El evento de presentación contó con la intervención de David Lucas, secretario general de Agenda Urbana y Vivienda del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), quien dio paso a la presentación del Informe País agradeciendo la labor de GBCe “por el apoyo constante y el trabajo permanente que desarrolla con este y otros ministerios para conseguir los ambiciosos objetivos que nos hemos marcado en el sector”. Además, Lucas añadió: “Soy optimista ya que estamos trabajando en una buena línea y esto nos invita a pensar que seremos capaces de cambiar la forma de hacer las cosas y no desperdiciar la oportunidad que se nos presenta”.
Entre las conclusiones del informe, se extrae que la cantidad de certificaciones ambientales voluntarias emitidas son un indicador directo y sencillo para medir si hay demanda en la sostenibilidad en la edificación. En este sentido, España inició el siglo XXI con una demanda prácticamente nula de edificios certificados con sellos nacionales o internacionales de sostenibilidad, como VERDE. A pesar de ello, y aunque en los últimos años ha habido un auge en el sector, actualmente menos del 0,1% de la totalidad de edificios construidos o rehabilitados posee algún tipo de certificación. Así, el informe corrobora que la urgencia obliga a seguir insistiendo en la necesidad de otros modelos de construcción y creación de ciudades.
Durante el evento, Bruno Sauer, director general de GBCe, señaló que “el Informe País es la columna vertebral para trabajar los próximos ocho o diez años. Su propósito es acelerar la transformación del sector en España hacia un modelo sostenible”.
Del mismo modo, el informe tiene el objetivo de ordenar y estructurar el trabajo para los próximos años, tratando de acertar en las acciones para estimular y activar más la demanda, imprescindible para provocar una transformación más acelerada del sector. En esta línea, GBCe ha dibujado un marco de actuación sujeto a cinco palancas para conseguir el cambio en las exigencias de los edificios y ciudades: la comunicación, la capacitación, la reglamentación, la financiación y la innovación. Todas se complementan y se necesitan entre ellas para alcanzar los objetivos del estudio.
Por un lado, la comunicación refuerza las otras cuatro, mientras que la financiación es necesaria para la innovación y tiene que acompañar a la regulación. Además, la capacitación es la base para que las otras tengan efecto a gran escala. Por otro lado, la innovación necesita la seguridad regulatoria y la comunicación para ser conocida y, por último, la regulación sin una sociedad formada o un sector sin capacidad de financiarse es letra muerta.
Por otra parte, Bruno Sauer también recordó que “existen seis urgencias en las que debemos trabajar los próximos años: descarbonización, salud, sociedad resiliente, biodiversidad, economía circular y renovación integral a nivel de edificios, ciudades y territorios”.