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José Julián Escario, autor del estudio

“El ciberacoso puede ser más destructivo que el bullying”

Un estudio reciente ha identificado una correlación significativa entre la probabilidad de sufrir acoso en las redes y factores como el grado de adicción a internet, la falta de afecto parental y la falta de afecto de los amigos. Hablamos con uno de los autores del análisis cuantitativo de los factores relacionados con la cibervictimización adolescente en España.

El 19,68% de los adolescentes con alta adicción a internet sufren ciberacoso.
El 19,68% de los adolescentes con alta adicción a internet sufren ciberacoso.

¿Cuáles son los peligros a los que los niños y adolescentes están expuestos en internet y redes sociales?

El gran crecimiento que han experimentado Internet y las redes sociales en las últimas décadas ha provocado cambios sustanciales en la forma de comunicarnos y relacionarlos. Entre las ventajas de estas herramientas digitales están que nos permiten acceder a información ilimitada, conectarnos con amigos y explorar nuevas oportunidades educativas y de ocio. Sin embargo, como ocurre con muchas innovaciones, estas herramientas pueden usarse con fines perversos y nos exponen a numerosos peligros que pueden afectar a nuestro bienestar emocional, social, financiero y hasta a nuestra seguridad física. Estos peligros pueden ser mucho más perjudiciales y dañinos para los niños y adolescentes al ser mucho más vulnerables. 

Uno de los problemas más preocupantes es el ciberacoso, el cual incluye amenazas, burlas, insultos, difusión de rumores, acoso sexual, etc. A diferencia del acoso tradicional o bullying, el ciberacoso puede ser mucho más destructivo puesto que no se limita a los entornos escolares y de esparcimiento, sino que puede ser ejercido también cuando los niños están en sus casas. Así pues, el ciberacoso se puede ejercer en cualquier momento y lugar.

“Las redes sociales pueden usarse con fines perversos y nos exponen a numerosos peligros que pueden afectar a nuestro bienestar emocional, social, financiero y hasta a nuestra seguridad física”

Otro problema es el grooming, práctica en la que algunos depredadores tratan de ganarse la confianza de los menores con el objetivo de obtener contenido íntimo que luego utilizan para manipularlos y chantajearlos. También pueden tratar de concretar encuentros reales para abusar de los menores. 

También hay que tener cuidado con la captación de menores y adolescentes con el objetivo de que se integren en grupos extremistas y sectas. Estos grupos usan la manipulación psicológica con el objetivo de que se adhieran a ideologías radicales que, en algunos casos, pueden llevarlos a involucrarse en actividades criminales. Otro tipo de involucración muy peligrosa se deriva de algunos desafíos virales que implican conductas de riesgo, como asfixia autoinducida, ingesta de sustancias tóxicas o actos violentos. 

Entre los peligros asociados al uso de las nuevas tecnologías también cabe incluir, entre otros, la adicción a Internet y a las redes sociales, la difusión no consentida de imágenes y videos, la exposición a contenidos no apropiados (material violento, pornografía, consejos aparentemente saludables pero que en realidad son nocivos, etc.), pérdida de privacidad y robo de identidad, adicción a las apuestas en línea, etc.

“Algunos depredadores tratan de ganarse la confianza de los menores con el objetivo de obtener contenido íntimo”

¿Qué formas puede tomar el ciberacoso?

Puede ser definido como una conducta intencionada y violenta realizada de forma repetida mediante el uso de las nuevas tecnologías sobre una víctima que no puede defenderse fácilmente. El ciberacoso puede ejercerse de muchas formas y utilizando diversas tecnologías (correo electrónico, wasap, foros, redes sociales, etc.). Además, en muchos casos se hace de forma anónima mediante la creación de cuentas falsas para no ser identificado. 

Una forma de ciberacoso consiste en difamar en foros o redes información falsa con el objetivo de dañar la reputación y la autoestima de una persona. Otros ciberacosadores hostigan a sus víctimas mandando mensajes amenazantes y ofensivos de forma repetitiva. Otras prácticas consisten en provocar discusiones agresivas en línea utilizando comentarios hirientes, difundir sin autorización información privada y embarazosa de otras personas, chantajear con difundir determinadas imágenes o información, excluir a algunos compañeros de un grupo en línea de forma deliberada, etc.

En cualquier caso, haya agresión física o no, el ciberacoso puede generar graves secuelas psicológicas que dañan la autoestima de las víctimas y su capacidad para relacionarse con los demás. Estas secuelas obviamente afectarán a los menores en diversos ámbitos tales como el descanso, el rendimiento escolar, la irritabilidad, la búsqueda de medios de evasión como el consumo de sustancias u otras conductas adictivas como el juego, etc. Además, en los casos más graves puede generar depresión e incluso pensamientos de suicidio. 

“El ciberacoso puede generar graves secuelas psicológicas que dañan la autoestima de las víctimas y su capacidad para relacionarse con los demás”

¿Por qué el impacto del ciberacoso en menores es más traumático que en adultos?

Sufrir ciberacoso puede ser una experiencia traumática para cualquier persona, pero en los menores su impacto es mucho mayor debido a varios motivos o factores. En primer lugar, es una práctica más generalizada entre los jóvenes que entre las personas adultas que seguramente tienen otras prioridades como el trabajo y atender a la familia. 

Asimismo, los menores están en una etapa de desarrollo personal y de conformación de su personalidad y, por tanto, son emocionalmente más vulnerables a determinadas experiencias, especialmente si son negativas y traumáticas. Además, en muchos casos el ciberacoso recae principalmente sobre menores con determinados rasgos físicos que les causan complejos.

Por otra parte, las estrategias de afrontamiento de los jóvenes están mucho menos desarrolladas que en las personas mayores. Así, en estas edades tempranas, los menores tienen menos experiencia en el manejo de conflictos y situaciones estresantes. La falta de madurez emocional y el no saber cómo manejar este problema puede generar más estrés, sufrimiento y angustia.

“En edades tempranas, los menores tienen menos experiencia en el manejo de conflictos y situaciones estresantes”

¿Qué factores aumentan la vulnerabilidad de los menores al ciberacoso?

Diversos estudios han identificado una gran variedad de factores que se asocian con la probabilidad de sufrir acoso. Dichos factores abarcan desde características físicas tales como el sexo, la edad o el aspecto, hasta características relacionadas con la personalidad, pasando por aspectos como el entorno familiar y escolar, entre otros. 

Entre los factores de riesgo asociados con sufrir ciberacoso se suele encontrar el uso excesivo de Internet y las redes sociales, la falta de supervisión parental, la falta de apoyo emocional tanto de amigos como de familiares, vivir en un entorno escolar problemático, tener una situación socioeconómica desfavorable, la timidez elevada, tener problemas de salud mental o pequeños problemas físicos, las diferencias culturales, etc.

¿Qué correlación se ha identificado entre la adicción a internet y el ciberacoso?

Las investigaciones realizadas suelen encontrar una asociación positiva y significativa entre el grado de adicción a internet y la probabilidad de sufrir ciberacoso por parte de los menores. Sin embargo, no suelen cuantificar esta asociación. En un estudio reciente (https://doi.org/10.1016/j.childyouth.2023.107170), realizado con 35.369 adolescentes españoles, se ha estimado y analizado esta asociación de forma cuantitativa. 

Dicho estudio ha encontrado que, para el nivel más bajo de adicción a internet, la probabilidad estimada de sufrir acoso es del 2,63%. Sin embargo, dicha probabilidad sube hasta el 19,68 % para los adolescentes con el nivel más alto de adicción a internet. 

¿Cómo afecta la falta de apoyo de los amigos a la probabilidad de sufrir ciberacoso?

El estudio confirma que la falta de apoyo de los amigos es un factor de riesgo que incrementa la probabilidad de sufrir ciberacoso. Así, el estudio reporta que, para el nivel más bajo de adicción a internet, la probabilidad de sufrir acoso es un 4,25% entre los jóvenes que no tienen apoyo de los amigos y un 2,43% entre los jóvenes que sí disponen de dicho apoyo. 

Si nos fijamos en el nivel más alto de adicción a internet, la probabilidad aumenta hasta el 28,61% para aquellos que no disponen de apoyo de los amigos. Así pues, los adolescentes sin una red de apoyo social son más propensos a ser víctimas de acoso y a sufrir sus consecuencias psicológicas

En definitiva, Internet y redes sociales ofrecen innumerables beneficios a la sociedad, pero también plantean desafíos significativos para las la seguridad y bienestar de los menores. La clave está en acompañarlos en su exploración digital, educarlos sobre los riesgos y fomentar el uso responsable de la tecnología. Únicamente mediante un esfuerzo conjunto de familias, educadores y empresas tecnológicas se generar un entorno digital más seguro para los menores.