
El Observatorio de la Juventud de la Fundación SM ha presentado el informe ‘Jóvenes y Medioambiente’, que aborda las actitudes y preocupaciones de la juventud española frente a la crisis medioambiental
El informe revela que, a pesar de que el 57% confía en la ciencia y la tecnología para evitar la inhabilitabilidad de la Tierra, existe un 40% que considera que el problema medioambiental se está exagerando. El tono predominante entre los jóvenes es pesimista, expresando sentimientos de impotencia (45%), miedo (42%) y tristeza (36%) ante la crisis medioambiental. Más del 70% se siente incapaz de abandonar el estilo de vida consumista, identificando a las grandes empresas como principales responsables de la situación.
En cuanto a la confianza en la voluntad política, el 72% de los jóvenes siente que la protección del medioambiente debe ser prioritaria en la política, pero el 73% desconfía de la voluntad de los líderes políticos para implementar acuerdos internacionales. Además, reclaman transiciones ecológicas justas con impuestos progresivos.
Aunque un tercio de los jóvenes muestra un activismo comprometido, participando en acciones de conservación y discutiendo sobre la necesidad de actuar frente al cambio climático, la mayoría se muestra reacia a cambiar radicalmente su estilo de vida. La coordinadora de investigación de la Fundación SM, Ariana Pérez, y una de las autoras del estudio, nos explica por qué los jóvenes se muestran tan pesimistas con todo lo relacionado con el medioambiente.
¿Cuáles son, según los jóvenes, las fórmulas más efectivas para combatir los problemas medioambientales?
En términos generales, podríamos decir que tres. La primera es aumentar la formación sobre cuestiones relacionadas con el medioambiente y el cambio climático, y ofrecer más información y educación, tanto para los propios jóvenes como para toda la sociedad.
En segundo término, endurecer las leyes medioambientales. Los jóvenes consideran que debe haber una legislación mucho más severa para aquellas empresas, personas u organizaciones que, de alguna manera, tengan prácticas o actividades en contra del medioambiente.
En tercer y último lugar, una cuestión importante que señalan es la necesidad de cambiar la forma que consumimos. Verdaderamente, el estilo de vida consumista no cuadra con la protección y la sostenibilidad ambiental.
¿Por qué crees que un 40 por ciento de los menores de 30 años en España cree que la crisis ecológica se está exagerando?
Tenemos que entender que la juventud es diversa, en términos generales, y dentro de la juventud española hay diferentes posicionamientos con respecto a la información medioambiental.
Nuestro informe, tras hacer un repaso general, a través de un análisis factorial, traza como tres grandes perfiles que podemos encontrar dentro de la juventud española:
Uno es el negacionismo o neonegacionismo. ¿En qué consiste? Lo que identifican es que de alguna manera no niegan que exista crisis climática, pero sí la atribuyen a determinados factores, como puede ser el ‘coorden’. Es decir, que los problemas medioambientales que estamos sufriendo en los países desarrollados se puede deber a la migración, porque los migrantes traerían prácticas insostenibles para nuestros países. Es una juventud que está posicionada ideológicamente en las opciones de derecha o extrema derecha, y que está comprando ese discurso relacionado con un nacionalismo verde que se basa en proteger lo que atañe más al entorno de su país y lo demás no les importa tanto.
Hay otro grupo de jóvenes que podríamos identificar más con el derrotismo, es decir, que piensan que hagamos lo que hagamos esto ya es imparable, que ya no se puede frenar la crisis climática.
Y en la última vertiente, un grupo que opina que, efectivamente, hay una crisis climática, y están preocupados, pero piensan que, especialmente, a través del desarrollo de la ciencia y la tecnología, podremos pararla y hacer que la vida en el planeta no sea inhabitable.
Es decir, junto con los negacionistas hay un perfil de jóvenes muy comprometido con el medioambiente que, además, lo traslada a una forma de actuar muy coherente en términos individuales desarrollando formas de consumo mucho más sostenibles, y en términos colectivos con una actitud muy comprometida a la hora de participar en asociaciones, en proyectos de conservación…
Y luego, los apáticos, los que manifiestan una actitud más derrotista y que además no encuentran vías o canales para luchar contra esta crisis climática.
¿Son conscientes del problema que tenemos actualmente con nuestro medioambiente y la importancia que ha adquirido el compromiso por la sostenibilidad en las compañías?
Por una parte, no son conscientes de que las compañías están adoptando o intentando adoptar formas de producción más sostenibles. Se observa una juventud tremendamente crítica en todo lo que se refiere a las empresas, siendo su percepción del mundo empresarial muy negativa. Los identifican como los principales causantes de la crisis ecológica por su forma de producción y, encima, hay mucha desconfianza hacia lo que se conoce como el greenwashing. Creen que les intentan tomar por tontos pensando que con tres o cuatro pinceladas muy vistosas son ya empresas sostenibles.
Con respecto a si son conscientes de la problemática, te diría que sí, en parte. En este estudio preguntamos cuánto preocupados estaban en ciertas cuestiones, como la deforestación o el cambio climático, y cuánto conocían de las mismas. Por sus respuestas, podemos deducir que, en términos generales, están muy preocupados por todos los temas, pero también aseguran que tiene un amplio conocimiento sobre los mismos, y aquí nosotros tenemos dudas.
En la encuesta, introdujimos una pequeña trampa en una pregunta sobre el agujero de la capa de ozono que, como todo el mundo sabe, es un problema que preocupaba hace décadas y que, curiosamente, es uno de los problemas que gracias a la cooperación internacional se consiguió revertir. A día de hoy, se ha conseguido paliar, pero en el informe dicen estar muy preocupados.
Esto nos ha llevado a deducir que entre la juventud española se da el síndrome de que piensan que saben más de lo que realmente saben. Y en muchas otras cuestiones, como en el consumo, desconocen de dónde salen los productos, no han seguido una trazabilidad. En definitiva, están preocupados y son conscientes pero, en parte, tienen un conocimiento fragmentario.
"La juventud está preocupada y es consciente de los problemas del medioambiente pero, tiene un conocimiento fragmentario"
La mayoría de los jóvenes, además, no confían en que los políticos atajen este problema. ¿A qué crees que se debe?
Gran parte de los acuerdos que se llegan en las grandes cumbres mundiales, por mínimos que sean, casi nunca se cumplen porque se basan en la voluntariedad de los estados, no existe una obligación. Con lo cual, creo que esta opinión se basa en una evidencia.
Además, en las últimas décadas, desde prácticamente la crisis de 2008, la confianza en la política es bajísima, y no es menos en la cuestión del medioambiente.
¿Qué otros datos ves preocupantes en el informe?
Realmente, hablamos de una juventud preocupada y, en parte, comprometida con su acción individual, pero hay una cuestión preocupante. Ellos se ven parte de una sociedad consumistas y ven imposible abandonar ese estilo de vida. Cuando les preguntamos sobre qué sentimiento o emoción les provoca la crisis climática con vistas al futuro lo primero que dicen es impotencia porque no encuentran cómo salirse de la rueda, de este estilo de vida.
El 70 por ciento de la juventud no quiere abandonar su estilo de vida consumista. No pueden y no saben hacerlo. Al final, el peligro está en que dejan de luchar, bajan los brazos y se vuelven apáticos.