Unidad de acción en el Tratado Global de los Océanos

Greenpeace reclama liderazgo conjunto a los ministros Planas y Ribera para proteger los océanos en Naciones Unidas

La organización ha entregado en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y en el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico las más de 200.000 firmas recogidas en España en respuesta a su petición para proteger los océanos.

Pilar Marcos, tras entregar las firmas en el registro de los ministerios.

17 Feb 2022 | Redacción | Soziable.es

Greenpeace ha presentado más de 200.000 firmas ante los ministerios de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) y de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) para exigir a sus responsables "unidad de acción" a la hora de impulsar un Tratado Global de los Océanos en la próxima reunión de la ONU, que tendrá lugar en marzo.

Las 200.000 firmas forman parte del total de cuatro millones que la ONG ha recogido en todo el mundo con el objetivo de proteger los océanos. Por su parte, los voluntarios activistas registraron las firmas en ambos ministerios y en el acto estuvieron acompañados por un reloj de arena de tres metros de altura y pancartas con el lema 'El tiempo se acaba para los océanos ¡Actúa ya!'.

Tras el parón de dos años producido por la pandemia de la COVID-19, 2022 es de nuevo "un momento crucial", pues en marzo de este año se retoman las negociaciones en Naciones Unidas de la cuarta y última ronda para formalizar un Tratado Global de los Océanos, que supondría la protección de las aguas en altamar. Un proceso que se inició hace 10 años y que, dada la emergencia climática y ambiental actual, "no puede demorarse más", según explica Greenpeace.

Los gobiernos se reunirán en la sede central de Naciones Unidas del 7 al 18 de marzo, con un borrador que presenta cuestiones clave sin resolver, por tanto, el compromiso y la representación diplomática al más alto nivel ministerial en Nueva York será clave para tener éxito en marzo. En este sentido, la ONG ha reclamado al ministro de Pesca, Luis Planas, y a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, "estar a la altura de las circunstancias con un acuerdo nacional conjunto para proteger los océanos".

Según ha declarado la responsable de Océanos de Greenpeace, Pilar Marcos, tras entregar las firmas en el registro de ambos ministerios, "aunque casi cuatro millones de personas en todo el mundo están demandando a los ministros un compromiso claro para dar forma al destino de los océanos, estas negociaciones tienen un perfil político muy bajo y aún no se le está dando la importancia diplomática internacional que se merecen". "Por eso hoy pedimos al Gobierno de España que intensifique su liderazgo político en las negociaciones”, ha aseverado

Cuestiones pendientes para el Tratado Global de los Océanos

Para la organización "es necesario" dotar de herramientas y presupuestos reales, "para que el Tratado no quede como una mera declaración de intenciones sin fundamento de gobernanza real". La clave, explica, está en resolver las siguientes cuestiones pendientes.

Entre ellas, apuntan a tener un mecanismo global para el establecimiento de una red de santuarios oceánicos bien gestionados, permitiendo así a la comunidad internacional cumplir el objetivo “30×30” (la protección del 30 % del mar antes de 2030) de acuerdo con las recomendaciones científicas y los crecientes compromisos políticos. Actualmente menos del 3 % de las aguas internacionales están protegidas. En este sentido, el Tratado debería otorgar autoridad a una Conferencia de las Partes (CoP) para poder gestionar la conservación, con un plan de manejo y medidas concretas.

Otra de las cuestiones que plantea es disponer, como “Constitución de los Océanos” similar a los Acuerdos del Clima, de mecanismos efectivos de toma de decisiones que impidan que algunos países bloqueen o retrasen decisiones, como ha pasado con la creación de Áreas Marinas Protegidas en el Ártico o la Antártida; al tiempo que regular actividades, como la pesca o la extracción de minerales, para gestionar las múltiples presiones a la que se enfrentan los océanos, teniendo en cuenta que España está dentro de los cinco países responsables del 90% del esfuerzo pesquero en aguas internacionales. 

También, establecer requisitos uniformes y actualizados de evaluación del impacto ambiental (EIA) y consulta ambiental para todas las actividades humanas propuestas. Para Greenpeace, si las EIA están realizadas por otras organizaciones regionales y sectoriales, siempre tienen que estar alineadas con las normas y los procedimientos de consulta del Tratado, como ocurre con la Autoridad Internacional del Suelo Marino (ISA) y la incipiente actividad de minería submarina.

Además, proponen reconocer que el Tratado mejorará, en lugar de invalidar, la capacidad del resto de organizaciones internacionales para salvaguardar la biodiversidad marina. Por ello, para superar el statu quo, los negociadores deben reconocer explícitamente que el Tratado Global de los Océanos tendrá su propia competencia para gestionar la biodiversidad en aguas internacionales. Y, por último, piden que no haya exclusiones en las especies marinas. Como componente principal de la biodiversidad marina, los peces no deben ser excluidos del nuevo Tratado, dice la ONG.

Según informa Greepeace, sus voluntarios continúan con la recogida de firmas para movilizar a la ciudadanía por la protección de los océanos y, al mismo tiempo, para documentar "la enorme presión industrial" que sufren los mares en tres zonas concretas de nuestro país: presión de la pesca industrial con barcos arrastreros en el puerto de Vigo; presión del aumento del tráfico marítimo en el Estrecho de Gibraltar; y presión de minería marina con petroleros atracados en Las Palmas.

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