la COP26 para entregar los 100 mil millones de dólares (86 mil millones de euros) por año a los países en desarrollo.
Para combatir las dificultades que enfrentan muchos países con la burocracia para asegurar la inversión climática, hoy también se anunciaron 100 millones de libras en nuevos fondos del Reino Unido para apoyar el enfoque del Grupo de Financiamiento Climático.
Este grupo de trabajo lanzó una asociación con cinco 'países pioneros' –Bangladesh, Fiji, Jamaica, Ruanda y Uganda– para ayudar a sus comunidades locales a obtener la financiación que necesitan para sus planes climáticos.
Según se trasladó, se esperan todavía nuevos compromisos en los próximos días, al tiempo que la COP también espera nuevas discusiones sobre un nuevo objetivo financiero global para reemplazar el de 100 mil millones de dólares a partir de 2025.
Finanzas públicas para un futuro neto cero
Con el objetivo de demostrar los beneficios directos de lo que puede lograr la financiación pública para el clima, la Unión Europea y los gobiernos de Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos presentaron en la COP26 un acuerdo para ayudar a Sudáfrica en la descarbonización de su economía y eliminar hasta 1,5 millones de gigatoneladas de CO2 en los próximos 20 años.
La denominada Asociación Internacional de Transición de Energía Justa con Sudáfrica busca movilizar 8.500 millones de dólares (unos 7.341 millones de euros) “a través de varios mecanismos que incluyen donaciones, préstamos, inversiones en condiciones favorables e instrumentos de riesgo compartido, incluida la movilización del sector privado".
El objetivo de la iniciativa es ayudar a ese país de 59 millones de personas y duodécimo mayor emisor de CO2 a electrificar su economía y acelerar su transición energética.
Movilizar la financiación privada
Los ministros de Finanzas también discutieron que los miles de millones de dólares en finanzas públicas deben usarse para apalancar los billones de dólares en financiación privada para un futuro cero neto y resiliente al clima y cómo ayudar a los países en desarrollo a acceder a estos fondos.
Además, Estados Unidos, la Comisión Europea y el Reino Unido también se comprometieron a trabajar en conjunto con los otros países para apoyar una recuperación ecológica y resiliente a la COVID-19 e impulsar la inversión en infraestructuras limpias y ecológicas en los países en desarrollo.
Por su parte, Reino Unido se comprometió a destinar 576 millones de libras para un paquete de iniciativas que tienen como objetivo movilizar financiación en mercados emergentes y economías en desarrollo; y, por otro lado, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció la creación de un fondo de 20 millones de dólares con el Gobierno de Alemania para apoyar políticas fiscales con aspiraciones medioambientales que sirvan para conseguir los objetivos del Acuerdo de París.
Asimismo, se presentó un nuevo e innovador mecanismo de financiación: el Mecanismo de Mercados de Capitales de los Fondos de Inversión en el Clima (CCMM), que impulsará la inversión en energías limpias como la solar y la eólica en los países en desarrollo.
Alineación de las finanzas privadas a cero emisiones
Las instituciones financieras privadas también dieron un paso importante para garantizar que las inversiones existentes y futuras estén alineadas con el objetivo global de cero emisiones.
En este sentido, 35 países acordaron acciones obligatorias para garantizar que los inversores tengan acceso a información confiable sobre el riesgo climático para orientar sus inversiones hacia áreas más verdes. Y para garantizar estándares comunes, 36 países acogieron con satisfacción el anuncio de un nuevo organismo internacional, el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB).
Además, el responsable de finanzas climáticas de la ONU, Mark Carney, anunció que 450 grandes firmas financieras de 45 países se han comprometido a invertir 130 billones de dólares (112 billones de euros) en la transición hacia una economía descarbonizada para 2050.
Los miembros de la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto (GFANZ), creada el pasado mes de abril, deben establecer objetivos sólidos a corto plazo dentro de los 12 a 18 meses posteriores a su incorporación, cuando más de 90 de las instituciones fundadoras ya lo han hecho. Un enfoque clave de GFANZ es apoyar a los países en desarrollo y los mercados emergentes.
Por su parte, el ministro de Economía británico, Rishi Sunak, también anunció que se obligará a las grandes empresas a diseñar planes claros sobre cómo van a descarbonizarse y transitar hacia las cero emisiones netas, que serán evaluados por una agencia independiente “para definir lo que se requiere”. Estos compromisos, explicó el gobierno británico, “ayudarán a crear una gran cantidad de efectivo que podría financiar nuestra transición neta cero”.