¿Qué te inspiró a crear una canción cien por cien sostenible?
Desde el principio, cuando ANFEVI (la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio) contactó conmigo, el reto que nos marcamos fue el de hacer una canción original, y así surgió la idea de una canción reciclada. Al final, la historia que quería contar la tenía clara. Si te fijas un poco, es una historia de amor pero de una botella de vidrio con una persona.
¿Cuál fue el proceso de composición utilizando letras de otras canciones?
Una vez que tenía claro lo que quería contar, empezar a darle vueltas, a buscar qué letras de otras canciones podían ir encajando. Me pasó algo muy curioso. Para que se reconozcan las letras dentro de mi canción debía usar frases principales de las canciones originales o el propio título, ya que me di cuenta de que si elegía partes que a lo mejor no eran muy principales, o no eran el estribillo de la canción, no se reconocían y pasaban un poco desapercibidas.
Le dimos muchas vueltas. Hubo entre cinco y siete versiones de las letras para conseguir que encajase bien.
¿Qué mensaje principal quieres transmitir con Al 100%?
Es un poco la actitud frente a la vida, la actitud lo cambia todo. Se ha escrito mucho sobre eso, pero nosotros queremos sumarnos a ese discurso de reinventarse, de asumir y tener capacidad de pivotar, eso es lo que da otras perspectivas. Hay veces que, de pronto, no merece la pena seguir pegándose golpes contra el mismo muro, sino recular, mirar al alrededor y darse cuenta de que hay otros caminos. De eso habla Al 100%.
¿Cómo crees que la música puede contribuir a la concienciación medioambiental?
La música es uno de los vehículos por los que el mensaje entra más claro. Me viene ahora mismo a la cabeza, sin ánimo de parecer viejuno, la campaña Todos contra el fuego. Este es un ejemplo que deja muy claro el poder de la música.
¿Qué reacciones has recibido del público y de tus seguidores sobre esta canción?
La verdad que muy buenas, a la gente le ha gustado mucho. Musicalmente hemos intentado mantener la línea del último disco, del Uno más uno son 20, y a nivel de producción y demás, y creo que hemos conseguido un sonido muy fresquito, cañero y divertido, a la vez.
¿Cómo ves el futuro de la industria musical en términos de sostenibilidad y responsabilidad social?
Hay de todo. Hay gente que lo tiene como mucho más claro, pero sigue quedando muchísimo camino por recorrer en este aspecto. En la música se usa mucho generador. Es verdad que necesitamos encontrar otras maneras. Aunque no somos un sector especialmente contaminante, nuestro principal hándicap, hablando del directo, es que necesitamos mucha tralla eléctrica para alimentar los equipos. Molaría encontrar en un futuro alternativas interesantes al respecto.
“Hay canciones que me han explicado quién soy y que me han dicho lo que me pasaba”
En cuanto a ti, ¿qué te ha aportado la música en tu vida?
Muchísimo. Como oyente, siempre lo digo, hay canciones que me han explicado quién soy y qué me han dicho lo que me pasaba. Hay emociones que no sabía lo que significaban y, de pronto, tras escuchar una canción de Jorge Drexler, entenderlo perfectamente. La música tiene esa capacidad.
Y, como autor, imagínate, ha sido mi terapia. Una de las cosas más terapéuticas que tengo en mi vida es coger un folio en blanco, la guitarra y evadirme, y relativizar.
¿Cuál es la sintonía de tu vida? ¿Quizás Uno más uno son siete?
Uno más uno son siete forma parte de la sintonía de mi vida, pero luego añadiría muchas otras canciones. Mucha música en español, básicamente, sería mi sintonía.
¿Cómo es unir tu faceta artística con la empresario con proyectos como el de Teatros Luchana o Teatro Quique San Francisco?
Siempre he tenido una conciencia bastante global de esta profesión más allá de ser el que da la cara y se pone delante de la cámara o de un escenario. Sé que hay mucho trabajo detrás para que eso ocurra y siempre he sido bastante consciente de ello. Por eso, me ha gustado participar en ello de alguna manera activa.
Luego, desde muy joven he tenido un poco la necesidad de crearme un tejido para no depender siempre de la llamada de... Eso me ha permitido ser más independiente en mis trabajos. Teatros Luchana es un proyecto muy bonito, muy romántico y que me permite, cada cierto tiempo, dirigir una función. Sé que tengo un espacio, un hueco ahí.
En definitiva, es buscar la manera en que mis necesidades se junten con mi pasión.
¿Cuál ha sido el momento más memorable de tu carrera hasta ahora?
No sé, he tenido momentos muy bonitos como trabajar con Antonio Banderas, con José Carlos Plaza, de hacer teatro en el teatro de Mérida, de actuar delante de 20.000 o 30.000 personas con mis canciones… Esto sería lo primero que me viene a la cabeza.
¿Qué proyectos futuros tienes en mente, tanto en la música como en la actuación?
El 21 de octubre presento la segunda temporada de Citas Barcelona; tengo pendiente la tercera temporada de Kosta: The Paradise, en Orange TV; una cosita de teatro para el año que viene; estoy componiendo mi siguiente álbum de estudio que no sé cuándo empezará a ver la luz, pero seguramente también para el año que viene… Además, ahora estoy en México, de promoción de los conciertos que tengo en Latinoamérica en noviembre, y, a final de año, cerramos la gira de Uno más uno son siete, en Príncipe Pío, Madrid. Muchos proyectos.