Pasar al contenido principal
María Charco, científica titular del Instituto de Geociencias (IGEO, CSIC-UCM)

“Gracias a nuestro estudio, podremos conocer con cierta anticipación cuánto durará la emisión de lavas volcánicas”

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han liderado un estudio, desarrollado en torno al volcán de La Palma, cuyos resultados prometen suponer un avance en el pronóstico de erupciones volcánicas. Soziable ha hablado con una de las investigadoras, María Charco, sobre lo que su estudio puede aportar en cuanto al comportamiento de los volcanes.

María Charco, científica titular del Instituto de Geociencias (IGEO, CSIC-UCM).
María Charco, científica titular del Instituto de Geociencias (IGEO, CSIC-UCM).

Un equipo de investigadores habéis publicado en la revista Geophysical Research Letters un estudio sobre las erupciones volcánicas. ¿Cuáles han sido sus principales conclusiones?

Las conclusiones principales se refieren al sistema de alimentación del volcán. En el estudio contrastábamos las hipótesis de partida deduciendo que, efectivamente, la erupción estaba alimentada por una cámara magmática, posiblemente de carácter efímero, situada a unos 10-15 kilómetros de profundidad, sin que el papel del conducto de transporte de magma hacia el exterior y de otras zonas más profundas de almacenamiento de magma tuvieran un papel relevante en la dinámica de la erupción. 

Desde el punto de vista de la cuantificación del proceso, esto permite extraer ciertos parámetros importantes para estudios futuros como la proporción necesaria para que la erupción finalizase entre la pérdida de presión observada durante la erupción y la sobrepresión de la cámara al inicio de la erupción. 

En vuestro estudio afirmáis que la masa del sistema de alimentación no había aumentado. ¿Qué significa exactamente?

Es como cuando el suministro de agua de una casa proviene de un depósito. El depósito se va vaciando a medida que consumimos agua y, si no hay nuevas aportaciones de otras fuentes de agua, el suministro de agua se acabará en el momento en que se agote el agua del depósito. El suministro de agua de la casa es un sistema cerrado y la masa del sistema, la cantidad de agua, no cambia durante el proceso de consumo aunque tengamos un río al lado. 

La contracción observada en la isla respondía a este tipo de evacuación de fluidos de una cámara magmática en la que no había entradas de magmas localizados a una mayor profundidad. A posteriori, observamos que la velocidad de la ralentización del proceso de contracción de la isla y la del volumen de lavas acumulado coincidía lo que indicaba que la masa del sistema de alimentación no había aumentado durante la erupción.

¿Va a suponer un avance en el pronóstico de las erupciones volcánicas?

Tanto las características del sistema de alimentación como el valor porcentual de la pérdida de presión extraídos del estudio pueden ser útiles para realizar pronósticos acerca de la duración de futuras erupciones en La Palma y en otros volcanes del planeta que se comporten de forma similar.

Esto, en la práctica, ¿de qué nos puede servir?

Conocer con cierta anticipación cuanto durará la emisión de lavas es clave en erupciones de tipo efusivo. Una de las principales amenazas de este tipo de erupciones son los flujos de lava. El cambio de paisaje causado por este tipo de peligro volcánico está entre los factores de cambio de la vulnerabilidad física y social de la población durante el transcurso de una erupción. Saber cuánto tiempo va a durar la emisión de lavas permitiría conocer con antelación hasta donde podrían avanzar y, por tanto, ser más efectivos en la mitigación del riesgo ayudando a las autoridades civiles encargadas de la evacuación en la toma de decisiones.

"Conocer con antelación hasta donde puede avanzar la lava ayudaría a ser más efectivos en la mitigación del riesgo ayudando a las autoridades civiles encargadas de la evacuación en la toma de decisiones"

¿Esta investigación puede servir como punto de partida de futuros estudios sobre el comportamiento de los volcanes?

Sin lugar a dudas. Las redes de vigilancia y la obtención de datos en tiempo cuasi-real junto con procesos de asimilación que conjuguen estos datos con modelos espacio-temporales para la simulación de procesos puede ser un punto de partida para la detección de cambios en sistemas eruptivos similares al de la isla de La Palma.

¿Es el pronóstico de las erupciones volcánicas la asignatura pendiente de los científicos?

Aún nos queda mucho por avanzar en cuanto a la realización de pronósticos efectivos, como pueden ser los pronósticos meteorológicos con los que, a día de hoy, estamos todos familiarizados. Actualmente, el pronóstico de erupciones volcánicas es uno de los grandes retos científicos de la volcanología moderna ya que no se dispone de conocimiento ni herramientas precisas con las que prever cambios de comportamiento futuros. 

Aunque se han hecho grandes avances para anticipar el comienzo de las erupciones a partir de observaciones de sismicidad y deformación del terreno, no se ha experimentado tanto progreso en otro tipo de pronósticos como, por ejemplo, la duración total del proceso. Como ya he mencionado anteriormente, conocer ese dato con anticipación puede ser clave en la mitigación de riegos de erupciones efusivas como la de La Palma.

Los avances tecnológicos, sobre todo, en el campo de la teledetección y las posibilidades que ofrecen los satélites artificiales destinados a la observación de la Tierra han aumentado considerablemente los niveles de vigilancia de muchas zonas volcánicas del planeta. No obstante, tenemos mucho todavía que recorrer, sobre todo, en cuanto a lo que se refiere a la interpretación de datos mediante modelos de la dinámica de reactivaciones volcánicas que analicen la complejidad del fenómeno integrando observaciones multiparamétricas. 

¿En qué ha consistido el estudio que han publicado en torno al volcán de La Palma?

En el estudio analizamos en profundidad el pronóstico sobre la duración de la erupción del volcán Tajogaite que se realizó 42 días antes del cese de su actividad. Este pronóstico, realizado a partir de la interpretación del cambio de forma que observamos en la isla durante la erupción, fue exacto en tanto en cuanto proporcionamos una ventana temporal que estaba en la línea de los registros sobre la duración de las erupciones históricas de la isla y englobaba los 85 de duración final de la erupción; pero no fue preciso en tanto en cuanto teníamos un margen de incertidumbre del 45% de la duración final de la erupción.

La modelización físico-matemática de la ralentización del proceso de contracción observado permitió estimar su duración y, así, a partir de una serie de hipótesis sobre la física del sistema volcánico de alimentación, asimilar esta duración con la duración de la erupción. 

Estos cambios de forma en entornos volcánicos son una observación indirecta de las variaciones de presión que se producen en el interior del medio como consecuencia del proceso eruptivo. Como metáfora, a mí me gusta mostrar cómo un globo al deshincharse en el interior de un tanque cubierto de harina causa un hundimiento de la superficie de la harina bajo la que se encuentra enterrado.