Para Raquel González, coordinadora de Médicos Sin Fronteras España, la definición más básica de esta entidad es que “somos personas ayudando a personas”. En una entrevista concedida a Soziable.es, manifiesta además que en la cadena de ayuda humanitaria que conforma la organización "el primer eslabón esencial son nuestros donantes, son uno más de nosotras, son nuestros imprescindibles". "Esa cadena está compuesta por ellos y ellas, los trabajadores de MSF, el personal local y, por último, las personas a las que atendemos, que centran nuestro trabajo. En definitiva, todo gira alrededor de conseguir una atención médico-humanitaria de calidad”, indica.
- El pasado mes de marzo participó en la Conferencia Internacional de Evaluadores de ONG ‘Generando Confianza’. ¿Qué acciones y estrategias lleva a cabo Médicos Sin Fronteras para conseguir generar confianza?
Nos basamos en algunos criterios que guían nuestra relación con las personas donantes. La transparencia es esencial: explicamos lo que somos y hacemos desde la honestidad, asumiendo que hay aspectos que pueden no complacer a todo el mundo, como la búsqueda de condiciones dignas para migrantes y refugiados. Por otra parte, nuestros resultados son tangibles y medibles. El valor de dedicar tiempo y escuchar al donante es un aspecto clave en nuestra relación con ellos, generando una relación de confianza basada en la certeza de que cada minuto invertido con nuestros donantes merece la pena.
Nuestros colaboradores forman parte de nuestra organización porque, gracias a su apoyo, podemos hacer los proyectos, y para nosotros es esencial estar a la altura de la confianza que nos otorgan. Es gracias a ellos que nuestra organización es independiente, un aspecto fundamental. Casi un 100% de nuestros fondos son privados gracias a medio millón de personas que nos apoyan en España. Esto exige un estricto control de los fondos, donde toda la cadena de gestión financiera está controlada por personal de MSF, y donde nuestras cuentas son auditadas anualmente por auditores externos. En definitiva, la gestión financiera es una pieza clave en nuestros proyectos. Y, de nuevo, la transparencia: no aceptamos fondos para emergencias específicas si nuestras previsiones nos indican que hemos cubierto las necesidades a un año vista.
Por último, pensamos que es muy importante que nuestros colaboradores tengan información de nuestras actividades y proyectos, y nos comunicamos con ellos con herramientas externas e internas.
"Nuestros colaboradores forman parte de nuestra organización, porque es gracias a su apoyo que podemos hacer los proyectos, y para nosotros es esencial estar a la altura de la confianza que nos otorgan"
- ¿Y en qué situación se encuentra actualmente MSF en España en cuanto a la reputación y confianza mostrada tanto por estamentos políticos como por la sociedad civil?
MSF España cuenta con cerca de medio millón de socios y colaboradores que apoyan a la organización y permiten que podamos trabajar con independencia de todo poder político, religioso o de cualquier otra índole. Tenemos un fuerte apoyo en la sociedad civil, no sólo con aquellos que realizan aportaciones económicas, sino que nos apoyan en campañas de recogida de firmas y sensibilización. Estamos trabajando para acercarnos a un público joven, a través de las herramientas y los formatos más eficaces, pues pretendemos crear comunidades de interés, más allá del apoyo económico.
En cuanto a la confianza mostrada por estamentos políticos, mantenemos una relación estable no condicionada por las subvenciones públicas, lo que nos hace mantener unos vínculos de máxima independencia, con la capacidad de prevenir o alertar sobre las situaciones que atentan contra la dignidad de algunos colectivos.
"Con los estamentos políticos mantenemos una relación no condicionada por las subvenciones públicas, lo que nos hace mantener unos vínculos de máxima independencia"
- En uno de los últimos informes de MSF, se destaca que la Guerra de Ucrania centra casi toda la atención en un contexto internacional de especial complejidad. ¿Cuáles son los principales retos y desafíos que pasan más desapercibidos actualmente y por qué cree que pasan tan desapercibidos?
MSF es una organización médico-humanitaria que lleva 50 años intentando aliviar el sufrimiento y salvar vidas en contextos con altas tasas de mortalidad y morbilidad, muchos de ellos afectados por el conflicto y la violencia. Lo hacemos bajo un marco muy sólido de principios, principio de humanidad, de neutralidad, de imparcialidad, de independencia. El 99% de nuestros fondos son privados, por lo tanto, no tenemos ninguna agenda política y, aun así, es extremadamente difícil trabajar en algunas zonas en conflicto.
Constatamos cómo hay un creciente desprecio, e incluso hostilidad por parte de grupos armados y algunos Estados que no ejercen su responsabilidad moral y política de aplicar el Derecho internacional Humanitario y los diversos tratados que obligan a las partes a garantizar el acceso a la ayuda humanitaria y protección a la población en zonas de conflicto. En definitiva, se castiga a la población civil y se castiga a las organizaciones humanitarias.
Y todo ello ocurre sobre todo en contextos que están fuera de foco. Celebramos enormemente la atención y los recursos que la comunidad internacional está poniendo hacia el sufrimiento de la población de Ucrania, pero nos gustaría que ese mismo foco y esa misma atención se pusiera en República Centroafricana, en República Democrática del Congo, en Somalia, o Yemen; lugares donde la población lleva décadas sufriendo altos niveles de mortalidad y sufrimiento, con violencia insoportable, con cientos y cientos de miles de desplazados.
La atención y los recursos se asignan por política, y la geopolítica de la ayuda a veces prima otro tipo de intereses: intereses geoestratégicos, intereses políticos, intereses económicos, por encima de las necesidades inmediatas de las personas.
"El 99% de nuestros fondos son privados, por lo tanto, no tenemos ninguna agenda política y, aun así, es extremadamente difícil trabajar en algunas zonas en conflicto"
- En este sentido, ¿qué podría hacerse para que las crisis olvidadas obtengan la atención y recursos que necesitan?
Cambiar la realidad de las poblaciones a las que atendemos no es fácil. Conseguir que obtengan la atención de los medios, donantes y políticos, tampoco. Aunque no exento de dificultades, el objetivo principal de MSF es prestar atención médico-humanitaria a las poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad, pero también tiene el propósito de alzar la voz, dar testimonio y mostrar las realidades en las que trabajamos. Por nuestra parte, no cejaremos en el intento constante de poner rostro, voz, humanidad y alzar la voz por las poblaciones a las que atendemos.
Además, trabajamos líneas de advocacy para solicitar a los gobiernos que garanticen el acceso a las poblaciones atrapadas en el conflicto y la violencia. Hay algunas medidas que deberían llevarse a cabo en las crisis olvidadas; la más vital, asegurar el acceso a las poblaciones más en riesgo en el mundo, sin que el llegar a esa población sea condicionado a otro tipo de intereses. Para ello, es imprescindible trabajar en marcos flexibles, seguros y sin restricciones para el ejercicio de una ayuda humanitaria independiente, y que la financiación de los organismos internacionales y los donantes sea flexible para que se pueda trabajar en zonas de conflicto incluyendo los conflictos crónicos y olvidados.
El respeto al Derecho Internacional Humanitario es también esencial para preservar la misión médica humanitaria. Por último, los poderes públicos deben poner en valor la esencia de salvar vidas, de humanizar el sufrimiento que vive la población en ese tipo de conflictos. Deben utilizar su influencia política y su capacidad de persuasión para contribuir a crear ese espacio humanitario y de humanidad y dignidad que proteja a las poblaciones que más sufren en el mundo.
"No cejaremos en el intento constante de poner rostro, voz, humanidad y alzar la voz por las poblaciones a las que atendemos"
- Volviendo al difícil y conflictivo contexto internacional, ¿MSF se encuentra actualmente con mayores obstáculos a la hora de prestar ayuda en las emergencias?, ¿cuáles son esos obstáculos?
Hay una escasa capacidad de respuesta a las emergencias en crisis prolongadas. Trabajar en conflictos y emergencias exige cierta libertad de acción para conciliar la escasez de datos fiables en circunstancias que evolucionan rápidamente y la necesidad de adaptar las operaciones. Aunque MSF no recibe fondos públicos y es autosostenible gracias al medio millón de socios que nos apoyan en España, en un marco más global, las modalidades de financiación de la mayoría de los donantes siguen siendo muy restrictivas y poco flexibles, y esto impacta en el resto de las ONGs de acción humanitaria. Además, es esencial contar con estructuras organizativas y operativas sólidas, que incluyan logística, gestión de la seguridad, recursos humanos adecuados y acceso a financiación suficiente (y sin restricciones). La mayoría de las ONG siguen luchando por obtener recursos para ello.
Por otro lado, se da una preocupante tendencia mundial a excluir de la ayuda humanitaria a las personas que se desplazan. Los donantes no sólo no financian estas actividades, sino que acosan a las organizaciones humanitarias y a las personas que les prestan ayuda.
Se da también una preocupante tendencia a la criminalización de la acción humanitaria independiente. En algunos de los países en los que estamos trabajando, los marcos antiterroristas están imponiendo severas restricciones a la prestación de ayuda humanitaria a las personas que viven en zonas que no están bajo el control del gobierno. En el noreste de Nigeria, por ejemplo, cerca de un millón de personas llevan años sin recibir asistencia humanitaria. En estas situaciones, cada vez más, vemos que se abandona la causa humanitaria y, en su lugar, los donantes y organizaciones internacionales, tienden a centrarse en programas "más fáciles" en zonas menos sensibles donde las necesidades son menos agudas.
"Se da una preocupante tendencia a la criminalización de la acción humanitaria independiente"
- ¿Qué hace MSF para comunicar su labor con el objetivo de captar talento, así como para mantener la motivación y confianza de sus propios trabajadores y voluntarios?
Nuestra comunicación tradicionalmente ha ido muy orientada a dar visibilidad a las realidades y problemáticas que nuestros equipos enfrentan en los proyectos que realizamos en más de 20 países, y siempre buscamos poner en el centro a las personas que atendemos. Es una comunicación honesta, directamente vinculada con nuestros proyectos y diría que trasmisora de valores. Más allá de nuestros valores de independencia, neutralidad e imparcialidad, nos caracteriza la pasión, somos una cadena de voluntades a la que nos apasiona lo que hacemos y lo que representamos. Y nuestros triunfos son triunfos de los trabajadores, de las personas voluntarias, de los equipos… Y son muy tangibles, además, lo que es enormemente motivador: se miden en personas curadas, en heridas cicatrizadas, en vacunas puestas, en niños que vuelven a jugar y sonreír, en partos que acaban bien… En definitiva, en vidas que salen adelante.
"Nuestros triunfos son muy tangibles. Se miden en personas curadas, en heridas cicatrizadas, en vacunas puestas, en niños que vuelven a jugar y sonreír, en partos que acaban bien…"
Los trabajadores y trabajadoras son un pilar básico de nuestro trabajo. Somos más de 3.000 personas, muchas de ellas personal local, dando lo mejor de nosotros, poniendo todo nuestro conocimiento, profesionalidad y humanidad al servicio de las poblaciones a las que atendemos. Nuestra organización siempre ha apostado por la profesionalización. Somos exigentes en términos de resultados, de ética médica, y ponemos una especial atención a las políticas internas para nuestros trabajadores, enfatizando la formación y el sentimiento de pertenencia. En resumen, somos personas ayudando a personas bajo el abrigo del acto médico.