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Encuesta de Robeco sobre el clima

Crece el número de grandes inversores que asumen un compromiso público de cero emisiones netas para 2050

Los resultados de la nueva encuesta global sobre el clima de la firma de gestión de activos Robeco muestran un ligero crecimiento del número de inversores que asumen un compromiso público de cero emisiones netas para 2050. Asimismo, la biodiversidad se convierte en una preocupación mayoritaria, el 48% de los encuestados considera que es clave para su política de inversión.

El cambio climático tiene cada vez mayor influencia en las políticas de inversión.
El cambio climático tiene cada vez mayor influencia en las políticas de inversión.

La firma holandesa de gestión de activos Robeco publicó su encuesta global sobre el clima por tercer año consecutivo. Se trata de un estudio en profundidad sobre cómo se plantean los inversores las oportunidades y riesgos derivados del cambio climático. La encuesta, realizada por CoreData Research, abarca 300 de los mayores inversores institucionales y mayoristas de Europa, Norteamérica, Asia-Pacífico y Sudáfrica, que aglutinan alrededor de 27,4 billones de dólares en activos gestionados.

Entre los resultados que arroja el análisis destaca que desde 2022 ha aumentado ligeramente el número de inversores que han asumido, o están en proceso de asumir, un compromiso público de cero emisiones netas para 2050 (48% frente a 45%). Ahora están focalizados en la compleja tarea de ponerlo en práctica mediante la remodelación de sus carteras.

Evaluación del impacto de las emisiones a la hora de invertir

La encuesta muestra un gran progreso en evaluación de relevancia, con una mayoría de inversores (55%) que evalúan el impacto de sus carteras en las emisiones de carbono. Sin embargo, las emisiones de Alcance 3, o emisiones indirectas, como los viajes de negocios y la eliminación de residuos, siguen siendo problemáticas, ya que sólo el 20% de los inversores las miden. Además, sólo el 27% tiene una visión prospectiva de cómo evolucionarán las emisiones de las empresas en las que invierte, lo que es fundamental para las oportunidades de inversión, el engagement y las decisiones de desinversión.

Los datos recogidos también muestran una adopción significativa de los escenarios de cambio climático, ya que el 25% de los inversores ya los integran en las hipótesis del mercado de capitales, o es probable que lo hagan en los próximos 12 meses. Además, el 29% ha adoptado o adoptará índices de referencia orientados al clima durante el próximo año.

Apuesta por las energías renovables

El estudio también revela que la crisis energética ha aumentado la importancia de apostar por las energías renovables para más de la mitad (51%) de los inversores, aunque sólo el 30% ha acelerado los esfuerzos de descarbonización de su cartera a la luz de los últimos acontecimientos.

Casi la mitad de los inversores (47%) ha revisado algunos de sus planteamientos ASG para evitar una rentabilidad inferior a corto plazo, al no querer perderse las fuertes rentabilidades del sector del petróleo y el gas. De hecho, el 38% de los inversores en Europa ha permitido mayores asignaciones a corto plazo en empresas petroleras y gasistas, porcentaje que se eleva al 48% en Norteamérica y al 59% en Asia-Pacífico.

Asimismo, en el proceso de transición a una economía con bajas emisiones de carbono, una transición justa (que aborde las implicaciones sociales del cambio energético) cobra mayor importancia para los inversores. Un 68% de los encuestados indica que va a ser un factor significativo en su política de inversión en los próximos dos años, aunque solo un 41% puede afirmarlo con fundamento.

Preocupación por la biodiversidad

Una de las principales conclusiones de la encuesta de este año es que la biodiversidad se ha convertido en una preocupación mayoritaria, con una relevancia que se acerca a la del cambio climático. Casi la mitad (48%) de los inversores considera que es importante o clave para su política de inversión, porcentaje que se prevé subirá al 66% en los dos próximos años.

La renta variable, los bonos verdes y los mercados privados son las principales clases de activos para integrar la biodiversidad, aunque los mayores obstáculos para su aplicación son la falta de datos y calificaciones adecuados (53%) y la insuficiente experiencia interna (41%). En la actualidad, sólo el 25% de los inversores utiliza fondos dirigidos específicamente a objetivos de biodiversidad, aunque en comparación con 2022 se ha producido un gran aumento de la demanda de fondos de impacto (60%) y fondos temáticos (57%).

Por último, otro resultado a destacar es la mayor presión política a la que se enfrentan los inversores, que pone de relieve importantes divergencias regionales. El movimiento anti-ASG gana adeptos en EEUU y el 47% de los inversores norteamericanos está preocupados por la creciente oposición política y legal a sus planes de inversión sostenible, frente a sólo un 30% en Europa. Por otra parte, a la mayoría de los inversores europeos (63%) y de Asia-Pacífico (57%) les preocupa más la presión política por no actuar en materia de ASG y clima, frente a una minoría que comparte esa opinión en Norteamérica (40%).