
El segundo martes de febrero se celebra el Día Internacional de Internet Seguro, cuyo objetivo es promover un uso responsable y seguro de la red, especialmente entre niños y jóvenes. Tal y como destacó la Sociedad Española de Neurología (SEN), España es el país avanzado donde los menores dedican más tiempo a navegar por las redes sociales, normalmente desde tablets y teléfonos móviles.
“Son numerosos los estudios que han señalado los diversos efectos negativos que tienen los contenidos de las redes sociales para la salud cerebral en todo tipo de población, destacando que el exceso de visionado de videos cortos en redes sociales reduce la capacidad de concentración, la memoria, la toma de decisiones y la creatividad, además de incidir de forma negativa en la capacidad de retención y aprendizaje”, comentó el doctor David Ezpeleta, vicepresidente de la SEN y responsable del Área de Neurotecnología e Inteligencia Artificial.
“Otros estudios, más centrados en sus efectos en niños y adolescentes, incluso han observado cambios en el neurodesarrollo de regiones y redes cerebrales relacionadas con los afectos, la motivación o en el sistema de recompensa cerebral, e incluso pérdida de sustancia blanca en las áreas que sustentan el lenguaje y la alfabetización emergente. Todos estos datos son realimente muy preocupantes”, añadió.
Por su parte, el doctor Jesús Porta-Etessam, presidente de la SEN, incidió en que “además, las redes sociales también pueden influir negativamente en la salud mental de los usuarios, algo que se ha visto sobre todo en la autopercepción de la imagen corporal de muchos niños adolescentes y en el aumento de las tasas de depresión e incluso de conducta suicida (ideación e intento) en jóvenes”.
Podredumbre cerebral
Y es que, en la última década, según datos de la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo), los problemas de salud mental en niños y adolescentes españoles han crecido de manera significativa a medida que también lo ha hecho la presión por tener presencia y notoriedad en las redes sociales. Los últimos informes de la Fundación ANAR destacan que en los últimos 12 años se han multiplicado por 35 las conductas suicidas, pero también las autolesiones, la ansiedad, la tristeza, la depresión o los trastornos de la alimentación.
A finales de 2024, la Universidad de Oxford eligió como palabra del año el término ‘brain rot’ (que se podría traducir como ‘podredumbre cerebral’) para referirse al deterioro del estado mental o intelectual de una persona como resultado del consumo excesivo de informaciones triviales que recibe a través de las redes sociales.
Y la consideró como la expresión del año por la creciente popularización que está adquiriendo una enorme cantidad de contenidos superfluos que se consumen diariamente en las redes sociales y que además pueden crear adicción: cuando el cerebro está sometido a estímulos repetidos que liberan pulsos de dopamina, percibe una sensación de bienestar y se activa el mismo circuito de recompensa cerebral que se pone en marcha en otros comportamientos adictivos como el de las drogas o el juego.
Regulación horaria
Países como China ya han decidido regular las horas que pasan los adolescentes con el teléfono y otros como Australia han aprobado una ley para prohibir el acceso de los menores de 16 años a las redes sociales. En España, donde se estima que el 21% de los adolescentes es adicto a la red y casi un 10% reconoce que accede a sus redes sociales cada 15 minutos, también se está estudiando incrementar la edad de acceso a redes sociales a los menores. España es, además, el país avanzado en el que los menores dedican más tiempo a navegar por las redes sociales.
“Independientemente de la legislación, por nuestra salud mental y cerebral es importante que todos hagamos una reflexión sobre cómo usamos la tecnología y qué tipo de relación queremos tener con ella. Desde el punto de vista de la salud, la clave siempre estará en el equilibrio, haciendo un uso sensato y comedido de las redes sociales, sin olvidar la importancia de tener amigos de carne y hueso, socializar físicamente con ellos, hacer deporte al aire libre, leer libros en papel, subrayar o escribir a mano, entre otras cuestiones”, destacó el doctor Ezpeleta.
Y según el doctor Porta-Etessam, “también es importante que los padres reflexionemos sobre la inconveniencia de utilizar nuestros móviles como un ‘chupete digital’ cuando se los dejamos a nuestros hijos, si debemos retrasar la compra de su primer smartphone, si nosotros damos buen ejemplo con su uso o si supervisamos y velamos por que ellos también estén haciendo un buen uso de las tecnologías”.