Entre los objetivos de Microsoft se halla la equidad digital, una meta que la compañía persigue mediante el empoderamiento de las personas más desfavorecidas. En este punto, precisamente, entra en juego la labor de Microsoft Philanthropies, una rama de la propia compañía encargada de cumplir con el fin de que, en cuanto a competencias digitales, nadie se quede atrás.
Y, en concreto, tal y como explicó a Soziable Gerardo Franco, líder de Microsoft Philanthropies en Europa, la organización pretende este 2024, entre otras iniciativas, acelerar la transformación digital de las entidades del tercer sector y formar en materia de inteligencia artificial a comunidades desfavorecidas.
Durante esta entrevista, además, Gerardo Franco expuso las razones por las que cree que la inteligencia artificial no se ha impulsado aún de forma más decidida; aclaró por qué estima que las habilidades en este ámbito son y serán cada vez más fundamentales; se refirió a un caso de éxito, vinculado directamente con la IA, de una entidad del tercer sector; y enumeró las que, a su juicio, son las habilidades imprescindibles en este terreno.
- Todos conocemos Microsoft, pero ¿qué es exactamente Microsoft Philanthropies y en qué líneas trabaja?
La misión de Microsoft es capacitar a todas las personas y organizaciones del planeta para lograr más. Es una misión que, evidentemente, tiene que pasar por lo social en algún momento.
Y Microsoft Philanthropies es el brazo de responsabilidad social de Microsoft. Es decir, no es una fundación ni una entidad del tercer sector. Es una estructura que cuenta con una serie de equipos que trabajan en el seno de Microsoft para asegurar que esa promesa de empoderar a todos realmente se cumpla y nadie se quede atrás.
En 2024, nuestros objetivos son acelerar la transformación digital de las organizaciones sin ánimo de lucro y de las intergubernamentales; formar en competencias digitales en IA a las comunidades desfavorecidas; y activar iniciativas de transformación digital.
- Desde su posición como líder de Microsoft Philanthropies para Europa, apoya iniciativas de Skills for Jobs en asociación con organizaciones sin fines de lucro. ¿En qué consisten, exactamente, estas iniciativas y qué objetivos persiguen?
Estas iniciativas han evolucionado poco a poco a través de los años. En el sector privado, las cosas cambian muy rápido, si bien nuestra misión ha sido la misma, con ligeras adaptaciones. Nuestros programas siempre han respondido a esta misión, que es la inclusión digital y que consisten en formar a grupos desfavorecidos en competencias digitales.
Tenemos una cartera de subvenciones que otorgamos a entidades del tercer sector que se especializan en la formación digital y donde las métricas centrales son: número de personas formadas, número de personas acreditadas –con alguna certificación que atestigua que una persona ha completado un curso– y otras como número de personas que entran a trabajos o que continúan sus estudios después de la formación, número de organismos o entidades apoyadas y número de formadores formados.
“Nuestros programas siempre han respondido a esta misión, que es la inclusión digital y que consisten en formar a grupos desfavorecidos en competencias digitales”
Y es que, en este sentido, reconocemos que, para llegar a escala y a un mayor número de personas, es necesario formar a los facilitadores o formadores, algo que tiene un efecto multiplicador.
En términos de contenido, los programas también han evolucionado, pero desde un principio se ha buscado la alfabetización digital. En la actualidad, cerca del 40% de la población europea carece de competencias digitales de base en un contexto en el que todo lo que hacemos, desde el acceso a servicios públicos, el trabajo, la comunicación… requiere dichas competencias.
Después de alfabetización digital, pasamos a productividad y, a continuación, ya hay una especialización que puede ser en ciberseguridad, en computación en la nube, en inteligencia artificial o incluso en habilidades digitales verdes, lo que supone saber utilizar la tecnología de una manera que no impacte sobre el medioambiente o que ayude a generar externalidades positivas.
Esto suena complejo, pero es tan sencillo como crear un sitio web que no tenga un peso innecesario en kilobytes o en megabytes porque todo eso requiere energía. Saber crear un sitio web ligero y eficaz es una habilidad digital verde porque tiene un impacto positivo o una externalidad menos negativa de la que tendría utilizar, como hacíamos antes, sitios que tardan horas en cargarse.
- Uno de sus objetivos es generar equidad digital. ¿De qué manera trabajan para avanzar hacia esta meta y qué resultados han obtenido?
Recurrimos a entidades sin fines de lucro, no sólo para ayudarles en sus procesos de digitalización y formación de sus representantes, trabajadores y formadores, sino también para acceder a la población más desfavorecida. Y reconocemos que son estas entidades de base del tercer sector las que realmente pueden llegar y movilizar este grupo poblacional.
Ahora, además, también estamos poniendo un gran énfasis en la igualdad de género. Las mujeres, definitivamente, están infrarrepresentadas en el sector de las TIC. De hecho, antes trabajaba con ONU mujeres y puedo decir que, a nivel mundial, menos de la mitad, sólo entre el 35 y el 40%, del alumnado egresado de universidades y formaciones profesionales en TIC son mujeres. En ingeniería, es de sólo un cuarto; y en el ámbito de la inteligencia artificial, las mujeres únicamente representan entre un 15 y un 30% de los profesionales que tienen habilidades en este ámbito.
Como regla general, todos nuestros programas de formación buscan una paridad de género. Por lo menos, el 50% de los beneficiarios deben ser mujeres.
“Cuando las mujeres toman parte en nuestras formaciones están empoderadas y son imparables”
También tenemos una alianza con una entidad que se llama Women for Cyber, que está en Bruselas y cuyo cometido es promover la formación y la empleabilidad de mujeres en el sector de la ciberseguridad, que también es uno de nuestros sectores clave. Lo que hacemos con ellas es asegurarnos de que todas las formaciones que financiamos sean promovidas por Women for Cyber y que haya oportunidades de voluntariado para nuestros propios colaboradores, que puedan contribuir a estos programas de formación para mujeres.
Pero todo esto no es fácil. Por más que tengamos esas metas de un mínimo del 50%, es difícil alentar y cambiar las mentalidades de las personas para que las mujeres se animen a tomar parte en estas formaciones, pero, cuando lo hacen, están empoderadas y son imparables.
- Recientemente, estuvo presente en la jornada 'Oportunidades de la IA generativa para las ONGs', organizada por Microsoft y en la que se analizó el impacto de la IA sobre el tercer sector. ¿Por qué considera necesario que las entidades del tercer sector aprovechen el potencial de las soluciones de la IA?
Son tecnologías que revolucionan nuestro día a día, nuestra economía, nuestro tejido social… Todo el mundo tiene que saber utilizarlas y aprovecharlas. Además, el potencial de utilizar la inteligencia artificial como una herramienta para ampliar el impacto y la eficacia de estas entidades es inmenso.
La IA ofrece a las entidades del tercer sector, en particular, la capacidad de potenciar su impacto de varias formas. Estas entidades, habitualmente, no tienen suficientes recursos humanos para tareas administrativas pesadas, como organizar las listas y las agendas de voluntarios para que intervengan en determinadas actividades. Esto consume muchísimo tiempo y la IA generativa puede ahorrarlo para que esas personas puedan concentrarse en tareas de valor agregado, como las de contacto humano y de acompañamiento, que son las funciones esenciales de la entidad.
Otra razón es que la inteligencia artificial generativa también tiene capacidades para facilitar el análisis de datos para hacer un mejor uso de sus recursos o para recaudar fondos. La inteligencia artificial puede ayudarles a contactar con potenciales donantes o, incluso, a analizar las tendencias de donación.
- ¿Podría explicar algún caso de éxito de entidades del tercer sector que hayan recurrido a la IA?
La Fundación ONCE, con ayuda técnica de Microsoft, desarrolló una aplicación que se llama Gossa, una iniciativa que tiene como objetivo dar a personas con discapacidad la oportunidad de que evalúen sus habilidades blandas.
Esto permite potenciar la empleabilidad de estas personas. Alguien con discapacidad tiene muchas más barreras para asegurar un empleo digno. La aplicación tiene opciones visuales, cognitivas… para adaptarse a distintos tipos de discapacidad y opciones de gamificación para facilitar el aprendizaje.
“Los colectivos más vulnerables requieren fluidez digital como todo el mundo. Para avanzar, se tiene que realizar un acercamiento progresivo, empezando con una alfabetización digital que incluya trabajo con ordenadores, acceso a la información, comunicación en línea e, incluso, uso de la tecnología móvil”
- La falta de formación podría considerarse una barrera para un despliegue mayor de la IA. ¿Qué razones cree que existen, en la actualidad, para que no se haya potenciado aún más esta formación?
La formación en habilidades de IA es muy reciente. Las barreras para que se despliegue son las mismas que para cualquier otra.
Los colectivos más vulnerables requieren fluidez digital como todo el mundo. Creo que, para avanzar, se tiene que realizar un acercamiento o emplear un método progresivo, empezando con esa alfabetización digital, que incluye trabajo con ordenadores, acceso a la información, comunicación en línea e, incluso, uso de la tecnología móvil.
Creo que ese acercamiento progresivo es lo que ha faltado y, sobre todo, que hay que generar conciencia y desmitificar.
- En la misma línea, un estudio sobre tendencias laborales publicado por Microsoft revela que el 64% de los directivos españoles afirma que no contrataría a alguien sin habilidades en IA. A tenor de este dato, ¿cómo de importante es para un profesional adquirir estas habilidades?
Creo que es muy importante. Si las empresas están diciendo que quieren a alguien con habilidades de IA es porque reconocen que, en el futuro, todo el mundo va a estar utilizando esta tecnología. Pero si queremos que todos lo aprovechen, en efecto, no puedo concebir trabajar en un ambiente en el que no haya IA porque cada vez está más y más presente.
Un profesional no requiere una reconversión en sí en habilidades de IA, sino simplemente adquirir un nivel más de aprendizaje y saber reconocer las herramientas de IA.
Eso es muy importante y es por lo que estamos pugnando. Cuando decimos que ahora queremos formar a 10 millones de personas en habilidades de IA es, simplemente, que sepan aprovechar las herramientas que existen. Lo principal para esa democratización en lo que se refiere a estas habilidades en la contratación es utilizar herramientas de IA porque van a ser más eficientes y van a permitir que estos trabajadores dediquen más tiempo a trabajos de valor agregado.
- Por último, ¿qué recomendaciones lanzaría a los profesionales para mejorar sus habilidades en materia de IA?
El pensamiento crítico es muy importante porque hay que reconocer que la IA es una extensión del ser humano. La calidad de lo que ingreses en la interface, Copilot, en este caso, se va a ver reflejada en el resultado. Necesitamos pensamiento crítico para reconocer las fuentes de los datos, para cuestionar las respuestas y no aceptarlas necesariamente como verdad absoluta.
La empatía también es súper importante porque es algo que la IA generativa no va a generar. Puede imitar, pero la empatía es algo con lo que trabajamos diariamente, es el contacto humano y lo que nos permite tener sociedades saludables.
Y la creatividad y el pensamiento analítico son cosas que la IA no puede reemplazar y es lo que tienen que desarrollar las personas.