
Hombres y mujeres son igual de inteligentes, según Carmen Sanz Chacón. Sin embargo, tal y como expresa la autora del libro 'Destacar o callar. Niñas y mujeres con altas capacidades', “las mujeres se creen menos inteligentes de lo que realmente son”. Con su obra, pretende hacer ver que, con la inteligencia, las mujeres “pueden tener acceso a todas las posibilidades de desarrollo social e intelectual”.
Sobre esta cuestión incide, precisamente, en esta entrevista con Soziable.es, en la que apunta a la falta de corresponsabilidad como una barrera evidente, y aún no superada, al desarrollo tanto profesional como familiar de las mujeres. En este sentido, lamenta que, aunque aceptada socialmente, la corresponsabilidad no se practica realmente.
Sanz Chacón no esquiva tampoco otras cuestiones de interés, como los necesarios cambios culturales, que no serán inmediatos, que debe acometer la sociedad para avanzar hacia una asunción equitativa de responsabilidades que redunden en mayores oportunidades para las mujeres; explica el modo en el que se debe proceder, a su juicio, ante un insalvable techo de cristal; y enumera y analiza las barreras con las que se encuentran las mujeres en su trayectoria profesional.
- ¿Qué le llevó a escribir ‘Destacar o callar. Niñas y mujeres con altas capacidades’?
Desde que escribí ‘La Maldición de la Inteligencia’ (2014) sentía que tenía una deuda pendiente con las niñas y mujeres con altas capacidades, que tienen los mismos problemas que los varones, pero aumentados por su género, por los estereotipos de género y por nuestras propias tradiciones culturales. Ser mujer y ser muy inteligente nunca ha sido bien aceptado por el entorno y por eso muchas mujeres tienen que escoger entre Destacar o Callar.
En mi consulta en El Mundo del Superdotado suelo ver tres niñas por cada siete niños. Las niñas se ocultan y esto hace que pierdan oportunidades y creo que, como sociedad, no nos lo podemos permitir.
“Ser mujer y muy inteligente nunca ha sido bien aceptado por el entorno”
- ¿Cuál es el mensaje principal que transmite su obra?
En primer lugar, que hombres y mujeres son igual de inteligentes, pero, sin embargo, las mujeres se creen menos inteligentes de lo que realmente son, al contrario que los hombres. Y como consecuencia, que con la inteligencia pueden tener acceso a todas las posibilidades de desarrollo social e intelectual, tanto en los ámbitos habituales, como la educación, el cuidado o la salud como en los ámbitos de investigación y la tecnología.
- En pleno siglo XXI, en 2023, aún hay mujeres que deben decidir entre el cuidado de su familia o alcanzar sus objetivos profesionales. ¿Qué factores cree que sitúan a las mujeres ante esta disyuntiva?
La corresponsabilidad en el cuidado del hogar y de los hijos por los padres está aceptada socialmente, pero no se practica realmente. Cuando hay que llevar a un niño al médico, suele ser la madre; cuando debe dedicarse tiempo al cuidado de los padres o enfermos, también suele ser la madre; y si tienes que educar a tus hijos y dedicarles todo el tiempo que necesitan, también suele ser la madre.
En la práctica, en la mayor parte de los casos, son las mujeres las que renuncian a desarrollar su carrera profesional por la atención de la familia, salvo en los casos, excepcionales, en los que su pareja realmente contribuye al cuidado de la familia en todos los sentidos.
- Aunque la 'obligación' de tomar esta decisión debería ser inadmisible en todos los casos, sorprende más, si cabe, en el de mujeres con altas capacidades. ¿Ni siquiera ellas han podido crecer, de forma simultánea, en el terreno laboral, personal y familiar?
Muchas mujeres con altas capacidades renuncian a tener hijos o una familia para poder desarrollar su carrera profesional. Otras renuncian a desarrollar su carrera profesional para atender las necesidades familiares y algunas, las menos, consiguen compatibilizar ambas tareas generalmente a costa de un enorme esfuerzo personal.
Sólo aquellas que cuentan con el apoyo incondicional de su pareja pueden desarrollarse como profesionales y con su familia y manifiestan un mayor grado de satisfacción cuando son mayores. Éstas y las que han abandonado la idea de crear una familia para desarrollar su profesión; las que renuncian generalmente se sienten frustradas a largo plazo.
“Si no consigues romper el techo de cristal, date la vuelta y busca otra empresa o emprende por tu cuenta”
- ¿Qué cree que debemos cambiar, como sociedad, para que las mujeres no tengan que renunciar a nada?
Se trata de un cambio cultural que no será inmediato. De hecho, los jóvenes de hoy en día ya tienen más claro que deben compartir las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, pero sigue siendo necesario trabajar en ese cambio de mentalidad y también trabajar en la igualdad salarial de hombres y mujeres, mismo salario por el mismo trabajo, porque a veces a las mujeres no les compensa trabajar si los ingresos son mucho más bajos que los de sus compañeros haciendo el mismo trabajo.
- ¿Existe algún modo de romper ese 'techo de cristal' que impide a muchas mujeres escalar hasta puestos directivos en las empresas?
En mi opinión, las mujeres no debemos renunciar a conseguir ningún puesto en una organización. Y si no se nos da la oportunidad, debemos dar la vuelta y cambiar de organización. No vale la pena consumir esfuerzos en estructuras en las que el acceso de las mujeres a los puestos directivos es casi imposible. Es un error. Si no consigues romper ese techo de cristal, date la vuelta y busca otra empresa o emprende por tu cuenta. Es mi consejo porque yo misma lo tuve que hacer en un momento determinado y nunca me he arrepentido.
- Habla en su libro del desarrollo emocional y de la autoestima de las mujeres con altas capacidades. ¿Cómo son éstos en el caso de estas mujeres?
Las mujeres tenemos más desarrolladas algunas áreas de la inteligencia emocional, como la percepción emocional, la capacidad de entender lo que ocurre a nuestro alrededor y de resolver conflictos de forma pacífica. Sin embargo, en general, se ha maltratado la autoestima de las mujeres a lo largo de la historia, con altas capacidades o no, y sólo la confianza en ellas mismas les ha permitido a tantas y tantas mujeres romper barreras y sobresalir.
- ¿Cuáles son las barreras más importantes con las que se encuentran las mujeres en el ámbito profesional?
La propia autoestima es la primera barrera; después, los estereotipos sociales que intentan dirigirnos, a través de la familia, la escuela o los propios compañeros, hacia determinadas áreas, más femeninas teóricamente, como la educación, la salud o incluso el ámbito jurídico, y nos sugieren no aventurarnos en otras áreas.
“Todavía es frecuente que, cuando asisten un hombre y una mujer a una reunión, los contertulios escuchen más al hombre que a la mujer”
La confianza de aquellos que nos tienen que apoyar incluso en el ámbito del emprendimiento, como pedir un crédito a un banco, y, como no, el propio reconocimiento que muchas veces ha sido sustraído por compañeros varones. Todavía es frecuente que, cuando asisten un hombre y una mujer a una reunión, los contertulios escuchen más al hombre que a la mujer y valoren mucho más su opinión sin fundamento alguno, sólo por ser varón.
- ¿Qué se puede hacer para eliminar estas barreras y mejorar las oportunidades profesionales de las mujeres?
Mientras las áreas de poder en las empresas y organizaciones sean patrimonio de los hombres es difícil que las mujeres tengan las oportunidades que se merecen. Por ello, es fundamental que las mujeres poco a poco vayan ocupando posiciones en esas áreas de poder que permitan el acceso a otras mujeres.
También son muy importantes los modelos, por eso en este libro reflejo tantas historias de mujeres que han brillado en el ámbito de la ciencia y la tecnología a pesar de, en muchos casos, ni tan siquiera tener acceso a la universidad.
- Alude en su obra al ‘efecto Pigmalión’. ¿Qué poder tienen las palabras sobre nuestras propias capacidades?
Si no crees en ti misma, los demás tampoco van a creer en ti. Pero si los demás te consideran incapaz, tienes que trabajar el doble para poder demostrar tus capacidades. Por esa razón, en mi opinión, hay que decidir cuál va a ser nuestra meta y, si tenemos que arriesgarnos a destacar, no dudar ni un momento a pesar de los prejuicios de jefes, compañeros o de nuestra propia familia.
- Dejando atrás lo que la realidad ha venido mostrando, ¿qué recomendaría a una mujer con altas capacidades: destacar o callar?
Como he dicho anteriormente, hay que elegir en cada circunstancia, pero es absurdo esperar que los demás reconozcan tus méritos algún día si tienes miedo a demostrarlos. En mi opinión, lo más inteligente hoy en día es destacar en todo aquello que de verdad nos importa. En lo demás, a veces lo más inteligente es callar y esperar a que llegue nuestra oportunidad o, mucho mejor aún, buscar esa oportunidad activamente.