Los grandes fabricantes de autobuses para entornos urbanos y metropolitanos, así como los operadores de transporte colectivo, seguirán manteniendo, a corto plazo, la tecnología del gas y el biometano en sus vehículos, mientras las tendencias a futuro apuntan al vehículo eléctrico, tanto de hidrogeno como de batería.
Así lo puso de manifiesto el director de la iniciativa miciudadatodogas, Ibon Basterrechea, durante la jornada ‘El Transporte Urbano: del Diésel al Autobús Sostenible’, un webinar que contó con la participación de destacados agentes del sector.
Estos expertos, representantes de fabricantes e infraestructuras, así como grandes operadores de transporte urbano, coincidieron en destacar los siguientes criterios esenciales para decidir la tecnología en la renovación de las flotas de autobuses: la maduración y fiabilidad de la tecnología; el diferencial de precios de los autobuses; la disponibilidad y precios de las distintas energías; y, por último, la disponibilidad de infraestructuras de recarga.
Durante el encuentro, se analizaron experiencias de ciudades españolas, fabricantes y operadores que están actualmente en proyectos de transición desde un modelo basado en el gasóleo hacia un transporte cero emisiones. Entre ellas, las de Autobuses Urbanos de Valladolid (AUVASA); Alsa/National Express; Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB); Scale Gas; CaetanoBus; Scania Hispania; y la Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (ATUC). Y, por parte del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), participó Alfredo Sánchez Vicente, consejero técnico de la Dirección General de Transporte Terrestre.
Según Ibon Basterrechea, en el momento actual, las ciudades siguen manteniendo su apuesta por el gas natural porque “este combustible de transición, a pesar de ser de origen fósil, colabora en la lucha contra el cambio climático, al ser una tecnología madura y competitiva y con claras ventajas medioambientales, ya que reduce notablemente las emisiones contaminantes en relación con otros combustibles fósiles”.
El biometano, un gas renovable de fácil implantación en las flotas actuales, está teniendo un gran desarrollo en otros países europeos, dado que su coste de abastecimiento actualmente es el menor de todas las tecnologías y además potencia la economía circular; sin embargo, el escaso desarrollo de esta energía renovable en España no hace posible aún su uso masivo o industrial.
Respecto a las pilas de combustible de hidrogeno verde, analizadas también durante la jornada, se consideró una fuente válida y eficiente cero emisiones, pero esta tecnología aún en fase de desarrollo tiene como dificultades destacables el alto precio de los vehículos, así como la ausencia de hidrógeno verde e infraestructuras asociadas.