Celmira Macedo, creadora de la metodología EKUI

“Sentí el dolor de millones de personas que se enfrentan a diario a barreras en el aprendizaje y la inclusión pasó a ser mi propósito de vida”

Equidad, Conocimiento, Universalidad e Inclusión. Estos son los principios rectores –y las siglas, en portugués– de EKUI, una metodología multisensorial e inclusiva de aprendizaje que, además, pretende construir una sociedad más empática. Su creadora, Celmira Macedo, quien recientemente fue reconocida como Emprendedora Social por la Fundación Ashoka, explica en esta entrevista con Soziable.es cómo este sistema, en el que tienen cabida formas de comunicación como el braille o la lengua de signos, aspira a que “todos puedan participar, sin dejar a nadie atrás”.

La metodología de aprendizaje EKUI busca una sociedad más inclusiva y empática.

23 Ene 2022 | Nat Carrasco | Soziable.es

La Educación, cuyo Día Internacional se celebra este lunes 24 de enero, se encuentra en la base de la iniciativa EKUI, una metodología de aprendizaje rompedora con respecto a otros sistemas puesta en marcha en Portugal por Celmira Macedo, CEO y fundadora del proyecto, en el año 2015.

Desde entonces, este sistema de aprendizaje inclusivo ha llegado a 316 pueblos y ciudades del país vecino; 4.500 profesores, terapeutas y padres han recibido formación basada en él; 400 profesores lo implementan en la actualidad en sus clases, lo cual ha impactado directamente en 11.000 niños y jóvenes; y la comunidad de personas que apuesta por este modelo ronda ya las 100.000 personas.

En el caso de EKUI, hay más de un matiz reseñable en cuanto a su desarrollo y con respecto a otras metodologías tradicionales, que, como afirma Macedo, “muchas veces excluyen más que incluyen”. Y es que, tal y como transmite su propia creadora en esta entrevista con Soziable.es, el modelo acoge ingredientes que, bien aderezados, le dan un toque de calidad que redunda en una sociedad no solo más inclusiva, sino también más empática.

Se trata, en concreto, de los conceptos de Equidad, Conocimiento, Universalidad e Inclusión, principios y valores muy presentes en EKUI y cuyas siglas conforman, en portugués, la lengua materna de Celmira Macedo, el nombre de la metodología. Y, tal y como expone su impulsora, “EKUI está cambiando radicalmente la forma en la que todos los niños aprenden o se comunican, creando una generación de niños, padres y profesores más empáticos, pero también más conocedores de las barreras de aprendizaje y comunicación de sus pares”.

Experiencias vitales

Sin lugar a dudas, romper con el sistema establecido no es tarea sencilla. En el caso de Celmira Macedo, tres grandes experiencias vitales le llevaron a desarrollar una metodología inclusiva como esta. En primer lugar, señala, “haber sido víctima de bullying de niña, en la escuela, por venir de África y tener una cultura distinta a la de los demás”, algo que le permitió, por desgracia, conocer de primera mano qué es la discriminación.

La segunda se produjo años más tarde, cuando comenzó a ejercer su labor como profesora. En aquel momento, afirma Macedo, “percibí que la escuela continuaba igual: discriminando a aquellos que eran diversos y a los más vulnerables”. Y, además, lamenta, “el currículo era como una tienda de talla única: si aprendes de la forma estandarizada, aprendes; si no, te quedas atrás”.

Y la tercera razón fundamental que le impulsó a acometer este proyecto fue algo que le permitió meterse en la piel de quienes no se pueden comunicar. Y es que, tal y como recuerda, “tuve un accidente cerebrovascular”.

Este cúmulo de circunstancias –aunque cada una de ellas, dada su relevancia, habría sido suficiente para dar un paso adelante– llevó a Celmira Macedo a tomar la decisión de cambiar la forma en la que aprendemos. “Sentí el dolor de millones de personas que se enfrentan a barreras en la comunicación y en el aprendizaje todos los días. Entonces el reto de la inclusión pasó a ser mi propósito de vida”, sostiene.

El desafió al que hizo frente, sin duda, no era menor. Y lo llevó adelante, además, con una preocupación y un objetivo que rondaban su mente: “conseguir que todos mis alumnos aprendieran, independientemente de sus características o necesidades”. Solo con el tiempo fue consciente de que “este problema es el mismo al que se enfrentan cada día los padres y los profesores y para el que a menudo faltan soluciones eficaces, eficientes y que puedan responder a la diversidad de nuestras escuelas”.

Una nueva metodología

Para tratar de solucionar dicho problema, comenzó, a través de su doctorado, a investigar cómo aprenden los niños. “Me encontré con un interesante universo de metodologías multisensoriales consideradas por el mundo académico como muy eficaces en el proceso de enseñanza y aprendizaje”, explica Celmira Macedo.

Y efectivamente, tal y como apunta, estas “solucionaron algunas de mis preocupaciones, pero no resolvieron mi problema de fondo”, ya que estas metodologías “no eran inclusivas y dejaban atrás a miles de niños cada año”. Por esa razón, principalmente, Macedo no se detuvo. “Como inconformista, quería lo mejor de ambos mundos y, como no existía, decidí crear EKUI”, sentencia.

Y, de este modo, puso en marcha su propia metodología de aprendizaje, un sistema que, a través de un diseño universal, asocia las letras del alfabeto, sus sonidos y la forma de producirlos (alfabeto fonético), el lenguaje de signos, los movimientos motrices y el código braille. Todo ello con un fin prioritario: permitir a todos participar en el aprendizaje.

Por ello, al aprender de este modo, Celmira Macedo explica que los niños y los jóvenes activan diferentes canales sensoriales –los del oído, la vista y el tacto, concretamente– y, de forma simultánea, se activan también diversas áreas del cerebro, lo que hace que el aprendizaje sea más eficaz, más motivador y más inclusivo.

Pero su creadora sí que insiste en algo que considera fundamental: “EKUI no pretende sustituir los métodos que ya utilizan los padres o los profesores, sino hacerlos más inclusivos y eficaces”. En este sentido, Macedo añade que “EKUI es al aprendizaje lo que una rampa es a un edificio con escaleras: lo hace accesible y permite que todo el mundo pueda entrar”.

Colectivos beneficiados

Cuestionada sobre los colectivos a los que se dirige un proyecto de estas características, Celmira Macedo señala que “nuestro foco está en las escuelas. Es ahí donde se produce el cambio sistémico y el mayor impacto”, pero deja claro, asimismo, que “también forman parte de nuestra comunidad las familias y los terapeutas”.

En esos contextos, apunta Macedo, “la metodología EKUI llega a los niños a través de sus profesores, educadores, terapeutas, psicólogos y tutores, pero, antes, los que formamos y capacitamos online promovemos una red ‘net work efect’, una comunidad de conocimiento multidisciplinar inclusiva y de educación para la diversidad”. Y diverso es ciertamente el término que define a su equipo de formadores. En este sentido, resalta que, en él, por ejemplo, “Carla es sorda y profesora de alumnos sordos; y Madalena es experta en braille, ciega y también formadora”.

Cambiar y romper barreras

Los orígenes suelen ser la etapa más difícil de cualquier iniciativa, sobre todo en el caso de aquellas más rupturistas. Este es, precisamente, el caso de EKUI. Y con ello coincide plenamente su impulsora. Tal y como afirma Celmira Macedo, “todo lo que implica cambio es difícil”.

En este sentido, no olvida que “tuvimos muchas resistencias” que, en muchos casos, aún persisten. Como ejemplos claros de ello, reconoce que “es complicado para un profesor enseñar de forma distinta a la que ha aprendido o, para un padre, comprender por qué su niño va a aprender lengua de signos en su clase si no lo necesita porque no es sordo”.

Por ello, Macedo recuerda que “el inicio fue muy duro” debido a que “yo defendía un cambio estructural en la forma de enseñar a leer y escribir y estaba identificando un problema social que muchos desconocían: 1,7 millones de portugueses tienen dificultades para acceder a la información a través de la lectura, la escritura o el habla todos los días de su vida. Y todos pasan por la escuela”.

Se trata, en definitiva, de barreras en el aprendizaje y la comunicación que, como advierte la creadora de EKUI, “son una realidad” que persiguen romper por medio de un propósito claro y bien definido: “identificarlas y eliminarlas siempre que sea posible”.

Y, aunque no sea fácil mostrar las bondades de un sistema rupturista como el que propone su metodología, Macedo reconoce que “poco a poco, vas consiguiendo seguidores y aquellos que invierten dos minutos de su tiempo en escucharte son los que fuerzan el cambio del sistema”.

Reconocimiento de la Fundación Ashoka

El pasado mes de noviembre, Celmira Macedo fue reconocida por su iniciativa EKUI como una de las dos Emprendedoras Sociales 2021 de la Fundación Ashoka. Y por ello, junto a la segunda Ashoka Fellow del pasado año, Nani Moré, chef y fundadora de la asociación Menjadors Ecológics, recibirá acompañamiento de la entidad de por vida y tres años de apoyo económico para multiplicar el impacto de sus iniciativas.

Para Macedo, “ser seleccionada como Ashoka Fellow es como tener un sello de calidad, credibilidad y validación como innovadora o emprendedora social. Estar en Ashoka me permitirá tener el acceso a una red donde puedo aprender más, establecer alianzas para crear sinergias y escalar EKUI a nivel internacional”.

A este respecto, sobre la expansión del proyecto más allá de las fronteras portuguesas, afirma que “me encantaría ver la metodología EKUI difundida en todas las escuelas portuguesas, asumiendo políticas públicas, pero si tengo que empezar en otro país, como España, no lo dudaría. La internacionalización es uno de nuestros objetivos”.

Recomendaciones para emprender

Dar el paso para convertirse en emprendedor no es algo sencillo. Y hacerlo con un proyecto social como el de Celmira Macedo requiere tener en cuenta otras consideraciones que podrían complicarlo y para lo que se requiere una determinación especial. La fundadora de EKUI afirma que, en su caso, tuvo que aprender que es fundamental “rodearse de quienes comparten los mismos principios y valores, incluso a nivel institucional” y que “lo peor que puede ocurrir en tu organización es tener un equipo que no esté alineado con el propósito y la misión”.

Gracias a su experiencia, ha aprendido que es esencial “mantener la concentración” a la hora de llevar adelante una iniciativa social, puesto que “estar en varios proyectos al mismo tiempo me distrajo en ciertos periodos en los que he podido perder oportunidades irrecuperables”. En definitiva, apunta, “hay que centrarse en lo que realmente importa”.

Asimismo, Macedo también recomienda “tener la humildad de aprender de todos aquellos con los que te cruzas”, pero también “saber filtrar muy bien la información que recibes”, puesto que “puede llevarte por el mal camino”.

Y, por último, advierte de la importancia de evaluar de forma adecuada. En este caso, sugiere “no tener miedo de llegar a conclusiones diferentes de tus expectativas” ya que, tal y como resalta, “equivocarse es muy importante si sabes aprovechar los errores que se cometen”.

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