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TRIBUNA. Elena Alcalde, responsable de Comunicación de Impact Hub Madrid

La importancia del emprendimiento femenino para el desarrollo económico

Elena Alcalde, responsable de Comunicación de Impact Hub Madrid, reflexiona sobre el papel de la mujer en el sector del emprendimiento, con motivo del Día Internacional de la Mujer Emprendedora.

Mujeres en Impact Hub Madrid.
Mujeres en Impact Hub Madrid.

Cuando un colectivo, el que sea, dispone de su propio Día Mundial, es porque algo relacionado con él está aún falto del suficiente reconocimiento, o porque es necesario concienciar a la sociedad sobre su existencia o sus necesidades. El 19 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, y su objetivo es apoyar el empoderamiento femenino, reducir las desigualdades de género y dar visibilidad a tantas y tantas mujeres que están apoyando el desarrollo económico de sus territorios.

Para emprender, y decidirse a poner en marcha un proyecto empresarial, hacen falta varios elementos clave: tener una buena idea, desarrollar un plan de negocio sólido, disponer de presupuesto, formar un equipo con talento, mucho trabajo y dedicación, visión estratégica y de futuro, y una dosis de buena suerte.

España lidera el camino hacia la igualdad

Ninguno de estos elementos es exclusivo del sexo masculino. Sin embargo, según los datos del último ‘Mapa del Emprendimiento’ elaborado por la plataforma Spain Startup-South Summit a partir de una muestra de 1.800 startups, tan solo el 18% de los fundadores de estos proyectos innovadores son mujeres.

El Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor) 2019-2020, que analiza las actividades de emprendimiento en 59 países del mundo, destaca que solo en nueve de esos países hay paridad entre hombres y mujeres, o están por encima. Es curioso que donde más elevada es la tasa de actividad emprendedora femenina (indicador que representa el porcentaje de mujeres del total de población femenina de entre 18 a 64 años que poseen y gestionan un negocio propio) es en los países del África Subsahariana y América Latina, reduciéndose en Europa y en las regiones de Oriente Medio y Norte de África.

Si tenemos en cuenta los datos de España en el contexto europeo, encontramos que según este informe nuestro país encabeza la paridad en el continente, con 9 mujeres emprendedoras por cada 10 hombres, y que la diferencia que los separa se ha reducido en un 30% en la última década. Son datos esperanzadores, pero aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar la igualdad de oportunidades a la hora de poner en marcha un proyecto emprendedor. 

El éxito vinculado con la figura del empresario, entre las barreras para emprender

El primer paso para conseguir esta igualdad, como persigue el ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible) 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, pasa por analizar los motivos que influyen en la brecha de género en el emprendimiento. El diagnóstico sobre igualdad de género en el emprendimiento para jóvenes publicado por Acción Contra el Hambre explica que los factores sociales como la imagen de empresario de éxito asociada a los hombres o la carencia de mujeres referentes en la ciencia y la tecnología, tienen consecuencias individuales: muchas mujeres suelen sentirse menos preparadas a la hora de emprender. Por otro lado, en el ámbito estructural, los roles de género tradicionales continúan asignándole las responsabilidades familiares y domésticas a la mujer de manera desproporcionada, pudiendo perjudicarlas a la hora de disponer de dos recursos básicos para lanzar un proyecto: tiempo y ahorros. En este sentido, existen las barreras de acceso a financiación por parte de empresas lideradas por mujeres, puesto que suelen ser más pequeñas, operan en sectores menos competitivos y sus fundadoras suelen ser menos experimentadas, como también recoge el Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor) Mujer y desafío emprendedor en España 2019-2020.

El poder transformador de la colaboración y el apoyo de la comunidad

¿Cómo podemos transformar esta realidad y aumentar las oportunidades de las mujeres en el ámbito emprendedor? Puesto que esta brecha está provocada por diversos factores también debe abordarse desde muchos frentes.  Existe un valor que está ganando cada vez más peso: el poder de la colaboración. Enfrentarse al momento de lanzarse a una aventura de emprendimiento no significa estar sola. La soledad ante la magnitud de un nuevo proyecto puede hacer que surja el miedo al fracaso y el peso de la responsabilidad respecto a la toma de decisiones puede abrumar. Por eso, son muchas las emprendedoras que buscan entornos colaborativos como puede ser un espacio de coworking, una comunidad de emprendimiento o un programa de aceleración para desarrollar su propuesta empresarial.

Formar parte de una comunidad de estas características les brinda una red de apoyo donde además de encontrar inspiración, aprendizaje y motivación, pueden conocer otras experiencias similares con éxitos y fracasos de los que aprender para evitar cometer errores “de libro”. Estos contextos, también pueden favorecer el crecimiento de su proyecto gracias a la generación de sinergias con otros emprendedores con quienes sumar fuerzas acceder a recursos e incluso  entrar en contacto con inversores que se interesen por su negocio.

El verdadero impacto cuando ellas lideran

Muchas de las mujeres emprendedoras que hoy triunfan en nuestro país utilizaron estas redes colaborativas para construir sus experiencias de éxito, y muchas de las que ahora mismo están apostando por hacer realidad su idea lo están haciendo desde estos ecosistemas de emprendimiento.

Es el caso de Laurence Fontinoy, cofundadora y CEO de Woom, una app que se dedica a ofrecer ayuda a las mujeres que desean ser madres, utilizando la ciencia de datos aplicada a la salud reproductiva de la mujer. O el de Mónica Pérez y Pilar Trucios, fundadoras de Experience Ahead, una empresa que ayuda a directivos de entre 45 y 60 años a reinventarse profesionalmente. También en los entornos rurales encontramos mujeres con un gran potencial que son capaces de transformar su realidad local en una idea empresarial. A través de la iniciativa GIRA Mujeres, promovida por Coca-Cola de la mano de la red de comunidades de emprendimiento Impact Hub Madrid, hemos conocido a Mercedes Rodríguez, fundadora de Mercenatura, dedicada a la creación de productos térmicos elaborados a partir de huesos de aceituna; o a Ana Lus, que con Alpacana apuesta por dar un giro a la ganadería tradicional, criando alpacas en Cantabria y comercializando productos elaborados con su preciada lana.

Gracias a su talento y su trabajo en red, estas profesionales generan un triple impacto positivo en su entorno: social, medioambiental y económico. Y se convierten en referentes de éxito necesario para reducir las desigualdades en el ámbito empresarial. Estimular el emprendimiento femenino es un imperativo para el futuro de nuestras sociedades.