Las ciudades, vistas en numerosas ocasiones como entornos antinaturales, han comenzado a ser reconocidas por su potencial para albergar una rica biodiversidad. Un estudio de la Universidad de Yale publicado en 2022 en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' destaca que la expansión de las ciudades amenaza a 855 especies, subrayando la urgencia de incluir la biodiversidad en la planificación urbana.
Además, en términos similares, el Informe Mundial de las Ciudades, elaborado y publicado también en 2022 por ONU-Habitat, ponía de relieve que las ciudades deben adoptar políticas que promuevan un desarrollo más verde, inclusivo y equitativo para hacer frente a los desafíos del cambio climático y la urbanización acelerada.
En este sentido, es importante recordar que la biodiversidad urbana no sólo aborda la presencia de plantas y animales en las ciudades, sino también de cómo estos elementos interactúan con el entorno urbano y con los seres humanos. Sobre ello, precisamente, un estudio realizado por la Universidad de Barcelona pone de relieve que la biodiversidad en las ciudades puede mejorar la salud mental y física al proporcionar espacios para la recreación y el contacto con la naturaleza.
Pero, además, la biodiversidad urbana puede atraer turismo y fomentar un sentido de comunidad y pertenencia entre los residentes, lo que a su vez puede impulsar la economía local. En definitiva, su impacto es notable en la sostenibilidad ambiental y ofrece beneficios tangibles para la salud, la economía y la cohesión social de las ciudades si se impulsan, por ejemplo, los siguientes factores:
Creación de espacios verdes
Parques, jardines y corredores verdes son esenciales para proporcionar hábitats a diversas especies. Estos espacios no sólo mejoran la calidad del aire y reducen el efecto isla de calor, sino que también ofrecen áreas de recreación para los ciudadanos.
Techos y paredes verdes
La implementación de techos y paredes verdes en edificios ayuda a aumentar la superficie verde en áreas urbanas densamente pobladas. Estos elementos pueden albergar plantas y pequeños animales, contribuyendo a la biodiversidad y mejorando la eficiencia energética de los edificios.
Jardines comunitarios
Los jardines comunitarios fomentan la participación ciudadana y la educación ambiental. Además, permiten a los residentes cultivar plantas nativas y crear hábitats para insectos y aves, fortaleciendo la conexión entre la comunidad y la naturaleza.
Protección de áreas naturales urbanas
Reservas naturales y áreas protegidas dentro de las ciudades son cruciales para la conservación de especies locales. Estas áreas actúan como refugios para la fauna y la flora y facilitan la investigación y la educación ambiental.
Infraestructura sostenible
La integración de infraestructura verde, como sistemas de drenaje sostenible y pavimentos permeables, ayuda a gestionar el agua de lluvia y reduce la contaminación. Y, además, estos sistemas también pueden crear microhábitats para diversas especies.
Políticas y regulaciones
La implementación de políticas y regulaciones que promuevan la conservación de la biodiversidad también es fundamental. Esto incluye la protección de especies nativas, la regulación del uso de pesticidas y la promoción de prácticas de construcción sostenibles.
Educación y concienciación
Programas educativos y campañas de concienciación son, sin duda, imprescindibles para informar a los ciudadanos sobre la importancia de la biodiversidad urbana. La educación puede fomentar prácticas sostenibles y el respeto por la naturaleza en entornos urbanos.