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#LíderesConfinados. Koldo Echebarria, director general de Esade

“Empresas eficientes pueden verse injustamente castigadas por esta crisis”

De la misma manera que muchas empresas deberán reinventarse en esa nueva normalidad que nos dejará la pandemia por Covid-19, el sector educativo se enfrenta a una transformación de su modelo. De todo ello habla Koldo Echebarria, director general de Esade, en esta nueva entrega de #LíderesConfinados.

El director general de Esade cree que la demostración de responsabilidad colectiva realizada en todos los ámbitos de la sociedad desde que se decretó en España el estado de alarma es una de las pocas cosas positivas que podemos extraer de la tragedia del Covid-19. Afirma que las empresas han superado "la vieja responsabilidad social corporativa" para ir más allá e integrarla en la propia gestión del negocio. Koldo Echebarria  está convencido de que habrá que recurrir a esa responsabilidad para salir de la crisis económica y social que se avecina. Él aboga por la colaboración público-privada y, en relación al sector educativo, por un modelo híbrido que conjugue la formación online basada en la tecnología con la educación presencial. 

Videoentrevista íntegra:

En un reciente artículo en un diario económico destacabas que una crisis como la que estamos viviendo, tan inesperada, puede hacer caer empresas eficientes y productivas.  ¿De qué manera ayudar a estas compañías que pueden resultar ‘injustamente’ perjudicadas?

Creo que efectivamente esa es una paradoja. Parece que las crisis impactan más en las empresas peor gestionadas o más ineficientes, pero en el contexto en el que estamos hay empresas que han invertido en innovación, que se han aproximado a mercados externos, que tienen cadenas de valor muy eficientes y, sin embargo, pueden verse efectivamente castigadas injustamente. Tener políticas que se fijen en ese segmento es importante, estamos hablando de empresas medianas muy volcadas a innovar y que han sido un motor de recuperación de la anterior crisis económica. Hay varias medidas críticas en ese sentido: mantener la liquidez y facilitar el acceso al crédito; sostener la inversión en innovación, y darles algunos apoyos para reorientar sus cadenas de valor. Es posible que estas empresas deban hacerse menos eficientes como consecuencia de no poder aprovechar las cadenas de valor en las que han invertido.

"Hoy vemos cómo Inditex pone su logística al servicio de traer material sanitario, o cómo Repsol está produciendo gel, o cómo Seat está construyendo respiradores para los hospitales. Las empresas amplían sus propuestas de valor para resolver problemas"

¿La responsabilidad social empresarial puede ser un arma, una herramienta para combatir la crisis?

Sí, lo estamos viendo, cómo las empresas están ampliando su propuesta de valor para resolver problemas relacionados con la pandemia. Esto va más allá de la vieja responsabilidad social corporativa, que era algo que quedaba como al margen de la propia actividad empresarial. Hoy vemos cómo Inditex pone su logística al servicio de traer material sanitario; o cómo Repsol está produciendo gel, o cómo Seat está construyendo respiradores para los hospitales. Esto significa ampliar la propuesta de valor hacia necesidades que hoy son relevantes. Otro ejemplo es el sector educativo, que está poniendo a disposición del público conocimiento a través de un innumerable volumen de conferencias, masterclass, etc. Todo este esfuerzo es interesante, de hecho estamos trabajando en una investigación para identificar todo este conjunto de acciones y cuantificar su valor.

¿Ese ejercicio de responsabilidad colectiva es quizás el único aspecto positivo que se puede sacar de esta tragedia?

Sin duda. Hace poco, los colegas del Instituto de Innovación Social de Esade han hecho una encuesta para investigar cuáles han sido los sentimientos de las personas durante el confinamiento, y es destacable que los jóvenes, que son un colectivo que no está impactado por la enfermedad, están percibiendo su confinamiento como un acto de solidaridad con el conjunto de la sociedad. Estas situaciones son capaces de sacar cosas buenas que tenemos. Espero que esto la sociedad lo valore y nos haga reflexionar.

"Dejar de invertir en el talento de las personas es un error, es pan para hoy y hambre para mañana"

¿Que en los próximos meses haya una descapitalización del talento en las empresas es un factor de preocupación?

Es uno de los grandes riesgos que trae una crisis de este tipo. Y constituye un gran error no ser conscientes de lo importante que es el talento como parte del capital de cualquier empresa y dejar de invertir en él es pan para hoy y hambre para mañana. Sabemos por estudios sobre la crisis anterior que las empresas que han seguido innovando, que han mantenido ese esfuerzo haciendo sacrificios en otros ámbitos, son las que han salido antes de la crisis y han salido fortalecidas.

Otro de los desafíos es la reinvención del modelo educativo, la educación universitaria. ¿Cómo será el futuro ahí?

De nuevo este es un gran tema que la crisis ha puesto sobre la mesa. Ser conscientes del abanico de tecnologías que hay disponibles para la educación y utilizarlas con el máximo partido es algo que estamos haciendo. En Esade habíamos realizado una inversión muy importante en tecnologías digitales y habíamos apostado por un modelo híbrido, no sólo online, sino también presencial, y toda esta inversión nos ha ayudado a que de forma muy rápida nuestros estudiantes hayan podido seguir trabajando con normalidad. Como institución universitaria nuestro énfasis ha sido mantener la excelencia en la educación. Creo que los modelos híbridos son mucho más eficaces.

¿Será necesario reforzar el apoyo al talento con incrementos de becas?

Absolutamente, ese es un gran desafío. Nosotros antes de la crisis ya habíamos planificado un crecimiento de las becas del 15% para este año y ahora estamos pendientes de revisarlo e intentaremos hacer crecer las becas un 20% más si los recursos nos lo permiten. Esade beca aproximadamente al 10% de los estudiantes y para el curso que viene nos gustaría poder becar al 30% de ellos.

"Hacer una sociedad más sostenible nos permite protegernos mejor del riesgo de pandemias. La agenda de los ODS está más vigente que nunca"

¿El foco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sigue ahí?

Creo que los ODS son más necesarios ahora. Hay una conexión muy fuerte entre los temas de sostenibilidad y el Covid-19. La amenaza de una pandemia se extrema como consecuencia del conjunto de vulnerabilidades que tenemos en el medio natural. Hacer una sociedad más sostenible nos permite protegernos mejor del riesgo de pandemias, como de otro tipo de riesgos. Creo por tanto que la agenda de los ODS está más vigente que nunca, veo además que la están haciendo propia muchas empresas, con la voluntad de transformar sus cadenas de valor desde una óptica de desarrollo sostenible. Y además en sectores complicados como el químico, el del petróleo, el de la energía… veo un afán muy auténtico en relación a los ODS.

¿Esta situación es una buena oportunidad para el liderazgo y la comunicación?

Sí, las crisis ponen de manifiesto las capacidades de liderazgo en las organizaciones y en la sociedad. En ese sentido, destacan ciertas competencias, temas como la empatía por ejemplo. La empatía afectiva, la capacidad de sentir con todos aquellos que lo están pasando mal, se hace muy necesaria. Temas de resiliencia también, cómo somos capaces de asumir el trauma colectivo que esto representa, si somos capaces de adaptarnos, de resistir esta penalidad. Yo creo en los liderazgos pero también creo en las instituciones. Lo que los liderazgos deben hacer es trabajar con la institucionalidad. Son tiempos de comunicación, de ser más transparentes, de ser más precisos, de ser capaces de corregir, de tener planteamientos poco arrogantes. Estamos obligados a adaptarnos y eventualmente también a disculparnos por los errores que podamos cometer.