El punto de partida fue una investigación previa en la que, utilizando registros de temperatura y mortalidad de 35 países europeos, se ajustaron modelos epidemiológicos para estimar la mortalidad relacionada con el calor en el verano de 2022. Utilizando un conjunto de datos de anomalías en la temperatura media global en superficie entre 1880 y 2022, estimaron el aumento de las temperaturas debido al calentamiento antropogénico en cada región. A continuación, restaron esos aumentos a las temperaturas registradas para obtener una estimación de cuáles habrían sido los registros termométricos en ausencia del calentamiento antropogénico.
Por último, utilizando el modelo desarrollado en el primer estudio, se estimó la mortalidad para un escenario hipotético en el que se hubieran dado esas temperaturas sin calentamiento.
Los resultados, publicados en la revista Nature, mostraron que el número de muertes relacionadas con el calor por millón de habitantes atribuidas al calentamiento antropogénico eran el doble en las regiones del sur que en el resto de Europa.
En línea con estudios anteriores, el equipo encontró un mayor número de muertes relacionadas con el calor atribuidas al cambio climático entre las mujeres (22.501 de 37.983 muertes) y las personas de 80 años o más (23.881 de 38.978 muertes) frente a los hombres (14.026 de 25.385 muertes) y las personas de 64 años o menos (2.702 de 5.565 muertes).
“Este estudio arroja luz sobre la medida en que el calentamiento global afecta a la salud pública. Aunque observamos un aumento de la mortalidad relacionada con el calor en casi todos los países analizados, no todas las personas se ven afectadas por igual, siendo las mujeres y los ancianos especialmente vulnerables a los efectos adversos del aumento de las temperaturas”, afirmó Thessa Beck, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
Medidas ambiciosas de adaptación y mitigación
Las temperaturas en Europa están aumentando el doble de rápido que la media mundial, lo que agrava los efectos sobre la salud. Pero el cambio climático no sólo ha exacerbado la mortalidad relacionada con el calor en veranos excepcionalmente calurosos como el de 2022.
Según las conclusiones del estudio, entre el 44% y el 54% de la mortalidad estival relacionada con el calor entre 2015 y 2021 puede atribuirse al calentamiento global. En términos absolutos, esto corresponde a una carga anual de entre 19.000 y 28.000 muertes. En comparación, las cifras para 2022 muestran un alarmante aumento del 40% en la mortalidad relacionada con el calor y un aumento de dos tercios en la mortalidad atribuida al calentamiento antropogénico.
“Nuestro estudio hace un llamamiento urgente a los gobiernos y a las autoridades nacionales del continente europeo para que aumenten la ambición y la eficacia de las medidas de vigilancia y prevención y para que implementen las nuevas estrategias de adaptación y los esfuerzos globales de mitigación. Si no hay acciones, las temperaturas récord y la mortalidad relacionada con el calor seguirán aumentando en los próximos años”, afirmó Joan Ballester Claramunt, investigador principal del proyecto EARLY-ADAPT del Consejo Europeo de Investigación (ERC).