Iniciativa en la que participa Granja San Francisco

Repoblación de abejas para una alimentación sostenible

HA-BEE-TAT es un proyecto para contribuir a fomentar una producción agrícola que aproveche los procesos naturales de los polinizadores, una de las vías para lograr que la alimentación sea sostenible en el mundo. Granja San Francisco y la Asociación de Abejas Silvestres participan en esta iniciativa pionera en España.

Granja San Francisco participa en el proyecto HA-BEE-TAT para la repoblación de las abejas.

16 Jun 2020 | Soziable.es | Soziable.es

Una producción agrícola que aproveche los procesos naturales de los polinizadores es la estrategia que la FAO ha marcado como una de las vías para conseguir que la alimentación sea sostenible en el mundo en el futuro. El proyecto HA-BEE-TAT, promovido por Ignasi Bartomeus, investigador del EBD-CSIC, y en el que participan Granja San Francisco y la Asociación de Abejas Silvestres, tiene por objetivo contribuir a la repoblación de las abejas en España para lograr ese fin.

En el marco de esta iniciativa pionera, agricultores de un centenar de fincas han ayudado a construir más de 10 kilómetros de márgenes de flores autóctonas en los cultivos, instalando nidos y puntos de agua para las abejas y favoreciendo la plantación de especies nativas que actúan como protección para los polinizadores. De ese modo se ha conseguido crear cien hectáreas de paisaje natural alrededor de los cultivos, una extensión equivalente a 140 campos de fútbol, lo que ha permitido la repoblación de unos habitantes esenciales para la polinización de las cosechas y la conservación del ecosistema: las abejas.

Tras un año de trabajo, “una buena parte de los agricultores han documentado cómo los márgenes plantados han atraído abejas y muchos de los hoteles de abejas se han ocupado, aumentando así los niveles de polinización de sus cultivos”, según explica Ignasi Bartomeus, promotor del proyecto.

Impacto gigante en el entorno

Por su parte, Javier Coromina, portavoz de Granja San Francisco, empresa con una larga tradición en la producción de miel utilizando métodos sostenibles y respetuosos del medio ambiente, afirma que “HA-BEE-TAT aúna el esfuerzo de diferentes entidades y colectivos con el objetivo de preservar a las abejas, un grupo de especies pequeñas con un impacto gigante en nuestra alimentación y en el entorno medioambiental, así como para ayudar a mejorar la calidad de los cultivos”.

Cosechas más resistentes y protección frente al cambio climático son dos ventajas adicionales de iniciativas para la repoblación de abejas como HA-BEE-TAT

Gracias a la plantación de al menos ocho especies de plantas autóctonas en los márgenes de los cultivos, impulsada por este proyecto, se ha proporcionado a las abejas una fuente continua de polen y néctar durante todo el año, consiguiendo que la población sea mayor y más diversa. Además, las flores y hierbas perennes han ayudado a ahogar la maleza más nociva de los cultivos y a secuestrar más carbono atmosférico, contribuyendo a paliar los efectos del cambio climático.

El 75 por ciento de los alimentos que se consumen dependen de la polinización, por ello proyectos como este apuestan por aumentar el número de abejas en los campos de cultivo para que las cosechas sean más estables y resistentes. “Si encontramos estrategias donde la producción agrícola y la conservación de los polinizadores vayan de la mano, en España hay más de 1.000 especies de abejas silvestres dispuestas a ayudarnos”, defienden desde la Asociación Abejas Silvestres.

En riesgo de extinción

Los polinizadores están en peligro de extinción por la pérdida de hábitat, la escasez de alimentos, el uso indiscriminado de pesticidas o el cambio climático. Por ello, HA-BEE-TAT trabaja para impulsar el cambio de esa tendencia en los campos de cultivo. Para ello sensibiliza a los agricultores sobre la importancia de las abejas silvestres, a través de recursos como la guía ‘Cultivando con polinizadores’ que ofrece consejos para plantar variedades de plantas autóctonas y proporcionar a estas especies una fuente continua de polen y néctar durante todo el año y proteger los nidos de las abejas silvestres que viven bajo tierra o en pequeñas oquedades de la madera.

En esta iniciativa para la repoblación de las abejas también han participado asociaciones de agricultores y ecologistas como la Asociación para la defensa vegetal (ADV) de Lleida, la Fundación Emys de Girona, el Grupo de estudio y protección de ecosistemas catalanes (GEPEC) de Tarragona o el Centro de educación en naturaleza Cal Coll de Barcelona.

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