Fundación Roure es una entidad social que desarrolla su encomiable labor en el distrito barcelonés de Ciutat Vella. En líneas generales, la fundación atiende las necesidades básicas de las personas mayores, pero también las de familias que atraviesan por dificultades económicas. Y lo hace con la intención firme de que cada uno de los miembros que forman parte de estos colectivos sea autónomo.
Uno de los proyectos de esta entidad no ha pasado inadvertido para la Fundación Naturgy. Se trata de la iniciativa ‘Ayuda integral a la vulnerabilidad energética’, reconocida por el jurado del ‘Premio a la mejor iniciativa social en el ámbito energético’ con el accésit de la tercera edición de estos galardones.
En esta entrevista, Jordi Purrà, director de la Fundació Roure, revela las razones por las que, desde la entidad, consideraron oportuno presentarse a este premio de Fundación Naturgy, cuáles fueron sus sensaciones al conocer que habían sido distinguidos con el accésit y lo que estima que les reportará este reconocimiento. Y, por supuesto, incide también en las líneas que sigue el proyecto por el que han sido reconocidos, los motivos por los que decidieron ponerlo en marcha y los objetivos que se han marcado, entre otras cuestiones.
- ¿Cómo y cuándo surge la iniciativa ‘Ayuda integral a la vulnerabilidad energética’?
La iniciativa surge de necesidades puntuales de usuarios de otros proyectos de la Fundació Roure que nos preguntaban por información sobre temas energéticos o la interpretación de una factura o de un requerimiento. Entonces, de ahí, poco a poco, fuimos forjando la idea de hacerlo formalmente como proyecto.
El proyecto empieza en 2018, sobre todo, con colectivos de gente mayor que, sabiendo muy bien las necesidades de este colectivo y con la creciente dificultad de lo digital, pues vimos que era una gran necesidad intervenir en este sentido.
A la vez, de otros proyectos, también captamos la necesidad de hacer algún tipo de intervención en viviendas de personas muy vulnerables que no tenían los mínimos de confort para el invierno. Entonces pensamos en un conjunto de cosas y, por eso, lo llamamos ayuda integral, porque incluye desde la educación, el acompañamiento, la intermediación, pero también una intervención más física en ciertas viviendas que estaban muy mal.
Conociendo las necesidades de las personas mayores y con la creciente dificultad de lo digital, vimos que era una gran necesidad intervenir en este sentido
- ¿Por qué deciden ponerla en marcha?
Decidimos ponerlo en marcha formalmente porque hay un colectivo que lo necesita. Y realmente esta complejidad creciente de las informaciones y la tendencia de que todo va a lo digital crea una brecha digital que teníamos que atender. Y también una precariedad de algunas viviendas que vivíamos a través de otros proyectos y que veíamos que ahí hacía falta una intervención muy concreta.
- ¿En qué consiste este proyecto?
La línea que sigue el proyecto básicamente es el acompañamiento de estas personas que necesitan esta ayuda para intermediar con las energéticas. Se trata entonces de educar, de acompañar, de interpretar documentos de la relación que tenemos con las empresas energéticas, como, por ejemplo, bonos sociales o subvenciones.
Y en el apartado de rehabilitación, se trata de ver las necesidades de ciertas viviendas que conocemos: ver cómo están los aislamientos, las paredes, los techos, las ventanas, los electrodomésticos y hacer algún tipo de intervención subvencionada para que esta gente pueda mejorar estas características de sus viviendas.
- ¿A quiénes beneficia, en concreto, ‘Ayuda integral a la vulnerabilidad energética’?
Las personas más directamente beneficiadas fueron personas mayores, que siempre tienen mucha dificultad con este tipo de asuntos energéticos, personas que no tienen un entorno o una familia que les ayude. También familias ya no del colectivo de personas mayores, sino más en situación de precariedad económica, que son a veces usuarios de nuestro economato social, donde ayudamos con la alimentación a las familias y acompañamiento también de otros tipos.
- ¿Qué objetivos persigue, principalmente, esta iniciativa?
Básicamente, el objetivo principal es que las personas que lo necesitan se sientan acompañadas en el proceso de lidiar con la información y con los contactos necesarios con las empresas energéticas. Se trata de que estas personas puedan tener un consumo coherente, que puedan ahorrar según las oportunidades que presta el mercado y también, sobre todo, que tengan un mínimo confort, especialmente en invierno.
- Desde que comienzan a trabajar en el proyecto, ¿qué resultados han obtenido?
Todo este período, desde 2018, ha generado unos 1.000 acompañamientos, de los cuales 200 son beneficiarios de intervenciones en viviendas. Y más específicamente, en 2021, hubo casi 660 beneficiarios.
- ¿Qué supone para ustedes saber que su aportación, su trabajo, contribuye a la mejora del bienestar de personas vulnerables?
Para nosotros, este proyecto es totalmente asistencial y muy de la vena de Fundación Roure. De entrada, cumple con un objetivo fundacional lo que estamos haciendo, entonces, es absolutamente coherente con los valores y con nuestra misión. Y realmente, para las personas que estamos trabajando e impulsando el proyecto, también es un placer poder realizarlo y ayudar.
Desde 2018, hemos realizado unos 1.000 acompañamientos, de los cuales 660 fueron en 2021
- Y los beneficiarios de este programa, ¿cómo valoran ese trabajo que realizan desde la Fundació Roure?
Nosotros recibimos un feedback muy positivo. Por eso hemos continuado el proyecto año a año. Hay anécdotas que quizá lo explican de forma más gráfica. Por ejemplo, recuerdo que, en la entrega de premios de Fundación Naturgy, pasamos un vídeo donde una usuaria, una persona mayor, mostraba su sorpresa y decía: “No me lo creo. Vinieron, dijeron que me faltaba una nevera y ahora tengo nevera”. Lo veía como un pequeño milagro y son estas cosas las que, al final, son el motivo de todo.
- ¿En qué otros proyectos trabajan actualmente desde la Fundació Roure y en qué ámbitos se desarrollan?
Los proyectos de la Fundació Roure son diversos. Tenemos un área asistencial donde también se sitúa la ayuda a la rehabilitación energética. Pero tenemos un servicio de duchas; un economato solidario donde entregamos alimentación; un comedor social; un servicio de acompañamiento a la vulnerabilidad, que se corresponde un poco con la naturaleza de lo que hacemos en la ayuda integral a la rehabilitación energética, que es acompañar, pero en temas de formación, documentación, reinserción laboral…
Después, tenemos otra área, una de las más significativas y originarias de la Fundació Roure, que es de gente mayor. Tenemos un centro de día, un servicio de soporte a domicilio del cual también nos alimentamos mucho de necesidades de usuarios para la ayuda integral a la rehabilitación energética. Es un programa que se llama ‘Vivir y convivir’ en el que intentamos emparejar personas mayores que sufren de soledad con estudiantes universitarios que no tienen recursos para afrontar una vivienda, para ir a estudiar, especialmente en Barcelona, y que está funcionando estupendamente.
Y también tenemos una serie de proyectos solidarios que nos sirven para formar, para temas de profesionalización, de inserción laboral, de personas con vulnerabilidades, pero, a la vez, también nos sirven para generar algún tipo de ingreso que revierte en una viabilidad de la fundación, en una mayor seguridad de ingresos estables: una lavandería industrial; un taller de costura que tiene un espacio para la formación y otro para la producción para empresas textiles; dos tiendas de segunda mano… Por lo tanto, aunque la fundación no es muy grande, somos 60 empleados, también intenta abarcar muchas de las necesidades que se plantean en nuestro entorno.
- ¿Qué perspectivas de futuro mantienen con respecto a la iniciativa ‘Ayuda integral a la vulnerabilidad energética’?
Por supuesto, vamos a continuar con este proyecto. Primero, porque es una necesidad, que cubrimos parcialmente, y cada vez hay más usuarios y más usuarios potenciales. Por lo tanto, sí que tiene una continuidad y creemos que tenemos que hacer todo lo que es la rehabilitación de las viviendas. En estos barrios donde nos movemos, que son barrios activos de la ciudad, hay pisos muy degradados, sin ascensor, viviendas antiguas.
- Este año, han sido reconocidos con el accésit de la tercera edición del ‘Premio a la mejor iniciativa social en el ámbito energético’ de Fundación Naturgy. ¿Cuándo y por qué consideraron oportuno presentar su candidatura a estos galardones?
Nosotros presentamos candidatura la edición pasada. Como veíamos que el proyecto encajaba perfectamente con el espíritu del concurso, decidimos volver a presentarnos. Y ahí está la gran sorpresa que ha sido para nosotros ser elegidos como segundo premio. Y muy felices de haberlo conseguido.
- Independientemente del resultado para la Fundació Roure, ¿cómo calificaría su participación en este Premio?
Después de nuestra experiencia, solo puedo aconsejar que las empresas de las entidades sociales se presenten e insistan porque, a veces, hay muchas entidades muy diversas, con proyectos muy bonitos y necesarios. Creo que es bueno que haya toda esta diversidad y que se presenten todas las entidades.
Nuestro proyecto encajaba perfectamente con el espíritu del Premio a la mejor iniciativa social en el ámbito energético de Fundación Naturgy, por eso decidimos volver a presentarnos tras hacerlo el año pasado
- Desde la fundación, ¿pensaban que serían reconocidos con este accésit?
Ni por asomo pensamos que dirían nuestro nombre. En la selección, había muchas entidades. También este año hicieron una exposición muy bonita de muchas de las entidades que se habían presentado y de las finalistas y, cuando ves lo que hacen estas entidades, los volúmenes que tocan, siendo una fundación modesta, no piensas que esto vaya a pasar nunca. Pero sí es posible. Y la verdad es que la ilusión que nos hizo al oír ‘Fundación Roure’ fue muy grande.
- ¿Cuáles fueron sus sensaciones al escuchar que su entidad, la Fundació Roure, ha sido distinguida por la Fundación Naturgy?
Cuando estás allí, todo pasa muy rápido y es una ilusión tremenda. Casi no sabes qué decir, pero, como anécdota, aquí en Fundació Roure nos contaron después que buena parte de los empleados estaban de pie, mirando el directo, y cuando nosotros fuimos elegidos fue como una final del Mundial, hubo una celebración… Realmente, el proceso es muy divertido y muy bonito.
- Este reconocimiento, ¿qué considera que le puede reportar a la Fundació Roure?
El importe para una entidad como la nuestra es significativo. No somos una gran entidad, entonces, un importe como el que están dotando a este concurso, para nosotros, nos permitirá hacer mucho trabajo en la calle que se puede trasladar a muchos beneficiarios. Por lo tanto, en ese aspecto, ya es mucho.
Y también es una inyección de moral porque siempre que aprecian algo que haces es como “esto tiene más aún más sentido”.