En el Día Mundial de los Océanos, que se celebra cada 8 de junio, Greenpeace denuncia que no se haya logrado frenar el inicio de la minería submarina en aguas internacionales. Se trata de una industria emergente, impulsada por algunos Gobiernos y empresas, que daría comienzo a una nueva era de explotación de recursos con el potencial de causar daños irreversibles al medio marino, provocando pérdida de biodiversidad y amenazas potenciales a un sumidero de carbono crítico.
Después de una década de negociaciones, la ONU acordó hace menos de tres meses (tras reconocer que los océanos se enfrentan actualmente a una emergencia climática y una crisis de biodiversidad sin precedentes), un Tratado Global de los Océanos con el que proteger el 30% de las aguas internacionales para 2030.
Aun así, la biodiversidad marina sigue en peligro por distintas amenazas como la contaminación por plásticos y microplásticos; la destrucción de los hábitats marinos; la contaminación acústica por las maniobras navales y las prospecciones de combustibles fósiles; el cambio climático; la acidificación de los océanos; la sobreexplotación pesquera; y ahora la nueva amenaza de la minería submarina.
Llamamiento a los Gobiernos
En julio de 2023, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, en inglés) volverá a celebrar sus reuniones del 10 al 28 de julio, en las que se debatirá sobre un “código minero” y la “regla de los dos años”, que permitiría el inicio de la minería submarina a finales de año. Greenpeace hace un llamamiento a los Gobiernos para que ejerzan sus competencias y garanticen el cumplimiento de las obligaciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, para que protejan y prevengan daños al medio marino rechazando cualquier solicitud de licencia para iniciar la minería submarina.
El pasado mes de marzo, los Gobiernos se reunieron en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos en Jamaica y no llegaron a un acuerdo para proteger los océanos frente a esta nueva industria extractiva; es más, dejaron una puerta abierta para que la empresa The Metals Company comience a operar a finales de este año debido a una normativa aprobada hace de más de 30 años, que no contempla la protección de los océanos y tiene un vacío legal que podría permitir el comienzo de esta actividad a partir del 9 de julio.
Se necesita más investigación para comprender los ecosistemas y la biodiversidad de los fondos marinos, pero se sabe que la minería submarina es incompatible con un futuro sostenible. En la zona Clarion Clipperton (CCZ) (futuro emplazamiento minero más probable) hay entre 6.000 y 8.000 especies desconocidas según un estudio reciente del Museo de Historia Natural. Con la actual falta de conocimientos científicos y de comprensión de las consecuencias de la minería en los fondos marinos, la aprobación de un proyecto de minería comercial socavaría los objetivos del recientemente acordado Tratado Global de los Océanos e incumpliría las disposiciones de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar relativas a la protección y preservación del medio marino, así como el principio de precaución.
Premio Rayo Verde de la Academia de Cine y Greenpeace
Por otro lado, en España, personalidades destacadas por su defensa de los océanos, representadas por los actores Carlos Bardem y Elena Anaya, recibieron el II Premio Rayo Verde de la Academia de Cine y Greenpeace en el Día Mundial de los Océanos.
Este grupo de personalidades del mundo del cine, la cultura y la música han demostrado su implicación en la protección de los océanos, esencial para la conservación y protección de la naturaleza, así como contribuir a la resiliencia al cambio climático y salvaguardar los medios de subsistencia de millones de personas. Entre dichas personalidades se encuentran Javier y Carlos Bardem, Alejandro Sanz, Álvaro Longoria, Jon Kortajarena, Elena Anaya, Penélope Cruz, Úrsula Corberó, Inma Cuesta, Dani Guzmán, Lucía Jiménez, Alberto Ammann, Alba Flores, Pedro Alonso, Álvaro Morte, Patricia Conde, Hiba Abouk, Cecilia Gessa, Rebeca Jiménez, Jan Cornet, José Manuel Seda, Nerea Barros o Fernando Tejero.
"No podemos celebrar plenamente el Tratado Global de los Océanos porque ahora mismo hay muy poco que se interponga entre las maravillas naturales de las profundidades oceánicas y las máquinas mineras”, declaró Marta Martín-Borregón, responsable de Océanos de Greenpeace.
En su opinión, "considerar siquiera la posibilidad de aprobar la minería submarina −como se presiona a los Gobiernos para que hagan a partir de este mes de julio− sería criminal". "Las empresas a la vanguardia de la transición ecológica ya están pidiendo que se detenga, al igual que los gobiernos desde el Pacífico hasta América Latina y Europa. Ha llegado el momento de que los Gobiernos pidan una moratoria de la minería de aguas profundas y envíen una señal clara, tras el histórico Tratado Global de los Océanos, de que la era de la destrucción de los océanos ha terminado", concluyó.