La atleta paralímpica Desirée Vila fue reconocida este viernes 2 de diciembre de 2022 con la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo que concede el Consejo Superior de Deportes y que recibió de manos de José Manuel Franco, presidente del organismo. La distinción, además, llega en la víspera del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra este sábado.
La discapacidad, precisamente, llegó a la vida de Desirée de una forma ciertamente abrupta. Cuando contaba con tan solo 16 años, la gimnasia acrobática constituía el pilar por el que se regía la vida de esta pontevedresa natural de la localidad de Gondomar. Y, gracias a ella, daba rienda suelta a su pasión deportiva a nivel de alto rendimiento, compitiendo, incluso, a nivel internacional.
Sin embargo, algo que parece tan habitual en el ámbito del deporte como son las lesiones se convirtió para Desirée en una piedra en el camino difícil de esquivar. “Un día, en un entrenamiento, me lesioné y me rompí la tibia y el peroné”, recuerda.
A priori, aunque se trata de una lesión que podría calificarse de grave y que requiere de varios meses de recuperación para volver a la carga, en su caso, surgieron complicaciones. Y es que, como explica a Soziable.es, “se obstruyó la arteria poplítea y no detectaron que se estaba creando una infección. Cuando ya se dieron cuenta, era demasiado tarde y me tuvieron que amputar la pierna, con 16 años”.
Un punto de inflexión
Se trató, sin duda, de un punto de inflexión que dio un vuelco a la vida de Desirée Vila. “Lo cambió todo”, afirma de forma rotunda. Y lo transformó todo por varios motivos. En este sentido, la deportista rememora que “ya no podía hacer gimnasia, que era mi pasión y lo que más me gustaba. Durante un tiempo, no pude ir al colegio y tenía que estudiar desde casa. Y, a nivel psicológico, fue muy duro de gestionar, sobre todo por la edad, porque es una edad complicada en la que tienes muchas inseguridades con tu cuerpo”.
Los primeros meses no asumes que tienes una discapacidad, sino que vas sobreviviendo
La incertidumbre y las inseguridades acompañaron a Desirée en sus primeros meses conviviendo con una discapacidad. Pero continuó adelante y, tras un proceso de rehabilitación y de readaptación, tal y como detalla, “aprendo a caminar con la prótesis, a los seis meses, y con el tiempo retomo el deporte, en este caso, el atletismo”.
No fue tarea sencilla para ella. “Al principio, estaba muy medicada y trabajaba con un psicólogo. Los primeros meses no lo asumes, sino que vas sobreviviendo”, recuerda. Pero Desirée no se conformó con sobrevivir y quiso ir mucho más allá. De hecho, admite con satisfacción que “ahora tengo una vida plena, super bonita. Tengo un trabajo, entrenamientos, mis amigos… Y ya no te paras a pensar en el hecho de que tienes una discapacidad. Pero, para llegar a este punto, han pasado ocho años y, evidentemente, ha habido muchas dificultades y muchos momentos complicados”.
Barreras sociales
Las barreras, por desgracia, siguen formando parte de la vida de las personas con discapacidad. En el caso de Desirée Vila, sin embargo, como ella misma reconoce, “más que con barreras arquitectónicas –porque el hecho de tener una prótesis no me limita mucho en cuanto a la movilidad–, me he encontrado con barreras sociales. Yo no he sufrido bullying ni he tenido situaciones así, pero mis compañeros, sí”.
En este sentido, lamenta que aún existen “algunas discapacidades que conllevan muchos prejuicios. Una discapacidad intelectual, por ejemplo, todavía está muy mal vista”.
Y reitera que, en su caso, “no es agradable” recibir ciertos comentarios impregnados de condescendencia como ‘Ay, pobrecita’ o ‘Lo siento mucho’, que, en líneas generales, no considera que provengan de la maldad, sino de un desconocimiento. Y es que, en este sentido, Desirée se muestra convencida de que “queda mucho por hacer en cuanto a educación y a normalización y para que la gente entienda que tener una discapacidad no te hace menos que nadie”.
El deporte siempre ha sido mi pasión, lo que más me ha gustado hacer, y me ha traído muchas cosas buenas y algunas no tan buenas
Atletismo, una casualidad
El atletismo llegó por casualidad a la vida de Desirée Vila, según relató a Soziable.es. “A mí me apetecía aprender a correr y, con la prótesis, hay que utilizar una específica, que es la ballesta. Entonces, aprendí a usarla en la ortopedia y, a partir de ahí, me propuse ir mejorando, cada día correr un poquito más”, recuerda.
Y progresó, sin duda. De hecho, fue la propia Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física (FEDDF) la que contactó con ella. “Me comentaron que había un equipo paralímpico en Madrid, me animaron a que probase a entrenar un día con ellos y empecé a hacerlo y a competir. Y ya, hasta el día de hoy”, asegura.
La pasión por el deporte
Desirée Vila no oculta en ningún momento que “el deporte siempre ha sido mi pasión, lo que más me ha gustado hacer, y me ha traído muchas cosas buenas y algunas no tan buenas”.
Se trata de algo que viene formando parte de su día a día desde hace muchos años y que le ha aportado mucho. Por ejemplo, como ella misma reconoce, “cuando hacía gimnasia, todos los valores, los viajes por las competiciones, tener una motivación, saber gestionar la frustración…y una serie de aprendizajes que te da la vida como deportista”.
Pero también existe una contraparte, que viene de la mano, por supuesto, de otros aprendizajes. Y es que, según Desirée Vila, “también te lleva a muchos momentos difíciles porque es un sacrificio constante, no puedes ir a los cumpleaños de tus amigos ni a las fiestas. Te pierdes muchas cosas, pero dedicarnos a esto es una decisión que cada uno de los deportistas tomamos todos los días”.
Sea como fuere, su balance en torno al deporte resulta, en todos los casos, positivo. “Tengo la suerte de dedicarme a lo que me gusta. No me quejo, ni mucho menos, porque considero que soy súper afortunada y que el deporte me ha dado más cosas de las que me ha quitado”, admite sin titubear.
Cualquier persona que tenga una discapacidad se puede sentir reflejado en mi historia porque el deporte, a veces, te salva
Y, además, no se olvida de que el deporte “a mí, me ha ayudado un montón”. Por ello, no duda en recomendarlo a cualquier persona con discapacidad puesto que, como afirma, “cualquier persona que tenga una discapacidad se puede sentir reflejado en mi historia porque el deporte, a veces, te salva”.
Debut paralímpico
Una de esas cosas buenas que ha llevado el deporte a la vida de Desirée Vila fue su debut, en 2021, en unos Juegos Paralímpicos. Fue en Tokyo, donde la atleta gallega vivió “una experiencia increíble porque llegar a tu objetivo en la mejor forma física y poder vivir ese sueño, para mí, es lo mejor que me ha pasado”.
Pero también es cierto que fue un sueño con algún sobresalto previo. “Fue un año difícil, de incertidumbre, de no saber si se iban a celebrar los Juegos o no”, recuerda. Finalmente, sí se celebraron, pero Desirée Vila lamenta que fuera “en unas condiciones en las que no había público y en las que mi entrenador tampoco pudo asistir”, aunque también admite que “fue una experiencia muy chula y tengo ganas de más. Por eso, también estoy mirando a París, porque creo que ya serán unos Juegos de verdad”.
Retos de futuro
Precisamente, los Juegos Paralímpicos de París 2024 son el reto principal, a nivel deportivo, de Desirée. Pero ella prefiere ir paso a paso. Y, a este respecto, recalca que “antes tenemos un mundial, con lo cual, también me marco objetivos un poco a corto plazo porque, en París, si todo sale bien, espero estar”.
No es el único desafío que ronda su mente. A nivel personal, su objetivo es terminar sus estudios universitarios en Relaciones Internacionales y, en el futuro, poder dedicarse a ello. “Quizás trabajar en el Comité Olímpico o en el Comité Paralímpico”, asegura.
Y, por supuesto, también pretende mantener esa labor de educación en torno a la discapacidad que considera esencial y, en definitiva, “seguir con esa visibilidad que intentó dar en redes sociales y cambiar la perspectiva de la sociedad”.