Las investigaciones del economista indio, que comenzaron en la década de los setenta, construyeron una base para analizar cómo las sociedades que tienen una cantidad fija de recursos no renovables deben repartir esos recursos a lo largo del tiempo e invertir en tecnologías alternativas para facilitar la conservación de los mismos.
El jurado del premio destaca que Dasgupta sentó las bases “para definir y medir el desarrollo sostenible”, recogiendo como una variable determinante “el valor social de la naturaleza. A diferencia de las medidas de bienestar basadas en los flujos como el PIB, Dasgupta propuso medir el desarrollo sostenible como el cambio en el valor contable de la riqueza total”, incluyendo en ese indicador el capital natural. “Estas ideas –concluye el acta– han aportado un marco para la contabilidad verde que ahora está ampliamente aceptado para medir el desarrollo sostenible”.
Para Lucrezia Reichlin, catedrática de Economía en la London Business School y miembro del jurado, la clave del enfoque de Dasgupta reside en dos cuestiones que él defiende: la primera es “que lo importante para medir correctamente el desarrollo sostenible es la riqueza a lo largo del tiempo, y no en un momento puntual como muestran los indicadores de flujos como el PIB”; y la segunda, “que esa medición de la riqueza debe incorporar el valor de los recursos naturales, pero no medidos por precios de mercado, ya que estos tienen externalidades que los infravaloran, sino a través del valor social del capital natural”.
El trabajo de Dasgupta y sus propuestas para medir el bienestar económico “son fundamentales en la actualidad”, según Eric Maskin, presidente del jurado y Premio Nobel de Economía: “Es el economista de nuestro tiempo que más ha subrayado la importante interacción entre la vida económica y el entorno natural. En sus trabajos enfatiza que toda actividad económica tiene implicaciones para nuestro medioambiente, casi siempre negativas (la degradación del entorno natural), y que esas implicaciones deben tenerse en cuenta para formular y llevar a cabo una política económica que realmente tenga sentido no solo para las personas del mundo actual, sino también para las generaciones futuras”.