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Según un estudio publicado en Scientific Reports

El área de vegetación se duplica en Groenlandia a causa del deshielo

Debido al deshielo de los glaciares y los casquetes polares en Groenlandia, que se ha acentuado en las últimas tres décadas, existe un crecimiento exponencial del área de vegetación. El cambio en la cobertura del suelo se asocia al incremento de las temperaturas, que se encuentran especialmente por encima de los 6°C desde la década de 1980 hasta la actualidad.

En las últimas cuatro décadas se han perdido alrededor de 28.700km² de hielo permanente en Groenlandia.
En las últimas cuatro décadas se han perdido alrededor de 28.700km² de hielo permanente en Groenlandia.

Desde el decenio de 1980, el Ártico sufre una pérdida de la capa de hielo, sobre todo en Groenlandia, donde el cambio climático se encuentra entre los más pronunciados de la zona. Según un estudio publicado recientemente en la revista Scientific Report, en las últimas cuatro décadas se han perdido alrededor de 28.700 kilómetros cuadrados de hielo permanente, que han sido sustituidos por suelo rocoso.

Como consecuencia a este deshielo, además de observar la superficie rocosa, existe un crecimiento de la vegetación, según muestran los resultados de esta investigación basada en el análisis de imágenes de satélites entre los años ochenta y la actualidad.

Cambio en la cubierta terrestre

La pérdida de volumen de hielo en la cubierta terrestre supone un incremento significativo en la vegetación y los humedales, así como en la superficie de agua derretida. Este aumento se ha concentrado especialmente en el este y noreste de Groenlandia, donde se han observado cambios drásticos en la composición del paisaje, con la expansión de humedales y la proliferación de vegetación en áreas antes dominadas por el hielo.

Las cifras más relevantes del análisis muestran un aumento del 380% en la cobertura de vegetación densa y húmeda en la isla, abarcando más de 28.000 km². El mayor crecimiento en la cobertura de vegetación densa y húmeda se ha producido en las cercanías de Kangerlussuaq, en el suroeste, y en parches aislados en el noreste.

La mayor parte de este nuevo panorama cubierto de vegetación se puede atribuir al desarrollo de brezales húmedos a lo largo del retroceso de las orillas de los lagos entre 1995 y 2017, según exponen los investigadores.

Todo ello tiene efectos negativos, puesto que los cambios en la vegetación representan una estabilización de la tierra, introducen una variabilidad estacional del albedo y afectan en gran medida a la retención de nieve, la infiltración y el clima general de la capa límite local. Además, reduce el suministro de sedimentos y nutrientes a los cursos de agua, pero al mismo tiempo acelera la degradación del permafrost, una capa permanentemente congelada debajo de la superficie, e introduce carbono y carbono orgánico disuelto y otros gases de efecto invernadero en la Tierra.

Impacto del cambio climático

Groenlandia es un punto focal del cambio climático ya que, desde la década de 1970, esta isla ha experimentado un calentamiento que duplica la tasa media mundial. Datos alarmantes revelan que la temperatura media anual del aire entre 2007 y 2012 fue 3ºC más elevada que el promedio registrado entre 1979 y 2000.

Ante ello, los científicos afirman que existe una sólida evidencia de que esta tendencia al alza podría mantenerse en el futuro, lo que provocaría la ocurrencia de temperaturas aún más extremas en la región.

Estos cambios se atribuyen directamente al calentamiento global y al derretimiento acelerado de los glaciares en Groenlandia. El estudio destaca que, a pesar de un aumento en las temperaturas medias, la relación entre el cambio climático y la transformación de la cobertura de tierra es más compleja de lo que se pensaba, con factores como el número de días con temperaturas superiores a 6°C, lo que desempeña un papel crucial en la evolución del paisaje.

Del agua dulce al agua de deshielo

Según los expertos, existe una relación entre el incremento del agua dulce y el agua de deshielo, tanto en la costa este como en la costa oeste. En Groenlandia se ha incrementado un 15%, es decir, 10.000 km², el área de agua de deshielo. Esto se debe a un aumento en la descarga de los ríos y en las plumas de sedimentos de agua de deshielo en lagos y partes poco profundas de los fiordos.

El incremento de la descarga de agua de deshielo de los ríos afecta tanto a los fiordos locales como a las aguas costeras, lo que influye en las temperaturas de la superficie del mar, salinidad, sedimentos en suspensión y en los ecosistemas marinos. Además, existe una disminución en el área de agua dulce, lo que se debe también a los drenajes de los lagos. 

Invasión de vegetación 

El crecimiento sustancial de la vegetación en regiones de deshielo crítico puede interpretarse como una manifestación del aumento de la temperatura del aire, que calienta las superficies del suelo e impulsa el deshielo. De esta forma, la infraestructura de Groenlandia se ha visto forzada a asentarse en un terreno desafiante por sedimentos glaciares espesos y poco consolidados.

En tres décadas, la superficie cubierta por vegetación se ha duplicado en la isla, alcanzando un total de 87.475 km², por lo que esta invasión probablemente aumentará exponencialmente, amenazando tanto a las comunidades locales como a la infraestructura, según exponen los expertos. 

En las representaciones elaboradas por los autores, se muestra la comparación entre las clasificaciones de cobertura del suelo a finales de los años ochenta y finales de la década de 2010, que revela un reverdecimiento a medida que la cobertura vegetal se extiende, en especial, en el suroeste y el noreste.

La superficie cubierta por vegetación se duplica en Groenlandia.

Este análisis puede interpretarse como revelador de una retroalimentación positiva entre la degradación del permafrost y la invasión de la vegetación que probablemente aumentará exponencialmente, amenazando tanto a las comunidades locales como a la infraestructura. 

La cubierta vegetal es quizás el cambio más profundo que se ha cuantificado porque tiene un efecto considerable en el sistema climático. Las observaciones de campo elaboradas, combinadas con la cartografía, indican una amplia proliferación de arbustos en Groenlandia, por lo que, según los analistas, "el reverdecimiento del Ártico se manifiesta en gran medida en la proliferación de especies de tundra arbustiva".