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María Viver, directora de la Fundación Randstad

“No podemos dejar a las personas más vulnerables solas ante la responsabilidad de su propia inclusión”

La Fundación Randstad está a punto de cumplir dos décadas de intensa labor dirigida a alcanzar un impacto real en la transformación social, proporcionando a las personas con discapacidad la igualdad de oportunidades laborales mediante la sensibilización, la capacitación y la transición al empleo. A lo largo de su trayectoria, la entidad ha acompañado a más de 50.000 personas en su inclusión laboral y actualmente afronta los retos que supone la transformación digital para continuar cumpliendo su misión.

María Viver, directora de la Fundación Randstad
María Viver, directora de la Fundación Randstad

A punto de cumplir 20 años desde su creación, a lo largo de su trayectoria la Fundación Randstad ha prestado apoyo a más de 50.000 personas con discapacidad en su camino hacia la inclusión laboral. En una entrevista para Soziable, María Viver, directora de la entidad, explica cuáles fueron sus orígenes, su filosofía y los retos que afronta la organización ante las disruptivas transformaciones tecnológicas y económicas que afectan a nuestra sociedad y, en mayor medida, a los colectivos más vulnerables.

¿Cuáles fueron los principales motivos que llevaron a la creación de la Fundación Randstad?

Hace 20 años Randstad ya era una empresa multinacional líder en el sector de recursos humanos y en aquella época ya comenzaba a existir una inquietud entre las empresas por incluir talentos diferentes en sus organizaciones. Es cierto que ya se había aprobado casi 25 años atrás la antigua LISMI, pero era prácticamente desconocida, papel mojado como decimos los juristas.

Así que, con esa sensibilidad de atender las necesidades de sus clientes, Randstad comenzó a investigar lo que podía hacer en ese sentido. Llegó a la conclusión que a través de sus diferentes líneas de negocio no iba a ser factible, porque las personas con discapacidad o en riesgo de exclusión tienen necesidades y requerimientos diferentes. Finalmente, para canalizar esa firme voluntad de la compañía por poner todo su conocimiento y saber hacer a disposición de quien más lo necesita, condujo a la creación de una fundación, porque jurídicamente era la fórmula que mejor encajaba.

El principal objetivo de la Fundación Randstad fue desde un principio conseguir la igualdad de oportunidades en el empleo para todas las personas, pero poniendo especial interés en las más vulnerables y necesitadas de conseguir un puesto de trabajo para alcanzar su autonomía personal y económica.

“Nos dimos cuenta de que éramos altamente eficientes con los casos más difíciles, en los que se a la discapacidad se suma el riesgo de exclusión”

Pero, finalmente, el trabajo de la fundación parece más centrado y especializado en el colectivo de personas con discapacidad…

Estamos muy centrados en la discapacidad desde la aprobación de en 2016 de un nuevo plan estratégico, donde analizábamos en qué éramos buenos y altamente eficientes. Nos dimos cuenta de que abarcar todos los colectivos en riesgo de exclusión era complejo, porque necesitábamos diferentes estrategias y metodologías de trabajo específicas para cada colectivo, con lo cual, se perdía eficacia.

Sin embargo, también nos dimos cuenta de que éramos altamente eficientes con los casos más difíciles, en los que se a la discapacidad se suma el riesgo de exclusión. Es decir, aquellas personas con escasos recursos y oportunidades para poder acceder a la formación. Una vez que asumimos ese punto fuerte, decidimos focalizar nuestra labor para crear un impacto real de transformación.

¿Cómo ha evolucionado la labor de la Fundación Randstad a lo largo de sus casi 20 años?

Hemos ido creciendo paso a paso. Hace 20 años estábamos en Madrid y no había una estructura específica. Éramos un grupo de personas que trabajábamos en Randstad con ganas de aportar sus ideas, su capacidad y su voluntad de cambiar el mundo.

Hoy en día en la Fundación somos más de 70 personas en toda España, con siete centros de trabajo. Damos una cobertura a nivel nacional, porque tenemos también un grupo de trabajo que atiende las necesidades allí donde no podemos estar físicamente, ya que la pandemia nos enseñó precisamente a aprovechar mejor la tecnología.

Después de 20 años estoy muy orgullosa de la evolución de la Fundación, porque he visto en primera persona todo el trabajo que ha supuesto o ayudar a más de 50.000 personas a mejorar su calidad de vida, potenciando su empleabilidad, dándoles oportunidades y esperanza y haciendo que se sientan útiles.

“En estos 20 años de evolución la clave ha sido la confianza de nuestros socios y aliados”

¿Cómo ha conseguido esos logros la fundación? ¿Qué estrategias ha seguido y qué dificultades ha tenido que superar?

La primera dificultad en un proyecto como este es arrancar y después, lógicamente, mantenerse. Es imprescindible establecer un objetivo muy claro, por difícil o inalcanzable que sea, y no apartarte de esa hoja de ruta, dando pasos, aunque sean pequeños, que te acerquen a ese objetivo.

En lo que respecta a la financiación, es imprescindible para poder hacer este tipo de cosas y cumplir con la hoja de ruta. Para ello es necesario conseguir alianzas estratégicas que te ayuden a llegar donde no podrías llegar en solitario. Poco a poco, gracias a ese establecimiento de alianzas, lo que hemos conseguido en la Fundación Randstad es establecer un ecosistema social de colaboración.

A lo largo de la historia de la fundación nos hemos dado cuenta de que existe mucha gente que quiere y apuesta por lo que estamos haciendo y eso es lo que nos ha impulsado para seguir adelante, a pesar de las dificultades que hemos podido encontrar a lo largo del camino. En estos 20 años de evolución la clave ha sido la confianza de nuestros socios y aliados. Esa confianza se ha conseguido a base de conocimiento desde a la responsabilidad, la honestidad y la capacidad de acción. El fortalecimiento de esa confianza ha hecho que la gente que nos acompañó desde que empezamos todavía siga siendo nuestra aliada en la actualidad.

¿Qué tipo de programas específicos ha desarrollado la Fundación Randstad para la inclusión laboral de las personas con discapacidad?

Tenemos varias líneas de acción. Por una parte, está el trabajo con las personas para mejorar su empleabilidad. Para ello hemos desarrollado una metodología consistente en el desarrollo de un itinerario personalizado de desarrollo profesional. Los expertos de la Fundación acompañan día a día a la persona para desarrollar y potenciar sus conocimientos, capacidades y habilidades.

Dentro de esta línea de acción tenemos proyectos específicos como el ‘Boot Talent’, que es un programa formativo de desarrollo web FullStack, cuyo objetivo es acercar el conocimiento tecnológico y las oportunidades de empleo que ofrece la actual revolución digital. El caso es que ya hay empresas que demandan a las personas que salen de este programa formativo.

Otro de los proyectos es el de ‘Brecha digital’, que aúna el impacto social y la sostenibilidad a través de la economía circular. Su objetivo es mejorar las competencias digitales de personas con discapacidad que se encuentran en una situación doblemente vulnerable, ya que no disponen de recursos económicos suficientes para acceder a un itinerario de formación. Es decir, ni siquiera disponen de ordenador o conexión a internet.

Lo que hicimos es hablar con diferentes empresas para reciclar y reutilizar los ordenadores que ya no usaban, poniéndolos disposición de estas personas para su formación. Por otro lado, Vodafone les cede un año de conexión a Internet y, durante ese año, un tutor de la Fundación Randstad las acompaña para enseñarles en el uso de la tecnología y les abre posibilidades de búsqueda de empleo con los conocimientos que adquieren.

“No vale generalizar, porque a las personas hay que tratarlas individualmente y de manera perfectamente adaptada para ayudarlas de la mejor manera posible”

¿Cómo detecta la fundación a todas esas personas en situación de vulnerabilidad y sin recursos?

Tenemos alianzas con diferentes Administraciones Públicas. Actualmente estamos desarrollando alrededor de 25 proyectos con administraciones locales y autonómicas a nivel nacional. Desde todas ellas nos solicitan colaboración para llegar allí donde es más difícil y donde se dan los casos de mayor vulnerabilidad.

Por otro lado, en la Fundación hemos acumulado una amplia base de datos que nos aporta conocimiento sobre las situaciones y necesidades de todas estas personas. Además, tenemos también a Randstad Research como aliado que nos ayuda en el análisis de todos esos datos, el establecimiento de conclusiones y detección de necesidades en el ámbito del empleo para las personas con discapacidad de una manera más global.

Toda esa capacidad de análisis, que abarca a todas las comunidades autónomas e incluso a nivel local, nos proporciona una base de conocimiento que nos permite abordar cada proyecto individualmente adaptándonos a las circunstancias y necesidades de cada lugar o grupo de personas. No vale generalizar, porque a las personas hay que tratarlas individualmente y de manera perfectamente adaptada para ayudarlas de la mejor manera posible.

"En el HUB hemos conseguido crear un espacio diverso e inclusivo donde realmente se materializa la igualdad de oportunidades"

Se acaba de inaugurar el HUB de Innovación Social de la Fundación Randstad. ¿Qué características tiene este espacio y qué objetivos persigue la Fundación Randstad con su creación?

En el Hub hemos tratado de materializar todo ese ecosistema social que hemos creado en Fundación Randstad. Todos los stakeholders: las personas con discapacidad, las empresas, las entidades sociales, las universidades, los centros de formación, la Administración Pública, los medios de comunicación… todos ellos tienen aquí su espacio.

Es un espacio abierto y colaborativo y pretendemos que sea un centro de referencia para que todos puedan tratar todo lo relacionado con la diversidad y la inclusión. Lo hemos construido de manera que es totalmente accesible y, además, modulable. Es decir, puede acoger formaciones, reuniones de comités de dirección, exposición de informes o presentaciones de proyectos.

En definitiva, es el lugar físico donde se hace realidad ecosistema de colaboración que hemos logrado, porque no vale hablar de inclusión y quedarse quietos. Es una responsabilidad de toda la sociedad: de las personas, las organizaciones, las empresas, las administraciones… No podemos dejar a las personas más vulnerables solas ante la responsabilidad de su propia inclusión.

Si queremos cumplir con el concepto de justicia social, debemos proporcionar las herramientas necesarias a aquellos que carecen de ellas, porque, si no, estarían moviéndose en un plano de desigualdad. Esto es lo que hemos conseguido con el HUB, crear un espacio diverso e inclusivo donde realmente se materializa la igualdad de oportunidades.

“Entidades como la nuestra debemos pensar en las consecuencias de la transformación digital y planificar la manera de que siga existiendo el empleo diverso”

¿Qué retos y oportunidades afronta la inclusión laboral de las personas con discapacidad en España en la actualidad?

Uno de los retos actuales tiene que ver con las oportunidades que ofrece la sociedad y el mercado de trabajo para las personas con discapacidad intelectual. Según nuestros análisis, el 53% de los de los trabajos que están haciendo actualmente las personas con discapacidad van a transformarse o desaparecer en los próximos 10 años debido a los procesos de digitalización y automatización. Debemos hacer algo como sociedad y no quedarnos quietos ante este reto.

También creo que esta revolución digital es favorable y positiva, aunque entidades como la nuestra debemos pensar en sus consecuencias y planificar la manera de que siga existiendo el empleo diverso, porque la gente necesita oportunidades para sentirse viva.