En la CNSE y su red asociativa trabajan para garantizar los derechos lingüísticos de las personas sordas en cualquier política pública, su derecho a signar, pero entienden que la responsabilidad de vivir en una sociedad de iguales no debe recaer solo en las organizaciones sociales. En declaraciones a Soziable.es, Roberto Suárez expone las principales reivindicaciones de la comunidad sorda y muestra la esperanza de este sector en la normativa más reciente que respaldará sus derechos.
-Estamos en plena celebración de la Semana Internacional de las Personas Sordas, y desde CNSE habéis elaborado un manifiesto en este marco, en el que reivindicáis la presencia de las lenguas de signos en todos los ámbitos, ¿dónde urge más esa presencia o están más ausentes las lenguas de signos?
La promulgación de la Ley 27/2007 supuso un gran avance en los derechos de las personas sordas que se han ido consolidando y fortaleciendo a lo largo de sus casi 16 años de vigencia. Sin embargo, a pesar de lo establecido en la legislación, se han ido dando soluciones parciales y claramente insuficientes a la falta de accesibilidad a la que hacemos frente las personas sordas.
En España, una persona sorda cuenta con mayor o menor accesibilidad en función de dónde viva. Se olvida que la accesibilidad a la información y la comunicación es, además de un derecho humano, un requerimiento previo, básico y fundamental, para hacer efectiva la igualdad de oportunidades y no discriminación de las personas sordas y que, como tal, no puede depender de sensibilidades y voluntades.
"La accesibilidad a la información y la comunicación es, además de un derecho humano, un requerimiento previo, básico y fundamental, para hacer efectiva la igualdad de oportunidades y no discriminación de las personas sordas"
En la CNSE y su red asociativa trabajamos para garantizar que cualquier política pública contemple nuestros derechos lingüísticos, si bien la responsabilidad de crear una sociedad de iguales no puede recaer exclusivamente en nosotras.
En este sentido, hacemos un llamamiento a gobiernos y organismos públicos para que incorporen en su labor la perspectiva de las personas sordas, y aseguren la plena accesibilidad de los distintos bienes y servicios.
-¿Cuáles son las consecuencias que repercuten de manera negativa en las personas sordas que no pueden hacer uso de la lengua de signos?
Los derechos lingüísticos son la puerta por la que las ciudadanas y ciudadanos sordos accedemos al resto de derechos, pero sin la lengua de signos, no podemos ejercerlos. Limitar el ejercicio de estos derechos supone, por tanto, limitar nuestra existencia.
Privar a las personas sordas del uso de las lenguas de signos no solo contraviene sus derechos humanos, sino que puede dar lugar a “situaciones discapacitantes” como es, en este caso, el Síndrome de Privación Lingüística. La privación lingüística es un fenómeno que ocurre cuando una niña o un niño es privado del acceso a una primera lengua (en este caso, su lengua natural, la lengua de signos) y que acarrea graves problemas lingüísticos, cognitivos y psicosociales.
De ahí, que el artículo 25 de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad aluda expresamente a esta cuestión, y recomiende a los gobiernos que apoyen la prestación de servicios de lengua de signos a todas las niñas y los niños sordos y a sus familias.
-¿Cuáles son las prioridades de la CNSE respecto a la infancia sorda?
Para la CNSE, es una prioridad asegurar que las niñas y niños sordos crezcan y vivan de forma libre y plena, disfrutando de entornos saludables, accesibles e inclusivos en los que puedan usar la lengua de signos sin que esto suponga aislamiento, discriminación, ni acoso de ningún tipo. En esta línea, consideramos una condición sine qua non que se les dé la posibilidad de educarse en su lengua natural y ser partícipes de espacios agrupados, que no segregados, junto a iguales sordos y referentes adultos sordos que contribuyan a la construcción de una imagen positiva de sí mismos. Tienen derecho a educarse en las mismas condiciones y con las mismas oportunidades que el resto para alcanzar su máximo desarrollo potencial, y llegar a ser lo que quieran ser.
"Reclamamos que se garantice la presencia de la lengua de signos en cualquier política sanitaria, ya que las niñas y los niños sordos son mucho más que un oído que rehabilitar"
Asimismo, reclamamos que se garantice la presencia de la lengua de signos en cualquier política sanitaria, ya que las niñas y los niños sordos son mucho más que un oído que rehabilitar. A este respecto, instamos a médicos, logopedas y profesionales de la rehabilitación auditiva a colaborar con el profesorado sordo especialista en lengua de signos y con las entidades de la red asociativa CNSE, con el objetivo de normalizar el aprendizaje y el uso de la lengua de signos entre la infancia sorda. Elegir la lengua de signos es una opción libre e individual de la infancia sorda y de sus familias que se contempla por Ley, y como tal, se debe garantizar.
Precisamente, uno de los temas que han centrado la Semana Internacional de las Personas Sordas ha sido la Declaración de los Derechos de la Infancia Sorda, que se aprobó de forma unánime en la Asamblea General de la WFD (Federación Mundial de Personas Sordas) celebrada en julio, y en la que se hace un llamamiento a los diferentes gobiernos para que impulsen aquellas medidas que posibiliten que las niñas y niños sordos disfruten, entre otros, de sus derechos lingüísticos.
-Afirman que la escasa accesibilidad y las dificultades que afrontan las personas sordas en su rutina diaria a la hora de signar provocan injusticia y desigualdad. Pero es además un incumplimiento normativo que impide esa libertad que ustedes reclaman en su manifiesto, ¿no es así?
La Ley 27/2007 por la que se reconocen las lenguas de signos en España supuso un hito en lo referente al reconocimiento de los derechos de las personas sordas. Si bien, como toda ley, requiere de actos de aplicación específicos que aseguren su cumplimiento y concreten su alcance. Y si bien esta norma establecía una serie de medidas para garantizar los derechos lingüísticos de nuestro colectivo, no concretaba a priori su alcance. Como ocurre con muchas leyes, se requería crear actos de aplicación específicos que asegurasen su cumplimiento.
Esta cuestión, que de facto se contempla en la disposición adicional quinta de la citada Ley, llevó a la CNSE a participar junto al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y otras entidades, en la elaboración de un Reglamento que contribuyera a potenciar la protección de las lenguas de signos, asegurar su presencia en todos los ámbitos fundamentales de la vida de las personas sordas y sordociegas, y mejorar sus condiciones de accesibilidad a la información y a la comunicación. Tras dieciséis años de reivindicaciones, el pasado mes de julio nuestro esfuerzo y perseverancia por fin dieron su fruto con la promulgación del Real Decreto 674/2023 por el que se aprueba el Reglamento de las condiciones de uso de las lenguas de signos en nuestro país. Un documento que hace un recorrido por los ámbitos del día a día de cualquier persona sorda garantizando su derecho a poder expresarse en lengua de signos en sus relaciones públicas y privadas, y contando además, con información en su lengua.
El Real Decreto 674/2023 entrará en vigor el 2 de enero de 2024. Confiamos que contribuya a una mayor concienciación sobre la realidad de las personas sordas y allane el camino para ese cambio social que tanto tiempo llevamos esperando.
-Este sábado, 23 de septiembre, se celebra en España el Día Internacional de las Personas Sordas, además de la reclamación de “comunicarnos en nuestra lengua propia en cualquier momento y lugar”, ¿cuáles serían las principales demandas del sector, agrupado en la CNSE?
Las personas sordas conformamos una minoría lingüística y cultural, y como usuarias y usuarios de una lengua minoritaria nos vemos abocados a enfrentarnos con condicionantes y restricciones a los que nos enfrentan las personas usuarias de otras lenguas.
"Exigimos medidas contundentes que avalen nuestros derechos lingüísticos de manera que podamos utilizar las lenguas de signos en las mismas condiciones y contextos en los que el resto de la ciudanía utiliza otras lenguas"
En este sentido, el antes citado Reglamento que desarrolla la ley 27/2007 marca un antes y un después para la comunidad sorda. Lo que ahora hay que asegurar es que las mejoras que contempla se trasladen a la práctica y que lo hagan de forma igualitaria en todo el territorio español. Desde la CNSE exigimos medidas contundentes que avalen nuestros derechos lingüísticos de manera que podamos utilizar las lenguas de signos en las mismas condiciones y contextos en los que el resto de la ciudanía utiliza otras lenguas. En este sentido, pondremos en marcha una estrategia de seguimiento que garantice el compromiso de instituciones públicas y privadas en el cumplimiento de los mandatos que se contemplan en este texto normativo.
-La celebración en nuestro país contará con el apoyo de instituciones y personalidades, ¿qué tipo de apoyos son y qué significan para la comunidad sorda?
Con motivo de este día, líderes políticos de nuestro país (tanto a nivel nacional, como autonómico y municipal) apoyarán a través de vídeos signados la máxima ‘Un mundo donde las personas sordas puedan signar’. Por su parte, edificios emblemáticos de distintas ciudades españolas iluminarán sus fachadas de azul turquesa, color que identifica a la comunidad sorda, en reconocimiento y apoyo a la lengua de signos española y la lengua de signos catalana. Todo ello, contribuye enormemente a visibilizar las lenguas de signos.
Además, este año la celebración del Día Internacional de las Lenguas de Signos se ha hecho coincidir, en buena parte de nuestro país, con el Día Internacional de las Personas Sordas. Así, a través de una jornada que sirva al colectivo para reivindicar sus derechos y celebrar la diversidad, la unidad asociativa y la cultura de la comunidad sorda, federaciones y asociaciones de personas sordas de la red asociativa CNSE desplegarán en distintas ciudades un amplio programa de actividades.
-¿Cuáles serían las principales demandas de la CNSE para lograr normalizar el uso de la lengua de signos como una lengua más?
Las lenguas de signos tienen un impacto indiscutible en la vida de las personas sordas, y como tal, no deben subestimarse. De ahí, que reivindiquemos:
-Que la lengua de signos española y la lengua de signos catalana se contemplen, de forma integral, en la atención temprana, ya que “normalizar el aprendizaje y el uso de la lengua de signos entre la infancia sorda es la única manera de evitar la aparición de situaciones discapacitantes como el Síndrome de Privación Lingüística que afecta a millones de niñas y niños sordos en todo el mundo.
-Que se proporcione al alumnado sordo una red de centros bilingües (lengua de signos-lengua oral) y una dotación de recursos suficiente que impida que pasen “ni un solo día” sin intérpretes, sin asesores sordos especialistas en lengua de signos, ni sin las ayudas técnicas que requieran.
-Que se procure una atención específica en lengua de signos para mujeres sordas víctimas de violencia de género y una teleasistencia accesible para las personas mayores sordas y en situación de dependencia.
-Que se promuevan servicios de salud accesibles en lengua de signos y en otros sistemas de comunicación visuales tanto en escenarios de atención presencial, como de telemedicina y de urgencia sanitaria.
-Que se favorezca la inserción, promoción e inclusión laboral de las personas sordas en empresas ordinarias y en la administración pública, y que se eliminen las restricciones que impiden el acceso a determinadas ocupaciones por el hecho de ser sordas y de utilizar la lengua de signos.
-Que se aseguren las adaptaciones precisas en cada puesto de trabajo, incluyendo la formación continua en lengua de signos, y que se reconozca y regule el perfil profesional de las personas sordas especialistas en lengua de signos y se mejoren sus condiciones laborales.
-Que se incrementen las ayudas a las entidades de nuestro movimiento asociativo para que puedan seguir atendiendo a las personas sordas, visibilizando sus necesidades, y haciendo valer sus derechos.