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Ricardo Cubedo, jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid

“El diagnóstico precoz ha elevado la tasa de supervivencia al cáncer de mama por encima del 90%”

Lo normal en la actualidad es sobrevivir a un cáncer de mama. Así lo subraya en esta entrevista con Soziable el doctor Ricardo Cubedo, jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid, quien apunta que la tasa de supervivencia a esta enfermedad se ha incrementado en los últimos 20 años desde el 50 hasta el 90%.

Ricardo Cubedo, jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid.
Ricardo Cubedo, jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid.

Los programas de diagnóstico precoz continúan siendo un eje esencial de la lucha contra el cáncer de mama. Y es que la detección temprana de la enfermedad, sumada a la aplicación de tratamientos como las terapias dirigidas o la inmunoterapia, está permitiendo a los especialistas, sobre todo en los últimos años, mejorar el pronóstico de muchas mujeres, incluso en los tipos de cáncer de mama más agresivos, como el HER2 o el triple negativo.

Así lo trasladó a Soziable Ricardo Cubedo, jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid, quien también señaló que, en la actualidad, en los casos detectados de forma más rápida, es posible prescindir de tratamientos más invasivos como la radioterapia y la quimioterapia, evitando así sus adversos efectos.

Además, en esta entrevista realizada con motivo del Día Mundial de lucha contra el Cáncer de Mama, que se celebra este sábado 19 de octubre, el doctor Cubedo alude a la evolución de los tratamientos contra el cáncer de mama más comunes; valora el papel que juegan las terapias actuales para combatir la enfermedad; e incide en la forma en la que se puede reducir el riesgo de desarrollarla.

- ¿Cuáles son los tratamientos más comunes para el cáncer de mama en la actualidad y cómo han evolucionado en los últimos años?

Los tratamientos más comunes siguen siendo los más antiguos, los más clásicos: la cirugía, como tratamiento curativo principal, y la radioterapia, la quimioterapia y el tratamiento hormonal, como tratamientos complementarios.

Y han ido evolucionando a lo largo de los últimos años en el sentido de ser cada vez más conservadores. Es decir, cada vez es más innecesario e infrecuente tener que recurrir a las mastectomías radicales, a quitar toda la mama. La mayoría de las cirugías son muy conservadoras y ya ni siquiera se opera una porción de la mama, sino simplemente el tumor, con lo cual, estéticamente, es prácticamente imperceptible.

En los casos más precoces, podemos prescindir en muchos de ellos de la radioterapia, algo que también sucede con la quimioterapia. Además, una gran cantidad de casos que antes hubiéramos tratado con quimioterapia hoy los tratamos con inhibidores de ciclinas, que son fármacos que se administran por vía oral y carecen de los efectos adversos de la quimioterapia.

“Hoy en día, es mejor tener un cáncer de mama que uno de otro tipo porque los tratamientos que tenemos para ellos son tan buenos que, a la postre, el pronóstico es casi mejor”

- En términos de efectividad, ¿qué avances recientes en el tratamiento del cáncer de mama considera más prometedores?

En los últimos años, ha habido tres avances. Uno de ellos son los tratamientos para el cáncer de mama HER2 positivo. Éste es un subgrupo de cáncer de mama que es la minoría, pero es un porcentaje sensible de entre un 10 y un 20% de todos los casos, que tiene unas características intrínsecas que hacen que sean más agresivos, crecen más rápido, recaen antes y de forma más extensa y, hasta ahora, eran más resistentes a los tratamientos. 

Uno de los avances de los últimos años ha sido identificar exactamente qué es lo que pasa con estos cánceres de mama y diseñar fármacos a la medida para tratarlos. Hoy en día, es mejor tener uno de estos cánceres que uno de otro tipo porque los tratamientos que tenemos para ellos son tan buenos que, a la postre, el pronóstico es casi mejor.

Otro son los inhibidores de ciclinas, con unos fármacos de potencia intermedia que se situarían entre el tratamiento hormonal y el tratamiento de quimioterapia. Muchas mujeres a las cuales no les funcionaba el tratamiento hormonal tenían que pasar directamente a tratamientos de quimioterapia. Y hoy ese tratamiento de quimioterapia se puede evitar o retrasar durante periodos muy largos gracias a los inhibidores de ciclinas, que, al fin y al cabo, son pastillas y no tienen los efectos clásicos de la quimioterapia, como, por ejemplo, la caída del pelo, las náuseas, los vómitos o la bajada de defensas.

Y, por último, la inmunoterapia, que, en el cáncer de mama triple negativo, que es de especial agresividad, ofrece una oportunidad que antes no existía.

- ¿Qué señales o síntomas deberían alertar a las mujeres para que consulten a un especialista lo antes posible?

No deberían tener ningún síntoma porque la forma ideal de diagnosticar un cáncer de mama de manera que las posibilidades de curación sean máximas es mediante los programas de cribado de diagnóstico precoz, que detectan el cáncer mucho antes de que la mujer pueda percibir alguna señal o síntoma.

Dicho esto, el síntoma fundamental suele ser la aparición de un bulto palpable en algún lugar de la mama. En otras ocasiones, se puede observar una asimetría, como, por ejemplo, que el pezón está desplazado hacia arriba, hacia abajo o hacia alguno de los lados como si algo lo estuviera empujando o estirando de algún lugar. Y otras veces es la secreción a través del pezón y muy rara vez, el dolor.

Pero el principal y fundamental es el bulto. La mayoría de las veces son bultos benignos, fibromas, pero es infinitamente mejor para cualquier médico y para cualquier sistema sanitario ver 100 bultos y que no sean nada o que uno lo sea y diagnosticarlo precozmente que perderse ese caso. Es decir, la mujer no debe tener vergüenza de molestar y si nota un bulto, aunque no esté segura de ello, lo mejor es consultar cuánto antes.

- ¿Cómo ha impactado la detección temprana en las tasas de supervivencia del cáncer de mama?

En oncología y en medicina existen dos ejemplos de que la detección temprana es capaz de modificar la biografía de las personas: en el cáncer de cuello de útero, con la prueba del Papanicolau; y en la detección temprana del cáncer de mama, con la mamografía.

Hoy día las tasas de curación y de supervivencia del cáncer de mama, en general, superan el 90%. Y eso lo hemos experimentado cualquier oncólogo con una carrera larga. No tiene absolutamente nada que ver el tamaño de los cánceres de mama que veíamos hace más de 20 años con el de los que vemos ahora. Y todo ese cambio, pasar de unas tasas de curación del 50% a unas del 90%, depende exclusivamente del diagnóstico precoz basado en las mamografías.

“El cáncer de mamá no es sólo una enfermedad, es una lucha en la que muchas mujeres participan. Prueba de ello son los fármacos que han sido financiados gracias a su participación”

- ¿Qué papel juegan las terapias dirigidas y la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer de mama?

Hay subgrupos de cáncer de mama que tenían un pronóstico especialmente malo, como los cánceres HER2 positivos o los triple negativos, que, a pesar de décadas y décadas de investigación con quimioterapia, no habíamos conseguido mejorar su pronóstico. Han sido las terapias dirigidas, los tratamientos anti HER2, y la inmunoterapia las que están cambiando drásticamente el pronóstico. Es decir, hoy una mujer que tiene un cáncer de mama HER2 positivo, es diagnosticada a tiempo y recibe todos los tratamientos para contrarrestar esa biología negativa que tiene, a largo plazo, tiene casi más probabilidades de no recaer y de morir de vieja como si no hubiera tenido el cáncer de mama.

En la actualidad, una mujer con un cáncer de mama triple negativo metastásico, por ejemplo, en el que antes tenía un pronóstico de supervivencia muy corto, hoy es muchísimo más largo gracias a la inmunoterapia.

Muchas mujeres con metástasis a las cuales les habían dejado de funcionar las hormonas y que pasaban un tratamiento de quimioterapia que alteraba su calidad de vida cotidiana hoy se pueden tratar con pastillas, con inhibidores de ciclinas, y seguir una vida absolutamente normal.

- ¿Cómo pueden las mujeres reducir su riesgo de desarrollar cáncer de mama a través de cambios en el estilo de vida o medidas preventivas?

Desgraciadamente, los cambios de estilo de vida más radicalmente eficaces para prevenir el cáncer de mama son poco compatibles con el estilo de vida occidental, porque son tener muchos hijos, tenerlos muy pronto y darles mucho tiempo el pecho.

Aparte de esto, las cuestiones más importantes son el control del sobrepeso y el ejercicio físico. Hemos aprendido que el sobrepeso, la obesidad, es un factor de riesgo importante para la aparición de cáncer de mama y para la recaída del cáncer de mama en quien lo haya tenido.

No quiere decir, ni mucho menos, que no aparezcan en mujeres delgadas ni que las mujeres con sobrepeso estén condenadas a tenerlo, pero sí que tienen más probabilidades, de la misma manera que alguien que fuma tiene más probabilidad de tener cáncer de pulmón. Además, estos factores impactan muchísimo sobre la salud cardiovascular, que no hay que olvidar que es la primera causa de muerte en las mujeres, muy por encima del cáncer.

- En el contexto del Día Mundial del Cáncer de Mama, ¿qué mensaje considera más importante transmitir a la sociedad sobre esta enfermedad?

El cáncer de mamá no es sólo una enfermedad, es una lucha en la que muchas mujeres participan. Prueba de ello son los fármacos que han sido financiados gracias a su participación.

Todo el mundo tiene que poner de su parte, no solamente el estamento médico. Hoy muchas mujeres sobreviven y viven plenamente después de un diagnóstico de cáncer de mama. Lo raro en la actualidad es morirse de un cáncer de mama, lo normal es sobrevivir a él. Y la medida más importante es participar en programas de diagnóstico precoz y consultar pronto si hay cualquier anomalía en el pecho.