Pasar al contenido principal
Con motivo del Día Mundial del Aprendizaje Digital

Fundación Cibervoluntarios reclama la importancia de las competencias tecnológicas para avanzar hacia una sociedad más inclusiva

Fundación Cibervoluntarios ha reivindicado, con motivo del Día Internacional del Aprendizaje Digital, que se celebra este miércoles 19 de marzo, la necesidad de conceder una mayor importancia a las competencias tecnológicas de cara a frenar la pobreza digital y, de este modo, avanzar hacia una sociedad más inclusiva.

El 30% de la población española no tiene todavía competencias digitales básicas.
El 30% de la población española no tiene todavía competencias digitales básicas.

Este Día Mundial del Aprendizaje Digital se enmarca, además, en el Año Europeo de la Educación para la Ciudadanía Digital, lanzado por el Consejo de Europa con el lema ‘Learn, Connect, Engage, Thrive Together!’ (¡Aprender, conectar, comprometerse, prosperar juntos!).

La rápida evolución tecnológica y la digitalización de servicios esenciales han generado nuevos retos. En este contexto, Fundación Cibervoluntarios hace un llamamiento a administraciones públicas, entidades, centros educativos, ONG y ciudadanía en general a unirse al compromiso por un aprendizaje digital amplio, continuo, crítico e inclusivo y a impulsar la formación gratuita en competencias digitales para todas las personas. 

Según el Informe sobre la Sociedad Digital del ONTSI 2024, el 30% de la población española no tiene todavía competencias digitales básicas. Y en los municipios de menos de 10.000 habitantes, esta cifra sube al 43%. 

Además, el estudio sobre la Brecha Digital en la Infancia y Adolescencia en Situación de Pobreza, elaborado por la Plataforma de Infancia, señala que factores de exclusión como la pobreza, un bajo nivel de estudios o provenir de una familia de origen extranjero o monoparental aumentan la vulnerabilidad de la infancia ante la brecha digital. 

Estos datos reflejan la necesidad de fortalecer la capacitación digital en entornos rurales, población con menos recursos y grupos vulnerables, en los que la falta de formación en herramientas digitales acentúa su exclusión y limita sus derechos y oportunidades.

Sin una formación adecuada en competencias tecnológicas necesarias para el desarrollo a nivel personal, laboral y social, se puede generar pobreza digital. Ésta, más allá de la falta de dispositivos tecnológicos y conectividad, se caracteriza por la falta de habilidades y competencias para gestionar y aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la era digital. Es decir, es la incapacidad de una persona para interactuar plenamente con el mundo digital, cuando, donde y como lo necesita, y de sacar de ello el máximo provecho.

Para Yolanda Rueda, presidenta de Fundación Cibervoluntarios, “el gran reto que tenemos por delante es ayudar a que todas las personas tengan las competencias tecnológicas necesarias que les permitan usar la tecnología para acceder a las mismas oportunidades de educación y empleo, para defender sus derechos, expresarse y participar activamente en la sociedad. Estos son los pilares de una sociedad inclusiva; sin el conocimiento y el uso de la tecnología, esto es imposible hoy en día”.