Un nuevo estudio realizado por las universidades de Exeter y Hertfordshire publicado en la revista Nature ha revelado que el cambio climático hace que la Antártida se esté volviendo verde a una velocidad diez veces mayor de la esperada.
Este cambio es consecuencia del cambio climático. Olly Bartlett, de la Universidad de Hertfordshire y uno de los investigadores del estudio, aclara que “los efectos del cambio climático antropogénico en la Península Antártica –aumento de temperaturas y reducción del hielo marino– están bien documentados, y, por eso, creemos que la influencia de la actividad humana no tiene límites en su alcance, incluso en la Península Antártica, esta región extrema, remota y aislada donde el paisaje está cambiando, y estos efectos son visibles desde el espacio”.
¿Qué tipo de vegetación está creciendo en el continente helado? Otro de los investigadores, Thomas Roland, de la Universidad de Exeter, informa que “los ecosistemas vegetados de la Península Antártica están típicamente dominados por musgos, pero también contienen líquenes, hepáticas y hongos”.
Eso sí, Roland aclara que esos hábitats no son técnicamente nuevos en la región: “Las muestras de núcleos datados por radiocarbono que hemos tomado de algunos de los ecosistemas dominados por musgos más establecidos aquí muestran que la vida vegetal ha estado presente durante más de 5.000 años, probablemente apareciendo a medida que la Península se desglaciaba después del último período glacial”. De lo que se han dado cuenta los científicos es que “desde alrededor de 1950, habían comenzado a crecer a tasas sin precedentes”.
Para la elaboración del estudio, se han utilizado imágenes satelitales para revelar una tendencia de ‘reverdecimiento’ generalizada y sostenida en la Península Antártica durante las últimas cuatro décadas. En términos básicos, “esto significa que la cantidad de tierra en la Península que está cubierta con vegetación –en lugar de nieve, roca y hielo– está aumentando”, advierte Bartlett.
Según el científico, “también encontramos que la tasa a la que esta vegetación se está expandiendo ha aumentado en más del 30% en los últimos años (2016-2021). Basándonos en trabajos anteriores, que utilizaron núcleos de sedimentos y datación por radiocarbono para identificar tasas de crecimiento de plantas sin precedentes en tres sitios de la Península, esperábamos ver algún aumento en la cobertura vegetal general, pero la tasa y escala de la tendencia de ‘reverdecimiento’ que encontramos nos sorprendió”.
Implicaciones
Actualmente, los ecosistemas terrestres de la Península Antártica están separados en distintas ‘regiones biogeográficas’. “Una de nuestras preocupaciones -añade Bartlett- es que esta tendencia de ‘reverdecimiento’ podría hacer que estas regiones se vuelvan más conectadas, lo que podría llevar a una homogeneización y, en última instancia, a una reducción de la biodiversidad en toda la región”.
Además, las semillas, esporas y fragmentos de plantas pueden encontrar fácilmente su camino hacia la Península Antártica en las botas o equipos de turistas e investigadores, o a través de rutas más tradicionales asociadas con aves migratorias y el viento. Por lo tanto, “otra preocupación clave aquí es que la vegetación en expansión conducirá a la creación de nuevos suelos en toda la Península, lo que podría proporcionar una ruta para que especies no nativas y potencialmente invasoras se establezcan”, advierte el científico. “Combinados, estos dos factores de riesgo podrían resultar en un cambio ecológico fundamental en toda la Península, y potencialmente más allá, planteando grandes preocupaciones sobre la bioseguridad y, en última instancia, el futuro ambiental de la Antártida”.
Futuro de la Antártida
Roland aclara que aunque su artículo “no hace predicciones explícitas sobre el futuro”, considera que “la Península Antártica ya tiene un clima marítimo comparativamente suave en relación con el resto del continente, lo que la hace mucho más adecuada para el crecimiento de plantas. Aunque se encuentran pequeños parches de vegetación en otras partes de la Antártida, es la región de la Península la que está más vegetada, por un margen considerable”.
No solo eso, la Península también es la parte del continente que se está calentando más rápidamente: “Es probable que el cambio climático antropogénico en curso continúe elevando las temperaturas, aumentando la disponibilidad de humedad y extendiendo la temporada de crecimiento”.
Por su parte, Olly Bartlett opina que “si tuviera que hacer una predicción, imaginaría una fracción creciente del paisaje de la Península dominada por un ecosistema en mosaico de musgos, líquenes, hepáticas y hongos. Por supuesto, con este aumento en la vida vegetal, veremos una mayor formación de suelos, y el riesgo de colonización por especies no nativas y potencialmente invasoras”
“Cómo se verá la Península en cien años es difícil de decir, pero podemos sugerir con seguridad que el futuro ambiental de la Antártida está en riesgo”, finaliza.