La Fundación Human Age Institute, una iniciativa impulsada por ManpowerGroup en 2014, ha reunido en Madrid a un elenco de expertos en talento y sostenibilidad para analizar los retos de las compañías con el criterio social de la ESG.
Mario Alonso Puig, conferenciante y escritor experto en liderazgo, innovación y gestión empresarial; Silvia Leal, experta en Tecnología y Tendencias del Futuro; Juan Carlos Cubeiro, experto en Talento, Liderazgo Innovador y Coaching, y James Gomme, director de Equity Action del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés), fueron quienes participaron en este encuentro.
“La desigualdad genera un riesgo sistémico tan urgente como la emergencia climática”
Hablamos de personas
Por su parte, James Gomme aseguró que actualmente nos enfrentamos a tres crisis: la emergencia climática, la pérdida de la biodiversidad y la creciente desigualdad. Según aseguró, “en las dos primeras, hemos hecho grandes progresos, pero, sin embargo, no tenemos un objetivo claro y común en materia de desigualdad”, ya que, en su opinión, el problema es que “la desigualdad -de ingresos, de riqueza y de bienestar- mata a gente en todas las partes del mundo”.
Asimismo, indicó que las empresas y gobiernos tienen el deber de seguir creando empleos y mostrar que son accesibles, diversos e inclusivos. En este sentido, planteó que, además “tenemos que distribuir el valor y el riesgo de forma equitativa, y plantearnos si realmente se está distribuyendo el valor entre los profesionales”.
“Hay mucho espacio en la ESG para las compañías que quieren reducir su huella de carbono, pero aquí estamos hablando de personas”, concluyó.
“Es esencial impulsar las huellas positivas para garantizar la sostenibilidad”
La huella social como solución
Juan Carlos Cubeiro, experto en Talento, Liderazgo Innovador y Coaching y responsable de la hoja de ruta de Aprendizaje y Empleo en Human Age Institute, aseguró que durante años la sociedad se ha centrado en reducir los impactos negativos sobre el medio ambiente o el buen gobierno pero que, sin embargo, es la huella social, la única que resuelve el riesgo sistémico de las organizaciones.
Tal y como subrayó, la E y la G – de los criterios ESG- "son imprescindibles", pero reconoció que, para poder dejarle un mundo habitable a las futuras generaciones, "debemos también construir la sostenibilidad desde lo social; la S es esencial”. “Hay huellas negativas, a evitar, y huellas positivas que son las que nosotros queremos impulsar porque creemos realmente que las empresas sostenibles deben dejar un impacto positivo”, añadió.
“Vamos a un futuro más humano gracias a la tecnología”
Empleo sostenible
Además, durante la intervención de Silvia Leal, aportó soluciones para que las empresas puedan crear ese "preciado y necesario empleo sostenible". Según destacó, todo parece indicar que en España hay empleo decente, pero “si abrimos los ojos nos encontramos con la Gran Realización; nos encontramos con salarios mucho más bajos que los de nuestros países vecinos; nos encontramos con empleados sin propósito…”.
En su opinión, “si nos apalancamos en ese propósito e intentamos motivar a las personas desde ahí, podremos tener empresas sostenibles en el tiempo con un empleo sostenible y decente”. Por eso, añadió que tenemos que acelerar la digitalización “para impulsar el talento que me ayude a crecer como compañía y crear ese empleo sostenible”.
“Necesitamos urgentemente humanizar nuestra sociedad”
Humanizar la sociedad
Por otra parte, el doctor Mario Alonso Puig puso el acento en el estrés crónico como el factor que “está realmente deteriorando nuestra sociedad”. “Este estrés crónico que tiene mucho que ver con la presión exterior y con la presión interior. Esa presión interior muchas veces está condicionada por las relaciones; cuando las personas no nos sentimos vistas como seres humanos, realmente sufrimos. Por eso necesitamos urgentemente humanizar nuestra sociedad; querernos más, creer más unos en otros, valorarnos más y desafiarnos más para crecer y apoyarnos en el camino”, explicó.
Alonso Puig, quien lleva más de 20 años trabajando con equipos directivos para potenciar las capacidades humanas, aseguró, además, que el nivel de distracción que experimenta nuestra sociedad es abrumador. “Estamos constantemente viajando entre el pasado y el futuro y no nos detenemos en el presente. Quien no está en el presente, está ausente y esto tiene implicaciones muy profundas en la salud y en el nivel de felicidad y bienestar”, indicó.
Según incidió, “para ser felices lo primero que hay que dejar de hacer es dejar de acusarnos, juzgarnos y castigarnos. Nuestra generación enjuicia y eso aleja la experiencia de felicidad”. “Cuando uno se enfoca en conocerse, entonces puede superarse. En el momento en el que uno, ante sus fallos y los de los demás, en lugar de tomar el papel de un juez toma el papel de un explorador, se abre un panorama totalmente nuevo”, añadió.
Para el conferenciante, el papel de Human Age Institute en este camino hacia la felicidad de las personas en las organizaciones "es clave". “Cuando muchas empresas y personas se alinean buscando cómo favorecer el desarrollo de las organizaciones, todo mejora; mejora su salud, su bienestar, su felicidad y mejoran los resultados”, aseguró.
Es el momento de una revolución sostenible
Para la fundación Human Age Institute, instituciones, empresas y personas afrontan una década clave para transformar la economía, reducir el impacto en el medio ambiente y dejar una huella positiva en la sociedad y, precisamente por eso, es el momento de impulsar una revolución sostenible.
En palabras de su presidente, Raúl Grijalba, “las organizaciones han venido centrando sus esfuerzos en el criterio medioambiental y de buen gobierno, pero tenemos que mirar más allá porque avanzar en una economía de impacto cero implica reducir nuestra huella en el entorno, pero también aumentar nuestro impacto positivo en la sociedad”.
Según explicó, “al ayudar a reducir el desajuste de talento y abordar el reto de dotar de nuevas competencias a los profesionales, además de apoyar a las empresas en su vigilancia de entornos profesionales diversos, inclusivos y preocupados por el bienestar integral de las personas, no sólo se crea empleo de calidad, sino que además estamos contribuyendo a reducir las desigualdades”.
Por su parte, Margarita Álvarez, directora de Human Age Institute, recordó que es fundamental el rol que juegan las organizaciones en la construcción del futuro. En su opinión, el papel de las empresas “es mucho más relevante hoy de lo que lo era hace décadas”, por lo que, según aseguró, “lo que se haga desde las compañías tendrá un efecto directo en un futuro sostenible para todos”.
“Tenemos la oportunidad, el privilegio y la responsabilidad de afrontar nuevos retos y buscar soluciones para que las personas estén en el centro de la acción corporativa”, concluyó.