
Un equipo científico internacional ha realizado el análisis mundial más exhaustivo hasta la fecha sobre diversidad genética a nivel temporal, espacial y taxonómico. El estudio revela que se está perdiendo diversidad genética en todo el planeta. Para llegar a esta conclusión, el equipo investigador revisó “decenas de miles de estudios para tener una visión global, y los resultados mostraron una tendencia general a la pérdida de diversidad genética con el tiempo”, informa el español Carles Vilá, uno de los científicos que ha participado en el estudio.
Sin embargo, y a pesar de esta consecuencia tan alarmista, el estudio también ha demostrado que “una gestión adecuada de las poblaciones naturales puede ayudar a detener e incluso revertir estas tendencias a perder diversidad genética”, afirma Vilá.
Los análisis abarcan más de tres décadas (de 1985 a 2019) y 628 especies de animales, plantas y hongos de todos los ámbitos terrestres y la mayoría de los marítimos de la Tierra. Los resultados revelaron pérdidas en diversidad genética de dos tercios de las poblaciones analizadas, particularmente en los casos en los que se indicaba como amenazas los cambios de uso de suelo, enfermedades, explotación o persecución.
La diversidad genética se relaciona con la capacidad de las poblaciones para encontrar soluciones a problemas que puedan aparecer. “Por ejemplo – aclara el científico español-, si una población tiene mucha diversidad genética aumentan las posibilidades de que algún individuo pueda tener una composición genética que facilite la supervivencia del individuo frente a perturbaciones ambientales como pueden ser las asociadas a la llegada de algún virus o cambio climático”, aclara Vilá.
Una gestión adecuada de las poblaciones naturales puede ayudar a detener e incluso revertir estas tendencias a perder diversidad genética
Según el científico español, “si estos individuos y sus descendientes sobreviven, la población también sobrevive. Es decir, la diversidad genética a nivel poblacional es como tener una mayor diversidad de herramientas para bricolaje en el conjunto de población. Con herramientas más diversas aumentan las posibilidades de tener las que pueden ser útiles para solucionar un determinado problema. Por tanto, mayor diversidad genética facilita la capacidad de adaptación y supervivencia de las poblaciones”.
En todas las poblaciones pueden existir individuos que, por muy diversas circunstancias, no lleguen a reproducirse. Puede tratarse de individuos que mueren antes de alcanzar la madurez sexual por un accidente, no encuentran pareja, un predador / herbívoro se come la descendencia ... “Esto se traduce en que estos individuos no pasan su material genético a la generación siguiente”, advierte Vilá.
El científico aclara que “cuanto más pequeña sea una población, más fácil resulta que parte de la diversidad genética, una variante de un gen que está presente en pocos individuos, se acabe perdiendo. Este proceso se denomina la ‘deriva genética’ y afecta a todas las poblaciones: cuanto más pequeñas, mayor es la deriva genética. Así, todas las perturbaciones ambientales que producimos y que llevan a reducir y/o fragmentar las poblaciones y a disminuir el intercambio de individuos entre poblaciones vecinas (pensemos por ejemplo en poblaciones de lobos) hacen que aumente la deriva genética y así aumenta la pérdida de diversidad”.
Consecuencias
Esta pérdida de diversidad puede comprometer la supervivencia de las especies a largo plazo y su capacidad para adaptarse a los cambios ambientales. Sin embargo, Vilá añade que “el estudio también demuestra cómo una gestión adecuada de las poblaciones naturales, evitando su fragmentación o reducción excesiva, apoyando el intercambio genético de las poblaciones aisladas, restaurando hábitats degradados ... pueden ayudar a detener los procesos de deriva genética que estamos provocando”.