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Tomás Fernández Villazala, director de la Oficina Nacional de Lucha Contra los Delitos de Odio (ONDOD), Ministerio del Interior

“Debemos reflexionar sobre nuestros prejuicios y evitar su exteriorización para no propagar el discurso de odio”

Aunque el odio es un sentimiento humano y no puede considerarse un delito, las diversas manifestaciones de odio o las consecuencias de su discurso pueden llevar a escenarios delictivos, incluso a realidades que en nuestro pasado histórico culminaron con la mayor expresión de odio, que es el genocidio, como ocurrió en la Alemania nazi y la Unión Soviética de Stalin o más recientemente en Ruanda, Armenia, Bosnia…

Tomás Fernández Villazala, director de la Oficina Nacional de Lucha Contra los Delitos de Odio.
Tomás Fernández Villazala, director de la Oficina Nacional de Lucha Contra los Delitos de Odio.

Para construir “una sociedad de paz”, explica Tomás Fernández Villazala, es necesario intervenir en el ámbito educativo, pero también en el administrativo y el penal y “es importante el trabajo que desarrolla el tercer sector para intentar proteger y ayudar a las víctimas o la propia sensibilización de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad en la prevención de este tipo de hechos”.

Pero también es necesario combatir el odio con “lo que conocemos como 'contranarrativa', un 'contra mensaje' que cualquier persona puede enviar, respondiendo con razones a ese mensaje de odio que ha aparecido en las redes. Y en ello se debe implicar toda la sociedad”. 

Es importante el trabajo que desarrolla el tercer sector para intentar proteger y ayudar a las víctimas.

- ¿Qué es el odio y qué el discurso de odio?

En principio, debemos intentar desechar la idea de que odiar es delito, ya que el odio es un sentimiento que podemos tener como seres humanos que somos. Lo que puede ser delito o una posible infracción administrativa es la demostración externa mediante alguna conducta de intolerancia hacia una persona por unas determinadas circunstancias que aparecen tipificadas en la normativa española, como la orientación sexual o identidad de género, religión, etc. Es decir, conductas motivadas por prejuicios negativos exteriorizados que se suelen basar en el rechazo de aquellas personas que no comparten nuestras condiciones personales, nuestras ideas, nuestra cultura, nuestras tradiciones.

Todo esto nos sirve para describir dos figuras que podemos diferenciar perfectamente: los delitos de odio y los discursos de odio. Los primeros estarían incluidos como delitos comunes (amenazas, lesiones, etc.) que presenten y exterioricen una motivación de intolerancia a la que llamamos odio (aunque no lo sean exactamente en el sentido estricto del término) y que aparecen recogidas en nuestra normativa, principalmente en el artículo 22.4 del Código Penal.

"Las amenazas, injurias o la incitación al odio de forma 'online' llegan a un número muy importante de personas y pueden tener consecuencias nefastas en la vida real"

En el discurso de odio estas circunstancias se expresan pública y principalmente mediante internet y redes sociales; esas amenazas, injurias o la propia incitación al odio se desarrollan en el mundo 'online', pero llegan a un número muy importante de personas y pueden tener consecuencias nefastas en la vida real.

- ¿Cómo se puede distinguir o establecer una frontera entre la libertad de expresión y el discurso de odio?

Es muy difícil porque chocan el derecho a la libertad de expresión y la protección de la dignidad humana, a la que toda persona tiene derecho por el mero hecho de ser persona. El propio Tribunal Supremo ha ido señalando algunos requisitos que deben existir para poder hablar de 'discurso de odio'. Sin ánimo de ser exhaustivo, en estos requisitos, destaco: que con ese discurso se esté incitando al odio; que ese mensaje llegue a un número importante de personas; que la persona que envía ese mensaje tenga otros similares que demuestren esa intolerancia en contra de algunas determinadas personas o también esa incitación al odio, etc.

- ¿Cuáles son las principales razones del odio en nuestro país?

Siguiendo la cifra conocida que aparece en los informes estadísticos que realizamos anualmente, los que más se conocen y denuncian son los delitos de odio por racismo. Seguidamente, hay otros de gran incidencia, como son por motivaciones de orientación sexual e identidad de género e ideología.

- Digamos que entendemos el odio, aunque sea un sentimiento extremo, ¿por qué razón se propaga ese odio, en forma de discurso, de tweet, post...?

"Algunos sesgos cognitivos se han transmitido de generación en generación y eso dificulta su erradicación"

Por esos sesgos cognitivos, y al no reflexionar los mensajes y automatizar determinadas respuestas, como es el conocido “sesgo de falso consenso”; como seres sociales que somos, pertenecemos a una determinada sociedad en la que queremos y necesitamos ser admitidos y valorados por los demás y por ello llegamos a hacer determinadas cosas que en otro contexto no haríamos. Esto se observa en muchos casos en determinadas etapas de la vida como es en la juventud, aunque no es una peculiaridad exclusiva de la misma. Este sesgo está muy unido con el “sesgo endogrupal”, que ocurre al querer beneficiar a tu propio grupo en contra de alguien que no pertenece al mismo.

Algunos sesgos cognitivos que tenemos se han ido incorporando a lo largo de las diferentes etapas de las personas y se han transmitido de generación en generación y eso dificulta su erradicación. En la actualidad que vivimos, donde la información fluye a toda velocidad y donde no tenemos tiempo ni para comprobar si es verdad o estamos ante 'fake news', juega un papel muy importante el “sesgo de ilusión de verdad" que, con mensajes concretos, cortos y repetitivos en diferentes redes sociales, nos da la impresión de veracidad.

- ¿Cómo se pueden combatir estos sesgos y discursos de odio?

Es muy difícil cambiar este tipo de sesgos que atacan a la dignidad humana, debemos reflexionar qué prejuicios tenemos al objeto de evitar su exteriorización e ir luchando contra ellos. De esta forma, también lograremos que no se propague ese mensaje de odio.

Igualmente, otro mecanismo importante es lo que conocemos como “contranarrativa”, un 'contra mensaje' que cualquier persona puede enviar, respondiendo con razones a ese mensaje de odio que ha aparecido en las redes, y en ello nos debemos implicar toda la sociedad.   

"Es importante evitar algunos 'discursos odiosos' que, sin ser de persecución penal o administrativa, sí son al menos de mal gusto"

Desde la Oficina Nacional de Lucha Contra los Delitos de Odio se trabaja en varios proyectos para sensibilizar en diferentes ámbitos de la importancia que tiene evitar este tipo de discursos de odio, que pudieran estar incluidos en el ámbito penal, pero también de evitar algunos “discursos odiosos” que, sin ser de persecución penal o administrativa, sí son al menos de mal gusto.

- El discurso de odio puede llegar a generar ideologías extremas, violentas, incluidos los crímenes atroces y el genocidio, como ocurrió contra los judíos en Europa, los musulmanes en Bosnia o los tutsi en Ruanda. ¿Estamos lejos de esas historias?

Los delitos de odio no son algo nuevo, aunque se estén conociendo con esta expresión, porque el genocidio sería el hecho más atroz de un delito de odio y se halla en la cúspide de lo que se conoce como “pirámide de odio”. La historia, desgraciadamente, nos demuestra que nunca podemos estar exentos de este tipo de hechos y por ello hay que luchar para que no se repita e intentar conseguir una sociedad en paz.

Nunca podemos estar exentos de este tipo de hechos y hay que luchar para intentar conseguir una sociedad en paz.

- ¿Es la educación el camino recto para prevenir el discurso de odio?

Es sin duda una de las variables más importantes a tener en cuenta a medio y largo plazo. Necesariamente se debe invertir en educación en todas las etapas de la vida, pero principalmente en las primeras etapas del ser humano. Por eso, desde el Ministerio del Interior se tiene presente y se realizan charlas en los colegios e institutos, donde se tratan determinadas conductas de intolerancia, como puede suceder en el acoso o, más aún, el ciberacoso.

Representantes de la propia ONDOD participamos en otros ámbitos, como en foros universitarios, en la búsqueda de una mayor formación, concienciación y sensibilización sobre los delitos de odio. Igualmente, es importante el trabajo que desarrolla el tercer sector para intentar proteger y ayudar a las víctimas o la propia sensibilización de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad en la prevención de este tipo de hechos, como se ha ido produciendo a lo largo de estos últimos años. Todas estas variables y otras muchas más son totalmente necesarias para conseguir una sociedad en paz.