Pasar al contenido principal
La iniciativa apuesta por el uso de materias primas sostenibles

BioFCase II podría reducir en un 2% la utilización de plásticos en la Comunidad Valenciana

La implementación de materias primas más sostenibles se ha convertido en un reto para los fabricantes de productos plásticos y en una exigencia actual por parte de la Unión Europea (UE). En esta línea, el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio (AIJU) ha puesto en marcha la segunda fase del proyecto BioFCase. Con ella, pretende dar continuidad al proyecto que inició en 2021 y que tiene como objetivo apoyar a las empresas en la implementación de materiales más sostenibles en sus productos.

En la segunda fase de BioFCase, participarán 12 empresas de la Comunidad Valenciana.
En la segunda fase de BioFCase, participarán 12 empresas de la Comunidad Valenciana.

BioFCase nació con el fin de que empresas del sector del juguete, envase y menaje de la Comunidad Valenciana implementasen en sus productos bioplásticos de carácter más sostenible. Estos productos debían ser alternativos al plástico procedente de combustibles fósiles y cumplir con los requisitos y regulaciones para su integración directa en la cadena de valor, es decir, sin comprometer la producción y/o calidad de los productos de las ocho empresas participantes.

A raíz de los resultados favorables del primer año, se ideó el proyecto BioFCase II con el fin de optimizar los materiales obtenidos anteriormente. Al tratarse de materiales novedosos, tanto para las empresas como para la aplicación, resulta necesario para el proyecto mejorar algunos aspectos tales como la resistencia a la temperatura o la estabilidad dimensional.

Además, los desarrollos se ampliarán al sector de la puericultura, donde se ha constatado gran interés y se aprecia un fuerte potencial para la implementación de estos nuevos biomateriales. También se incluirán productos de mobiliario comercial, donde se trabajará con maniquíes fabricados mediante rotomoldeo. De esta forma, al proyecto BioFCase, que tiene el apoyo de la Conselleria de Innovación, Universidad, Ciencia y Sociedad de la Generalitat Valenciana, se han adherido 12 empresas colaboradoras, de las cuales seis lo realizan en continuidad con el proyecto BioFCase I. En esta segunda fase, el proyecto BioFCase cuenta con la colaboración de empresas como Fábrica de Juguetes y Plastic Forte. 

En vista de los resultados obtenidos en la primera fase del proyecto, se calcula que unos 860.000 productos pueden ser potencialmente sustituidos por materiales más sostenibles, lo que supone un 2% de la industria de plástico en la Comunidad Valenciana. Este hecho supondría la reducción de la huella de carbono y la minimización del impacto ambiental.

En este sentido, Ana Ibáñez, técnico que desarrolla el proyecto en AIJU, indica diversos beneficios que plantea la iniciativa para el medioambiente, tales como la disminución de la fuerte dependencia de recursos fósiles o la reducción del volumen de desechos plásticos. “Al emplear fibras naturales o coproductos, se aprovechan desechos procedentes de la industria alimentaria y además se trabaja el concepto de economía circular”, señala.

Potencial de comercialización

En la validación de los materiales obtenidos, se analizan parámetros de sostenibilidad y las propiedades mecánicas que estos materiales aportan al producto fabricado. A tal fin, se revisan y definen los requisitos de cada empresa y del demostrador a desarrollar para asegurar que los nuevos materiales cumplen con las especificaciones técnicas y funcionales de los productos objetivo.

En el proceso de ejecución del proyecto, resulta primordial seleccionar, optimizar y validar bioformulaciones funcionales para el desarrollo de los demostradores, adaptándolos a medida de las especificaciones y requerimientos de cada empresa y las propiedades de los demostradores. Conforme a estos criterios, se obtuvieron y analizaron más de 20 bioformulaciones en la primera fase de BioFCase.

Finalmente, se procede al escalado de las bioformulaciones y de los demostradores, de forma que permita la validación técnica, económica y medioambiental de cada caso de estudio.