Madrid y Barcelona están trabajando para promover el uso de la bicicleta y garantizar que los ciclistas se sientan protegidos en la vía urbana. Estos aspectos son clave para reducir la siniestralidad de los ciclistas y, en consecuencia, la congestión del tráfico y la contaminación en las mencionadas ciudades.
Según el informe realizado por el Programa Internacional de Evaluación de Carreteras (iRAP) en el marco del proyecto ‘CycleRAP’, las vías ciclistas de Madrid y Barcelona presentan un riesgo medio-bajo. El estudio, que ha contado con el apoyo de la Fundación MAPFRE y la Unión Ciclista Internacional (UCI), ha analizado también las infraestructuras de Bogotá, Fayetteville y Sao Paulo, ciudades que, según la investigación realizada, muestran el camino a seguir en el ámbito de la movilidad ciclista.
En Madrid, se analizaron 98 kilómetros de vías ciclistas de distintos tipos: se evaluaron ciclo-carriles de uso compartido con otros vehículos, zonas de uso exclusivo de bicicletas y movilidad ligera y otros tipos de vías contempladas en el Plan de Movilidad Sostenible Madrid 360. La mayoría de los carriles ciclistas analizados se catalogó como vías de riesgo medio-bajo, destacando los carriles bici del Paseo de la Castellana como mejores ejemplos. Sin embargo, no resultaron tan bien valorados las vías de uso compartido con vehículos a motor limitadas a 30 km/h, principalmente por la falta de respeto de estos últimos al límite de velocidad.
En cuanto a Barcelona, tras analizar 84 kilómetros de infraestructuras ciclistas urbanas, el riesgo de las vías se clasificó como medio o medio-bajo. Y al igual que sucede en Madrid, el principal peligro para los ciclistas se encuentra en las vías ciclistas de uso compartido con otros vehículos, especialmente en aquellas no segregadas físicamente. Mientras, los carriles bici de Sant Boi de Llobregat son los mejores ejemplos de movilidad segura en bicicleta de la ciudad.
El estudio, que ha sido elaborado en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid y el Área Metropolitana de Barcelona, propone mejoras para la expansión de la red de carriles bici y el mantenimiento de la infraestructura vial. Algunas de estas propuestas son la instalación de señalización específica para bicicletas, la creación de zonas de velocidad reducida, la identificación de secciones de alto riesgo en carriles bici, la mejora de la iluminación y el lanzamiento de campañas de concienciación.
Tras la publicación de informe, Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, como entidad que ha apoyado el estudio, señaló el “desconocimiento e infracción de las normas como factores de riesgo importantes”. Además, se refirió a la importancia del casco, cuyo uso evita dos de cada tres lesiones graves en ciclistas.