Las empresas que quieran atraer y fidelizar al mejor talento deben estar preparadas para dar respuesta a un mundo en constate cambio. Esa capacidad de adaptación se ha convertido en uno de los activos más valiosos tanto para empresas como para profesionales y es, además, el hilo conductor de la última edición del informe que ManpowerGroup elabora anualmente sobre las tendencias que afectan al mundo del empleo.
Bajo el título ‘2024, el año de la adaptación: hacia un empleo moderno y sostenible’, la compañía identifica e ilustra con datos clave las 14 tendencias que ya están impactando en compañías y trabajadores y que lo seguirán haciendo en los próximos años con el objetivo de proporcionar orientación para afrontar los desafíos y aprovechar oportunidades emergentes.
Articuladas en torno a cuatro fuerzas clave que llevan años dando forma al mundo del empleo –cambios demográficos, avances tecnológicos, motores de competitividad y preferencias individuales–, estas 14 tendencias van desde la aplicación de la inteligencia artificial y su impacto en el empleo; el aumento del trabajo en remoto facilitado por la automatización; la reorganización que están viviendo las cadenas de suministro; o la transformación verde, que tendrá un impacto directo en cómo las organizaciones gestionan sus equipos.
Para Francisco Ribeiro, country manager de ManpowerGroup, “estas tendencias no sólo reflejan los cambios en las demandas del mercado, sino que también ofrecen claves sobre retos que se aproximan y oportunidades para la innovación. Estamos ante un momento en el que las transformaciones ocurren a una velocidad sin precedentes y la capacidad de adaptación es una herramienta fundamental y necesaria para las compañías”.
En esta línea, añade que “esto ocurre a todos los niveles, no sólo hablando de talento, y las empresas deben estar dispuestas a evolucionar constantemente, abrazar la tecnología de manera inteligente y priorizar la sostenibilidad. Y todo ello sin perder de vista que las personas siguen siendo el principal generador de valor añadido”.
Principales tendencias
Según apunta el informe, está surgiendo una nueva relación entre las organizaciones y sus profesionales, en la que los roles tradicionales se reequilibran y se reinventan frente a unos cambios y oportunidades sin precedentes. En este sentido, la creatividad, la colaboración y la flexibilidad se perfilan como fundamentales para un futuro del empleo próspero bajo el paraguas de la sostenibilidad, la digitalización y la automatización.
De este modo, el documento advierte que, en relación con los cambios demográficos, las organizaciones deben tener en cuenta una serie de aspectos clave. En concreto, señala que la formación juega un papel clave para aprovechar el talento de los sénior; que el futuro del empleo lo impulsarán las mujeres; que fomentar la diversidad, la igualdad y la inclusión se ha convertido en una estrategia crítica de negocio; y que es preciso un nuevo enfoque en los procesos de selección de profesionales para encontrar a los perfiles que las empresas necesitan.
En el apartado de avances tecnológicos, por su parte, el estudio identifica tres nuevas tendencias que ponen de relieve que las personas deben dar forma a un uso responsable de la inteligencia artificial; que la IA se ha convertido en una catalizadora de empleo; y que el desarrollo profesional, contar con metas y objetivos claros, una cultura corporativa positiva, la eficiencia tecnológica, la comunicación y colaboración y la adopción de tecnología son los impulsores de productividad más importantes para las empresas.
Sobre los motores de competitividad, en tercer lugar, el informe revela que el avance de la transición verde continúa y el impacto en la sociedad y en los resultados de las empresas está cobrando protagonismo; que la responsabilidad de guiar una transformación que dé prioridad a las personas recae en los líderes preparados; que es necesario reorganizar las cadenas de suministro para hacer frente a sus vulnerabilidades e incrementar su resiliencia; y a la importancia de equilibrar los salarios puesto que éstos son el principal motor de la productividad.
Y, finalmente, en relación con las preferencias individuales, ManpowerGroup resalta la importancia de la ‘consumerización’ del empleo, adoptando medidas como la semana laboral de cuatro días, la posibilidad de que los empleados elijan sus horas de inicio y finalización y la flexibilidad para teletrabajar; considera que la Generación Z da forma a la cultura corporativa; y apunta la relevancia de construir una experiencia de empleado a medida.