Nueve países firman la ‘Declaración sobre los Niños, Niñas, Jóvenes y la Acción Climática’

"Hay niños que están muriendo por la crisis climática", denuncia un joven activista en la COP25

“¡Hay niños que están muriendo, gente que está muriendo! Por eso, os pedimos que por favor escuchéis a la ciencia, a los jóvenes y a los niños, para hacer un mundo mejor”. Así ha hablado en la COP25 ante varios ministros el activista irlandés de 17 años, Theo Cullen-Mouze, que parece haber tomado el testigo de Greta Thunberg a la hora de llevar la voz indignada de los jóvenes ante los líderes internacionales.

El activista irlandés Theo Cullen-Mouze, en su duro alegato a los políticos reunidos en la COP25

09 Dic 2019 | Ignacio Santa María | Soziable.es

"He venido a Madrid porque los adultos se están comportando como niños. Normalmente los adultos protegen a los menores, pero hoy por hoy los adultos hacen todo lo contrario", ha condenado Cullen-Mouze. "Hoy hay gente muriendo, niños muriendo. Os estoy pidiendo que escuchéis a los jóvenes y escuchéis a los científicos", con estas encendidas palabras se ha dirigido el joven activista climático irlandés a varios ministros y responsables de organismos internacionales en la cumbre del clima que se celebra en Madrid.

Ha sucedido en un evento de Alto Nivel organizado por Unicef en la conferencia climática con el fin de presentar la ‘Declaración sobre los Niños, Niñas, Jóvenes y la Acción Climática’ firmada por los gobiernos de Chile, Costa Rica, Fiji, Luxemburgo, Mónaco, Nigeria, Perú, Suecia y España en el marco de la COP25.

La directora global de comunicación de Unicef, Paloma Escudero, ha definido esta declaración como “un paso histórico hacia la aceleración de políticas climáticas inclusivas y receptivas para los niños, que protejan, respeten y cumplan los derechos de los más vulnerables de la sociedad y mejoren la participación de los jóvenes en las decisiones que les afectan”.

Bachelet: "Muchos jóvenes están furiosos por el fracaso de los líderes de gobiernos, empresas e instituciones que no actúan"

El acto fue introducido por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien advirtió que muchos jóvenes están furiosos por el fracaso de los líderes de gobiernos, empresas e instituciones, que no actúan ante lo que todo el mundo puede ver: que el cambio climático está fuera de control destruyendo vidas y ecosistemas”. Por ello, defendió el derecho de los niños y jóvenes a participar en las decisiones de acción climática en todos los niveles”.

Después de entabló un debate abierto entre jóvenes activistas procedentes de Costa Rica, México, Noruega, España y Zimbabwe y ministros de los países firmantes de la citada declaración, que fue moderado por Mary Robinson expresidenta de Irlanda y presidenta de The Elder, un grupo de influyentes exmandatarios.

Seis activistas para seis ministros

Los jóvenes Theo, Pablo, Camila, Penélope, Nkosi y Sara pudieron expresar sus reivindicaciones y hacer preguntas a los ministros de los gobiernos de los países que se han adherido a la declaración.

Penelope y Nkosi incidieron en que hay una conexión de solidaridad entre los jóvenes que han llegado de países muy diferentes: “Venimos aquí como ciudadanos globales. Tenemos diferencias, pero la crisis climática es un problema global, es un problema de todas las personas, de todos los países, lenguajes, culturas y religiones, de todas las posiciones políticas. Lo que pido es que tratemos de resolver estas diferencias y busquemos juntos la solución”. 

La ministra de Perú cree que la batalla no es entre jóvenes y adultos, sino entre personas comprometidas con el clima y aquellas que no lo están

Uno de los momentos más intensos del debate fue la discusión entre la activista Camila, de México, cuando le espetó a la ministra de Medio Ambiente de Perú, Fabiola Muñoz: “No necesitamos que nos incluyan en foros para seguir hablando, necesitamos que nos den herramientas para actuar”. Muñoz ha contestado que esto no es tanto un problema que enfrenta a jóvenes y adultos sino que a gente comprometida con el clima y gente a la que no le preocupa, y estos dos grupos están en todas las generaciones.

A juicio de Muñoz, hay que superar la dialéctica de "los adultos no nos entienden o que los jóvenes no nos entienden". Según la ministra peruana de Medio Ambiente, "Ambas partes podemos establecer estrategias para trabajar juntos, luego tendremos que ver cómo empezamos a hacerlo”, manifestó Muñoz. A lo que Sara, activista costarricense, le respondió: “Si quieren abrir estos espacios y encontrar a jóvenes comprometidos busquen a quienes ya llevan años trabajando en esto”.

¿Qué haría usted si la nombraran ministra?

Carlos Manuel Rodríguez, ministro de ambiente y energía de Costa Rica, parece que ha puesto en un aprieto a la joven activista y compatriota suya cuando le ha preguntado: “¿Cuáles serían su prioridaes si la nombraran ministra del ramo?”

Pero a Sara no le ha temblado la voz y ha respondido con gran decisión: “Trabajar en la educación porque así llegaríamos a los colectivos más vulnerables y podríamos informarles sobre el cambio climático, porque muchas personas no saben qué esas consecuencias que ya están viviendo son por este motivo y se están quedando fuera. Incluiría a esas bolsas de población que se están quedando fuera”.

"Este es un problema que afecta a personas de todos los países, lenguas, culturas y religiones; Luchemos juntos", dice una joven activista

Pablo, activista español, ha hecho un llamamiento a los dirigentes políticos: “Estamos en la calle jugándonos nuestro futuro y merecemos que nos escuchen”. y ha llamado la atención sobre la brecha que pueden abrir algunas medidas a favor del clima porque quizás no sean inclusivas.

El representante de Fridays for Future pone como ejemplo del tren de alta velocidad (AVE): “Cuando el presidente, Pedro Sánchez, inauguró el AVE a mi ciudad, Granada, dijo que era el medio más ecológico de viajar, pero el problema es que el billete cuesta 120 euros, así que no puede ser un transporte ecológico para los jóvenes porque no se lo pueden costear”. 

Por su parte, la ministra española de Educación en funciones, Isabel Celáa, defendió que “el cambio climático no es una amenaza sino una oportunidad de cambiar nuestro modelo económico, nuestro modo de vida”.

El acto fue cerrado por una enardecida intervención del relator de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Medio Ambiente, David Boyd, que concluyó animando a todos los asistentes a gritar repetidas veces: "¡¿Qué es lo que queremos?! ¡Justicia climática! ¡¿Cuándo lo queremos?! ¡¡Ya!!"

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