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Futuro del trabajo

Alrededor de cinco millones de empleos en España corren el peligro de ser desplazados para 2030

El informe ‘El futuro del trabajo después de la COVID-19’, elaborado por la consultora McKinsey Global Institute (MGI), analiza el impacto a largo plazo de la pandemia en el mercado laboral de ocho países, incluido España.

Reunión laboral virtual
Reunión laboral virtual

Las perspectivas del mercado laboral vienen condicionadas por la crisis del coronavirus, que ha acelerado el teletrabajo, la digitalización y la automatización en las empresas, especialmente en ámbitos de trabajo de alta proximidad física. Factores que afectarán a la estabilidad de los puestos de trabajo y que amenazan a 4,6 millones de empleos en España. Según el informe de MGI, “uno de cada cuatro ocupados se verá obligado a cambiar de puesto de trabajo antes del 2030 para no quedarse en paro”, ya que, según explica, la automatización generará nuevos perfiles profesionales en sustitución de los vigentes.

Los sectores que se verán afectados en este sentido serán los camareros, vendedores minoristas, cajeros, empleados de oficina, operadores de máquinas de envasado y llenado o empleados de contabilidad, auditores o agentes de seguros. Mientras, la creación neta de empleo se producirá principalmente en puestos de trabajo con salarios elevados, los de atención sanitaria y las profesiones STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas), que incorporarán a un millón de profesionales de las nuevas tecnologías en la próxima década.  

Además, el informe destaca que los sectores del ocio y el turismo, de los más castigados por la pandemia, también se verán afectados en el futuro debido, sobre todo, a la reducción de viajes de negocios por el teletrabajo o a la reducción de la demanda de la hostelería por el incremento de servicios de comida a domicilio.

Como consecuencia del incremento del comercio electrónico, que en España se triplicó en 2020 por la pandemia, el informe prevé una subida de los trabajos dedicados a la logística, a la distribución y al delivery.

Serán los trabajadores más vulnerables, aquellos con menor formación y salarios más bajos, los más jóvenes, las mujeres y los inmigrantes los que sufrirán con mayor fuerza los efectos de esta tendencia y quienes deberán tratar de acceder a empleos más especializados, para lo que tendrán que adquirir nuevas competencias y habilidades. “El 54% de los trabajadores de bajos ingresos y el 54% de las mujeres serán desplazados forzosamente de sus actuales empleos para sobrevivir laboralmente a la automatización de la economía”, subraya el informe.

De esta forma, en España se crearán alrededor de medio millón de nuevos empleos con un percentil alto de ingresos, mientras que se destruirán 700.000 puestos en niveles salariales intermedios y otros 100.000 en los percentiles salariales más bajos.       

El teletrabajo ha venido para quedarse

En cuanto al teletrabajo, el informe señala que en 2030 solo el 18% de los trabajadores españoles podría teletrabajar la mayor parte del tiempo (al menos, tres días a la semana), un porcentaje inferior al de otros países desarrollados y que han sido analizados, como Alemania (24%), Francia (21%), Reino Unido (26%) o Estados Unidos (22%). Según estima, los trabajadores de estos países podrían desarrollar sus tareas desde casa sin que se registre una pérdida de productividad.

Tras la experiencia positiva que ha supuesto el teletrabajo, la encuesta de MGI, realizada a 800 altos ejecutivos, destaca que las empresas se plantean reducir en un 30% de media sus espacios de trabajo, algo que supondrá un impacto geográfico y frenará la emigración a las grandes ciudades.

La fuerza laboral híbrida

Otra de las conclusiones de este informe es que el gran cambio del mercado laboral será el tecnológico. Una de las tendencias que se consolidarán en las empresas en la próxima década será la automatización de los puestos de trabajo con la incorporación de herramientas como la realidad virtual, Internet de las Cosas, inteligencia artificial, Big Data o la robótica, entre otras.

En este sentido, en 2020, la inteligencia artificial (IA) y la automatización han ayudado al desarrollo productivo de las empresas y, con la creciente evolución del teletrabajo, estas tendrán que seguir aprovechando esta tecnología para la mejora de su productividad.

Una realidad que ya existe, pero que se asentará en el futuro. Según la consultora Gartner, la inteligencia artificial podría automatizar por completo el 69% del trabajo rutinario de los ejecutivos en 2024. Una conclusión que puede llevar a plantearnos el futuro del trabajo, ya que asistimos a que humanos y empleados digitales se fusionen en una fuerza laboral híbrida.

En este sentido, esta consultora identifica tres tendencias clave que impactarán en el futuro del trabajo: la automatización del trabajo rutinario con IA, la destreza digital y el trabajo híbrido con mano de obra distribuida.

Según indica, la IA ya está automatizando grandes partes del trabajo rutinario para dirigir el enfoque de los empleados hacia un trabajo de mayor valor, no rutinario. Así, explica, pocos trabajos serán reemplazados por la IA, pero casi todos los trabajos experimentarán alguna automatización o aumento de esta. Las organizaciones que adopten una combinación de humanos y máquinas que complementen las capacidades de cada uno, permitirán a sus empleados realizar sus trabajos de manera más efectiva que los humanos o las máquinas con IA que trabajen solos.

Asimismo, también señala que la destreza digital de las organizaciones se volverá crítica y podría crear una gran ventaja competitiva, por lo que, a medida que las empresas aceleren sus iniciativas de transformación digital, será fundamental contar con una fuerza de trabajo digitalmente fuerte.

Según Gartner, el 48% de los empleados probablemente trabajará de forma remota después de la pandemia, en comparación con el 30% de aquellos que lo hacían en un mundo prepandémico. La pandemia ha acelerado esta tendencia, obligando a muchas organizaciones a trasladar una gran proporción, si no toda, de su fuerza de trabajo al trabajo remoto y después de ella, muchos empleados querrán trabajar a distancia más de lo que lo hacían antes de la pandemia, sostiene.

Por último, tal y como concluye, las organizaciones ampliarán su población de trabajadores híbridos para permitir una mayor flexibilidad en la gestión de la fuerza de trabajo, tanto para ahorrar costes como para hacer frente a las ausencias temporales debidas a la enfermedad o al cuidado de personas.