
Los últimos datos de EDP, que tiene como objetivo alcanzar los 7.000 puntos de carga pública en la península ibérica en 2026, apuntan que el número de recargas en los primeros ocho meses del año, incluyendo tanto espacios de acceso público como puntos de recarga privados, fue de 83.133 recargas, lo que supone un incremento del 7% con respecto al mismo periodo de 2023.
Según Javier Martínez, director eMobility de EDP, “en un momento donde la movilidad eléctrica está avanzando rápidamente, estamos comprometidos en ofrecer una red de recarga que no sólo acompañe ese crecimiento, sino que lo anticipe. Gracias a nuestra apuesta por puntos ultrarrápidos y tecnologías innovadoras como las baterías de respaldo, hemos logrado expandir nuestras localizaciones por toda España de manera ágil y eficiente”.
En la misma línea, Martínez añadió que “la inclusión de métodos de pago sencillos, como la tarjeta bancaria en cargadores tanto rápidos como AC, permite un acceso más universal para todos los conductores, desde eléctricos hasta híbridos enchufables. Hoy en día, viajar en coche eléctrico no sólo es posible, sino también cómodo y con múltiples opciones, lo que refuerza nuestra visión de una movilidad más sostenible y accesible para todos”.
Coincidiendo con la celebración de la Semana Europea de la Movilidad, que ha tenido lugar del 16 al 22 de septiembre, EDP ha destacado, precisamente, estos positivos datos y ha expuesto las claves para impulsar y consolidar la movilidad eléctrica en nuestro país.
Infraestructura de puntos de recarga
La red de recarga en España es ya muy completa, lo que supone que viajar en coche eléctrico ya no sólo sea viable, sino también fácil y con multitud de opciones. Nuestro país cuenta con cerca de 30.000 puntos de recarga, lo que representa un cargador por cada cinco vehículos, un dato superior a la media europea de un cargador por cada 10.
En cuanto a los puntos de EDP, la infraestructura ha mejorado considerablemente en los últimos dos años y ha abierto puntos ultrarrápidos por toda España gracias a la apuesta por infraestructuras de alta potencia con baterías de respaldo que permiten mejorar y adelantar el despliegue optimizando la conexión a la red.
Legislación, burocracia y ayudas insuficientes
A pesar de los avances, uno de los grandes retos de la movilidad eléctrica sigue siendo la mejora en los procesos legislativos y burocráticos. Los largos plazos para la obtención de ayudas y la falta de mecanismos eficientes que impulsen la compra de vehículos eléctricos, especialmente para empresas, son frenos importantes para una adopción masiva de este tipo de vehículos.
España es líder en volumen de ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos, pero su aplicación sigue siendo insuficiente. En comparación con otros países europeos, donde las ayudas son más rápidas y eficaces, en España puede tardarse hasta 24 meses en recibir los incentivos. Además, las ventajas fiscales, como la deducción del IVA para empresas, son más limitadas.
Desinformación sobre los puntos de recarga
Muchos consumidores aún desconocen aspectos clave como la localización, métodos de pago y la interoperabilidad de los puntos de recarga, lo que genera reticencia a la hora de adquirir un vehículo eléctrico. En otros países, el pago con tarjeta bancaria y la facilidad para encontrar cargadores están más extendidos, haciendo que la experiencia del usuario sea más sencilla y atractiva.
EDP está en proceso de despliegue de puntos de pago con tarjeta, no sólo en carga rápida, sino también en cargadores AC, es decir, en puntos de recarga lentos que pueden ser encontrados por ejemplo en supermercados o centros comerciales. Este servicio, que comenzará a estar operativo durante este año en algunos de los puntos instalados, facilitará un acceso sencillo y universal a todos los conductores de VE, pero también de híbridos enchufables, pudiendo optimizar sus paradas en supermercados sin necesidad de descargar ninguna aplicación.
Economía de los vehículos eléctricos
A pesar del aumento del precio de la electricidad, cargar un vehículo eléctrico en casa sigue siendo significativamente más económico que mantener uno de combustión. Los estudios confirman que, con el tiempo, el coste del cargador se amortiza y que su vida útil supera la del propio coche.
Además, España cuenta con una regulación favorable para la instalación de cargadores en garajes privados, facilitando así la transición para los consumidores.