El Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) ha creado un producto a base de cuatro extractos naturales de diversas plantas y algas, que fortalece las defensas de las lechugas frente a la salinidad y la sequía, problemas cada vez más comunes en la agricultura mediterránea. Según un estudio publicado recientemente en la revista Journal of Integrative Plant Biology, este producto puede emplearse tanto en la agricultura convencional como en la ecológica, ya que no contiene productos químicos sintéticos y cumple con la normativa vigente.
La investigación demuestra que la aplicación de este producto, denominado CalBio, en el sistema de riego aumenta el rendimiento de la cosecha de lechugas en condiciones normales, pero especialmente en condiciones de salinidad en el suelo. La sustancia aplicada a la planta, que está compuesta por partículas sólidas y granulosas, induce la producción de unas hormonas vegetales llamadas citoquininas, que provocan que esta aumente sus defensas en suelos agrícolas con alta salinidad.
Según José Miguel Mulet, investigador del IBMCP y coordinador del trabajo, esto “implica que tenemos una herramienta nueva para hacer frente a la disminución de la producción asociada a la sequía”. El coordinador del estudio recuerda que "solo hay que tener en cuenta que este año la producción de uva moscatel ha caído un 90% en el norte de Alicante por la sequía, y el año pasado al sequía provocó un aumento dramático del precio del aceite de oliva”. Con estas herramientas “podemos hacer frente a algunas de las consecuencias más dramáticas del cambio climático”, afirma.
Futuro de la agricultura
Hay que tener en cuenta que la Unión Europea limita, cada vez más, el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos. “Si queremos hacer frente a la caída de producción provocada por las sequías tenemos que buscar nuevas herramientas que se adapten a la actual legislación europea, y nuestro producto lo cumple”, asegura Mulet.
El investigador afirma a Soziable.es que el objetivo principal del estudio era “desarrollar un producto efectivo que se adaptara al reglamento europeo de bioestimulantes, es decir, que fuera de origen natural y que no aportara nutrientes ni tuviera efecto per se sobre ninguna plaga, sino que activara los propios mecanismos de defensa de la planta”. Por lo tanto, este proyecto está diseñado desde su nacimiento para que el producto fuera lo más efectivo posible dentro de los límites que establece la ley.
Calbio
Este nuevo producto, CalBio, utiliza una combinación de cuatro extractos diferentes provenientes de sauce, regaliz, de levadura y de un alga llamada ascophylum.
¿Cómo se llegó a este descubrimiento? El equipo de investigación puso a punto una metodología que permitió una evaluación rápida de la eficiencia de diferentes extractos naturales. En concreto, partieron de 11 extractos diferentes y “lo que hicimos fue ensayar diferentes combinaciones hasta dar con al más eficaz utilizando dos sistemas modelos, la levadura de panadería y una planta llamada Arabidopsis”, informa Mulet.
Además de beneficiar a las lechugas, en el trabajo se han publicado también resultados sobre su efectividad en brócoli “y estamos a la espera de publicar los resultados en tomate”, avanza Mulet. “Actualmente estamos realizando nuevos ensayos”, añade.
Del uso de CalBio también se podrán beneficiar otros cultivos hortícolas, como el pimiento, la cebolla y la berenjena, además de árboles frutales.
Para que los agricultores se puedan beneficiar e implantar CalBio en sus plantaciones hay que esperar a la autorización de la Unión Europea, “que esperemos llegue rápido”, dice el coordinador del estudio. “Una vez superado el trámite administrativo, esperemos que esté disponible en cualquier punto de venta habitual,, aunque de eso se encarga la compañía, yo soy el científico”, asegura el científico.