Senior manager de Sostenibilidad y Cambio Climático de Deloitte
Fátima Araluce: “El sector energético tiene la oportunidad de convertirse en el líder de la transformación hacia una economía más sostenible”
La aportación del sector energético español al plano medioambiental ha sido una constante en los últimos años. Sin embargo, sus impactos positivos van más allá y cada vez es mayor su contribución social. De ello da fe Fátima Araluce, senior manager de Sostenibilidad y Cambio Climático de Deloitte, quien en esta entrevista con Soziable.es expone algunas de las conclusiones de un estudio centrado en esta contribución social realizado por la propia consultora y publicado por la Fundación Naturgy.
11 Mar 2022 | Nat Carrasco | Soziable.es
El estudio ‘La contribución del sector energético español a los nuevos objetivos sociales europeos’, elaborado por Deloitte y publicado por la Fundación Naturgy, pone de manifiesto que nueve de cada 10 empresas energéticas de nuestro país han puesto en marcha medidas para minimizar la pobreza energética y, además, para generar empleo.
Pero la contribución social de esta industria va mucho más allá. Sobre ella, y sobre las evidencias que han puesto sobre la mesa las conclusiones de esta investigación, reflexiona en esta entrevista con Soziable.es Fátima Araluce, senior manager de Sostenibilidad y Cambio Climático de Deloitte.
A lo largo de la conversación, Araluce detalla el modo en el que el sector energético español ha impactado positivamente sobre la sociedad y cómo ha actuado con respecto a empleados, clientes y proveedores, que constituyen sus principales stakeholders. Además, relata el rol que desempeña el sector en la transición energética hacia un modelo descarbonizado y la posición que ocupa en el ámbito de la sostenibilidad. Y, por supuesto, expone las razones y los objetivos que impulsaron la realización y el desarrollo de este estudio.
- Han realizado, junto a la Fundación Naturgy, el estudio ‘La contribución del sector energético español a los nuevos objetivos sociales europeos’. ¿Con qué fines nace esta investigación?
La decisión de realizar este estudio parte de una iniciativa conjunta de la Fundación Naturgy y Deloitte. Se trata de poner en valor la aportación realizada por el sector energético en acciones y objetivos sociales con la gran capacidad de generar un gran impacto social positivo en el entorno que el sector energético tiene en España.
Históricamente, el sector siempre se ha destacado por las aportaciones en acciones medioambientales, pero en este estudio queremos poner el foco en la contribución a la riqueza y el desarrollo que aporta mediante un modelo de negocio responsable a través de iniciativas de patrocinio y acción social
En este sentido, aporta un gran valor diferencial gracias a que presenta una gran vinculación con el territorio debido a la tipología del proyecto, a la naturaleza de su propia actividad y a la acreditada experiencia en acciones en materia de sostenibilidad.
Por todo esto, el sector contribuye de una manera muy significativa a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y responder a la Agenda 2030.
Más de un 67% de las compañías han desarrollado sus propias políticas de sostenibilidad, que dan respuesta a las tendencias sociales y normativas
- Según el análisis que han llevado a cabo, ¿qué contribuciones sociales ha realizado el sector energético español?
El sector energético español proporciona un impacto social positivo mediante tres palancas fundamentales. La primera es su contribución directa a la riqueza y al desarrollo de la sociedad española. Está fuertemente vinculado al desarrollo y crecimiento de los indicadores económicos de los países. En los estudios previamente analizados, vemos una relación muy directa entre el PIB y el consumo energético de los países debido a que el acceso a un suministro energético seguro y de calidad es una de las condiciones indispensables para nuestro crecimiento económico, no solamente con el impacto directo a los ciudadanos, sino que el resto de los sectores económicos se ven fuertemente impactados por el desarrollo del sector energético. Prueba de este impacto significativo es que las inversiones en activos materiales del sector superaron en 2019 los 4.900 millones de euros.
En segundo lugar, el sector genera una contribución directa a través del desarrollo del negocio con políticas y estrategias responsables en el entorno. Y se encuentra entre los más atractivos para trabajar por delante de otros sectores por su estabilidad, la innovación, las nuevas tecnologías y la seguridad laboral.
Y, en tercer lugar, contribuye a través de iniciativas de patrocinio y acción social. Algunas compañías disponen de fundaciones propias y otras colaboran con el tercer sector a través de distintas asociaciones, pero en términos de inversión total en responsabilidad social, el sector se sitúa en la cuarta posición por cantidad de inversión total.
- Y en relación a la transición energética, ¿qué papel cree que juega un sector como el energético?
El sector energético está llamado a liderar el proceso de transición ecológica. Es una gran palanca de este proceso porque tiene la capacidad de generar riqueza y transversalidad en la economía y dispone de un buen posicionamiento en ámbitos muy clave como la eficiencia energética, las nuevas tecnologías verdes y la economía circular, entre otros.
- Pero, en líneas generales, ¿de qué forma abordan las empresas energéticas las cuestiones de sostenibilidad en nuestro país?
Tradicionalmente, el sector energético siempre ha estado ligado a un fuerte compromiso medioambiental, pero vemos que el compromiso social ha aumentado. Y para esto las empresas del sector han invertido en generar una infraestructura interna muy sólida que incluye sistemas de gestión extensos, políticas públicas, formación a empleados, equipos internos especializados…
En el informe de la Fundación Naturgy y Deloitte, mostramos que más de un 67% de las compañías han desarrollado sus propias políticas de sostenibilidad, que dan respuesta a las tendencias sociales y normativas. Y de estas, el 57% afirma tener un plan de sostenibilidad que marca todas las iniciativas puestas en marcha en torno a los tres pilares fundamentales de la sostenibilidad: el ambiental, el social y el de la gobernanza.
- ¿En qué posición situaría, entonces, al sector energético de nuestro país en el ámbito de la sotenibilidad?
El sector energético español está a la vanguardia en materia de sostenibilidad. Fundamentalmente, por el gran papel que juega dentro de ese marco de descarbonización que tenemos en Europa para 2050 y responde a la creciente demanda de energías limpias y de integración social. Para dar un ejemplo muy concreto, de las 16 empresas españolas que entraron en el Dow Jones Sustainability Index por el mejor desempeño en materia de sostenibilidad, seis son compañías energéticas.
- ¿Cuáles son los Objetivos de Desarrollo Sostenible prioritarios para el sector energético español?
En líneas generales, el sector energético español tiene un gran impacto en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El más claro y evidente es el número 7, que trata sobre el suministro seguro y continuo de energía al beneficio más directo. Hablamos de la generación de riqueza compartida, la protección del medio ambiente, la generación de puestos de trabajo de calidad y la mejora de la calidad de vida de los empleados, los proveedores y otros trabajadores.
Además, el objetivo 1 y el 7 tratan sobre la vulnerabilidad energética y el sector tiene grandes iniciativas de patrocinio y acción social que contribuyen a la consecución de estos dos objetivos. Evidentemente, los objetivos 12 y 13, que tienen una finalidad medioambiental, son otros de los puntos en los que tiene una contribución más importante. No quiero olvidarme del objetivo 9, que trata sobre inversiones en el desarrollo y la ciencia, incluyendo temas como la cultura, recogido en el objetivo número 11; la educación, en el número 4; o el deporte, en el número 10.
- ¿Y los menos trabajados?
En cuanto a los objetivos en los que el sector no tiene tanto impacto, el número 6, sobre agua y saneamiento, o el objetivo 14, de vida submarina, evidentemente, no tienen un gran impacto por parte del sector energético por la propia naturaleza de su negocio.
- Los stakeholders, y la relación que se mantiene con ellos, son un asunto crucial para cualquier organización, también para las de la energía. ¿Qué políticas corporativas está aplicando el sector energético en relación a los empleados, clientes y proveedores?
El sector energético es muy consciente del compromiso con sus tres prioritarios grupos de interés. En primer lugar, los empleados. Según los últimos datos del INE, que datan de 2019, el salario medio de un trabajador dentro de este sector supera al salario medio de cualquier otro dentro de la economía, situándolo en unos 52.000 euros al año. Además de esto, casi todas las empresas encuestadas ofrecen ayudas económicas por nacimiento de hijos, por la escolaridad, restaurante subvencionado y otros beneficios como planes de pensiones, condiciones más favorables en seguros de vida, médicos, políticas de derecho a la desconexión digital y aumentando la presencia femenina dentro de los empleados. En este sentido, hemos visto un crecimiento de un 30% en puestos de alta dirección para mujeres.
En segundo lugar, el compromiso con los clientes y, fundamentalmente, con aquellos en situación de vulnerabilidad energética. Estas empresas ofrecen canales de comunicación específicos, revisión de tarifas y contratos, extensión de plazos y acciones para la detección de posibles casos de vulnerabilidad. Y, además, colaboraciones con otras entidades o con agentes del tercer sector para financiar programas o voluntariado corporativo.
Y, en tercer lugar, los proveedores. La compra local en las zonas de operación asciende a un 85% y se apoya directamente a los proveedores de la zona. Además de esto, en las empresas energéticas, los valores, la cultura corporativa y la ética de los negocios se transmiten en toda la cadena de suministro.
El sector energético español está a la vanguardia en materia de sostenibilidad. Fundamentalmente, por el gran papel que juega dentro de ese marco de descarbonización que tenemos en Europa para 2050
- Y en relación a la acción social, ¿en qué cuestiones concretas se enfocan las empresas del sector energético español?
En cuanto a la acción social, el sector es muy activo en la implementación de iniciativas relacionadas con este ámbito. El informe destaca que un 90% de las empresas que hemos analizado ha llevado a cabo este tipo de acciones. Concretamente, con planes para minimizar la pobreza energética, la creación de empleo o donaciones.
En el año 2020, las empresas invirtieron más de 85 millones de euros en iniciativas sociales que pasan por la mejora de las condiciones de seguridad, salud, bienestar de las comunidades en las que operan y programas para minimizar el impacto de la vulnerabilidad energética.
Este es uno de los ejes que vemos recurrentemente como políticas de responsabilidad social en el sector. Según los resultados del estudio, el 48% de las compañías tiene acciones encaminadas a mejorar las condiciones de los clientes en situación de vulnerabilidad.
Además, un 81% declara apoyar iniciativas formativas, no solamente para sus empleados o sus proveedores, sino también para el resto de las comunidades en las que operan. Por ejemplo, programas de educación reglada, seminarios, jornadas… con temáticas muy diversas, pero desde el ámbito de la energía, que es prioritario para el sector, y que incluyen otras como el cambio climático, el medio ambiente, la movilidad o los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- El informe que han realizado junto a la Fundación Naturgy también analiza la respuesta del sector energético a la sociedad tras la irrupción del coronavirus. ¿Ha estado este sector a la altura de las circunstancias?
Las empresas del sector energético han mostrado su lado más solidario, apoyando desde el principio a la sociedad española. Cuando llegó la crisis del coronavirus, puso el foco en la ayuda a tres colectivos importantes: los sanitarios, los clientes y la sociedad en general, con mayor dedicación a los grupos vulnerables.
Además, ha sido una clave en la gestión de la crisis del coronavirus, fundamentalmente, en las primeras olas, ayudando al suministro de electricidad y gas a los hospitales. De hecho, se dio un paso más allá y se tomó la decisión de abastecer de forma gratuita a centros medicalizados. Por ejemplo, Naturgy suministró gas natural gratuito en el hospital de campaña alojado en el recinto ferial de IFEMA, que se convirtió en el hospital más grande de España. Y también se suministró energía gratuita a hoteles que pusieron a disposición de las autoridades sanitarias sus instalaciones para pacientes y personal sanitario. Muchas empresas contribuyeron a la consecución de esto.
La gran capacidad logística y de compra nacional e internacional de las empresas del sector energético se facilitó para la adquisición y donación de material sanitario de primera necesidad, no solamente con donación de mascarillas, guantes o gafas, sino también con el envío rápido de máquinas de pruebas de PCR, equipos de respiración o material médico más sofisticado para ayudar a la labor del personal sanitario y civil.
Asimismo, se reestructuraron laboratorios y otras áreas de producción con el objetivo de fabricar material sanitario y varias entidades ofrecieron descuentos en el consumo eléctrico a los profesionales de los servicios autonómicos de salud. Empresas como Naturgy regalaron un año de reparaciones eléctricas y de gas a profesionales de la educación y centros docentes, también al personal sanitario, cuerpos y fuerzas de seguridad, miembros de la UME, bomberos y residencias de la tercera edad.
- De cara al futuro, ¿qué debe hacer el sector energético para mantener su contribución a los objetivos sociales?
La contribución del sector energético es imprescindible para poder abordar los retos sociales que tenemos enfrente. El sector ha llevado a cabo estrategias de contribución que pasan por la generación de riqueza y desarrollo y mediante la actividad de negocio ejecutada de una manera responsable y sostenible, además de actividades de patrocinio y acción social.
Se ha convertido en un actor clave del cambio social. De cara al futuro, las compañías energéticas deberán abordar ciertos aspectos para maximizar el impacto positivo de las operaciones, pero, además, para comunicarlo de manera eficiente. El sector tiene la oportunidad de convertirse en el líder de esta transformación hacia una economía más sostenible.
Además de la generación de riqueza y desarrollo, la ejecución responsable de la actividad pasa a formar parte del negocio y se convierte en el negocio en sí mismo. La comunicación de las iniciativas, los resultados y una hoja de ruta muy sólida basada en información no financiera debe ser el mecanismo fundamental de medición, seguimiento y transparencia.
Y hay que trabajar en dos ámbitos fundamentales: la anticipación, interpretación, integración y homogeneización de indicadores no financieros; y, además, la adaptación sectorizada de estos indicadores que son clave en la contribución al desarrollo económico más sostenible.
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