Pasar al contenido principal
Alberto Águeda, director de Vigilancia y Gestión de Tráfico Espacial en GMV

“La Estación Espacial Internacional y sus astronautas están en constante riesgo debido a la basura espacial”

Uno siempre se imagina el espacio negro, sin nada; sin embargo, no somos conscientes de la cantidad de basura espacial que orbita a nuestro alrededor. Los científicos calculan que hay más de 36.000 objetos de más de 10 centímetros, más de un millón de más de 1 centímetro y más de 130 millones de fragmentos más pequeños, que también representan un peligro significativo, tanto para nuestros satélites como para las misiones espaciales.

Alberto Águeda, director de Vigilancia y Gestión de Tráfico Espacial en GMV.
Alberto Águeda, director de Vigilancia y Gestión de Tráfico Espacial en GMV.

Soziable ha hablado con Alberto Águeda, director de Vigilancia y Gestión de Tráfico Espacial en GMV, una empresa referencia mundial que se dedica al estudio, la monitorización, la prevención, la mitigación y, finalmente, la eliminación de la basura especial.

¿Qué es la basura espacial y de dónde proviene principalmente?

Se denomina basura espacial a los objetos creados por la humanidad y puestos en órbita alrededor de la Tierra que, tras su uso operacional, orbitan sin control. Aparte de los propios satélites lanzados y las últimas etapas de lanzadores encargadas de ponerlos en órbita, la principal fuente de basura espacial son fragmentos de los mismos provenientes de explosiones accidentales de satélites (sobre todo, satélites antiguos o últimas etapas de lanzadores, no convenientemente retirados del servicio al final de su vida útil), las colisiones entre satélites acontecidas en órbita o eventos intencionados, como los ensayos antisatélite como los realizados por los EE.UU. y la URSS durante la Guerra Fría y, más recientemente, por parte de China en 2007 (del que provienen una gran mayoría de la basura espacial actual), de los EE.UU. en 2008, de la India en 2019, o más recientemente, de Rusia en noviembre de 2021.

Según estimaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA), en la actualidad orbitan nuestro planeta en torno a 12.400 toneladas de material creado por el hombre, incluyendo más de un millón de objetos de tamaño mayor de 1 cm, capaces de inutilizar un satélite al impactar con el mismo. De ellos, solo se observan y monitorizan de manera continua algo más de 30.000 objetos, típicamente de un tamaño superior a 10 cm. 

¿Cuáles son los principales riesgos que presenta la basura espacial, tanto para los satélites como para las misiones espaciales?

Aunque no supone un serio problema para nuestra vida en la Tierra, la basura espacial supone cada vez más un problema para la seguridad de los satélites en órbita, de los que dependen en gran medida nuestras capacidades de comunicación, observación de la Tierra, navegación, meteorología, etc.

Respecto a los riesgos para otros satélites y misiones espaciales, la basura espacial presenta varios riesgos significativos. Para los satélites operativos, existe el peligro constante de colisión con estos fragmentos, lo que puede causar daños graves o la destrucción total del satélite. Para las misiones espaciales, tanto tripuladas como no tripuladas, el riesgo de impacto aumenta la posibilidad de accidentes que podrían poner en peligro a los astronautas o llevar al fracaso de la misión. 

“La basura espacial dificulta claramente la gestión del tráfico espacial y la coordinación de las operaciones de manera segura en el espacio”

La probabilidad de colisión entre dos objetos en el espacio es todavía baja, pero no deja de crecer debido al aumento de la población de objetos. Cada vez se realizan más maniobras de evasión por parte de los operadores de satélites (entre una cada año y una cada mes, aproximadamente) para evitar colisiones en órbita. Las colisiones generan más basura, exacerbando el problema. Este ciclo puede llevar a una situación conocida como síndrome de Kessler, donde la densidad de objetos en órbita hace que las colisiones se produzcan en el marco de una especie de reacción en cadena siendo más frecuentes, probables y destructivas.

¿Podría llegar a ser peligroso, especialmente ahora, con el aumento del tráfico espacial?

Con el aumento del tráfico espacial, la situación se podría volver peligrosa, sobre todo, en la órbita baja (donde se están desplegando gran cantidad de constelaciones de satélites como Starlink) y, en particular, en caso de presencia permanente de hombres en el espacio. Cada nuevo lanzamiento aumenta la cantidad de objetos en órbita, lo que incrementa la densidad de objetos y, con ella, la probabilidad de colisiones entre ellos y entre la basura ya existente. Además, los proyectos de megaconstelaciones, que planean lanzar miles de pequeños satélites, aumentan significativamente este riesgo.

Un entorno congestionado dificulta claramente la gestión del tráfico espacial y la coordinación de las operaciones de manera segura en el espacio. La acumulación de basura espacial podría hacer ciertas órbitas inutilizables en el futuro, afectando negativamente las operaciones satelitales y las misiones espaciales a largo plazo.

¿Afecta de alguna manera esta basura espacial a la Estación Espacial Internacional y a los astronautas que la habitan?

La Estación Espacial Internacional (ISS) y sus astronautas están en constante riesgo debido a la basura espacial. 

La ISS debe realizar regularmente maniobras de evasión para evitar colisiones con fragmentos que podrían causar daños significativos o, incluso, perforar su casco, lo cual pondría en grave peligro a los astronautas. 

“Actualmente, orbitan en torno a 12.400 toneladas de basura espacial”

¿Debemos ser responsables e ir eliminando esta basura que órbita alrededor de nuestro planeta?

El desarrollo de nuestra sociedad depende enormemente del espacio, el cual debemos considerar un entorno a preservar. Esto aplica particularmente a las órbitas bajas y geoestacionarias (las más concurridas e interesantes para su explotación), alrededor de las cuales se han definido unas zonas de protección.

Además de monitorizar el estado actual de la basura espacial para evitar colisiones en órbita, es esencial que asumamos la responsabilidad de eliminar la basura espacial que orbita la Tierra. 

La comunidad internacional está trabajando y debe seguir trabajando unida para desarrollar y aplicar tecnologías y políticas que permitan la eliminación y gestión eficaz de la basura espacial. La falta de acción podría dar como resultado un espacio orbital tan congestionado y peligroso que limitara severamente las operaciones espaciales futuras y pusiera en riesgo su acceso.

¿Qué papel juega GMV al respecto?

GMV es referencia mundial en el estudio, monitorización, prevención, mitigación y eliminación de la basura espacial. Opera en este ámbito desde los años 90, cuando empezó trabajando con la Agencia Espacial Europea (ESA) en actividades de catalogación de objetos y evasión de colisiones en órbita, así como tecnologías para eliminación de los mismos.

La empresa lidera el desarrollo de sistemas de vigilancia espacial para monitorizar y prevenir colisiones tanto en el ámbito civil (siendo el principal contribuyente al sistema europeo EU SST), como militar (desarrollando los sistemas de monitorización del espacio de países como Alemania y España) y comercial (proporcionando servicios de prevención de colisiones a más de 80 satélites de más de 10 operadores). La compañía también está involucrada en la elaboración de normativas y estándares internacionales que mejoren la gestión y mitigación de la basura espacial.

Además, GMV participa en proyectos de investigación y desarrollo destinados a rastrear satélites inoperativos y desviar su trayectoria para que se desintegren en la atmósfera, así como en actividades relacionadas con la retirada activa de satélites y el desarrollo de tecnología y materiales para que los satélites, al destruirse, no generen residuos. 

Asimismo, GMV está involucrada en proyectos punteros para la reparación y abastecimiento de satélites en caso de problemas o al final de su vida operacional.

En la actualidad cuenta con más de 200 ingenieros trabajando en actividades relacionadas con la basura espacial en nueve países (España, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Polonia, Rumanía, Portugal, Holanda y los EE.UU.), lo que la convierte en la industria y el equipo más grande de Europa en este dominio.

¿Qué tecnología y métodos se utilizan actualmente para detectar y rastrear la basura espacial?

Actualmente, se utilizan diversas tecnologías avanzadas para detectar y rastrear la basura espacial. Los radares terrestres y los telescopios ópticos son las herramientas principales para la vigilancia del espacio, capaces de identificar y seguir la trayectoria de objetos en órbita. 

Los láseres y los sensores a bordo de otros satélites también contribuyen a esta tarea, proporcionando datos precisos sobre la ubicación y el movimiento de los desechos. 

Además, el uso de algoritmos avanzados de procesamiento de datos y modelos predictivos ayuda a catalogar los fragmentos de basura espacial, predecir su evolución orbital y así anticipar posibles colisiones y planificar maniobras de evasión, mejorando significativamente la seguridad de las operaciones espaciales.

¿Se sabe algo sobre la cantidad de basura espacial que hay actualmente y lo que crece cada año?

Según los últimos cálculos de los expertos se estima que hay más de 36.000 objetos de más de 10 cm en órbita, más de un millón de más de 1 cm y más de 130 millones de fragmentos más pequeños que también representan un peligro significativo.

“Solo Starlink, compañía fundada por el magnate Elon Musk, lanza al espacio una media de más de 1.000 satélites al año (más de tres diarios)”

Hasta la fecha, el ser humano ha lanzado al espacio aproximadamente 18.000 satélites, 12.500 de ellos siguen dando vueltas a nuestro planeta, habiendo unos 2.700 inoperativos. La cifra va en aumento, pues tan solo Starlink, la compañía fundada por el magnate tecnológico Elon Musk para la provisión de servicios de comunicación global, lanza al espacio una media de más de 1.000 satélites al año (más de tres diarios). 

Es de esperar, por tanto, que la cantidad de basura espacial aumente debido tanto a la frecuencia de los lanzamientos espaciales como a eventos de colisión y explosiones accidentales en órbita. Este crecimiento constante pone de manifiesto la urgencia de desarrollar y aplicar soluciones efectivas para la mitigación y eliminación de desechos espaciales, con el fin de preservar la viabilidad a largo plazo de las operaciones en el espacio.

¿Se puede ir al espacio de manera sostenible?

Sí, además de posible es necesario abordar el espacio de manera sostenible

La sostenibilidad espacial implica el desarrollo y la implementación de tecnologías para la prevención y la eliminación de desechos, así como políticas de mitigación y remediación para reducir la generación de nueva basura espacial. 

Además, es fundamental establecer y seguir estándares internacionales para la gestión de residuos espaciales. Adoptar prácticas responsables y colaborativas garantizará que el espacio siga siendo un recurso viable y seguro para futuras generaciones, permitiendo el uso continuo y beneficioso del espacio exterior para mejorar nuestra vida en la tierra.

Está en nuestras manos trabajar de manera ardua y coordinada para dejar a nuestros hijos un entorno espacial mejor que el que recibimos de nuestros padres.