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Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

10 trucos para no tirar comida en casa

Cada año, millones de toneladas de alimentos terminan en los vertederos, contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y al desperdicio de recursos naturales como el agua y la energía. Adoptar prácticas de consumo responsable, como planificar las compras y aprovechar las sobras, puede ayudar a reducir este desperdicio y promover un uso más sostenible de los recursos. Aquí te damos 10 trucos para tirar menos basura.

Cada año, se desperdician en todo el mundo 1.300 millones de toneladas de comida.
Cada año, se desperdician en todo el mundo 1.300 millones de toneladas de comida.

El desperdicio de comida es un problema creciente que afecta a todos los rincones del mundo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierde o se desperdicia cada año. Esto equivale a cerca de 1.300 millones de toneladas de comida, suficiente para alimentar a millones de personas que padecen hambre.

En España, gran parte del desperdicio ocurre en los hogares y en los puntos de venta, debido a la sobrecompra, la mala planificación de las comidas y la confusión sobre las fechas de caducidad. 

El impacto del desperdicio de comida no es solo económico, sino también ambiental. La producción de alimentos consume grandes cantidades de recursos naturales, como agua y energía, y, cuando los alimentos se desperdician, estos recursos se pierden. Además, los alimentos desechados generan emisiones de gases de efecto invernadero al descomponerse en los vertederos.

Reducir el desperdicio de comida en nuestro día a día es más sencillo de lo que parece y puede tener un gran impacto. Aquí os dejamos una serie de recomendaciones para desperdiciar la menor cantidad de comida posible.

Planificar las comidas

Planificar las comidas con antelación ayuda a comprar solo lo necesario y a evitar la compra impulsiva. Al crear un menú semanal, se puede elaborar una lista de compras precisa que incluya solo los ingredientes que realmente se necesitan. Esto no solo reduce el desperdicio de comida, sino que también puede ahorrar tiempo y dinero.

Además, la planificación de comidas permite aprovechar mejor los ingredientes que ya hay en casa. De esta forma, se pueden organizar las comidas de manera que se usen primero los productos que están más cerca de su fecha de caducidad. También se pueden planificar recetas que utilicen ingredientes similares para asegurarse de que todo se consuma antes de que se eche a perder.

Revisar la despensa y el refrigerador

Antes de ir al supermercado, conviene dedicar unos minutos a revisar la despensa y el refrigerador. Esto ayudará a evitar comprar productos que ya se tiene y a asegurar de que se usan primero los alimentos que están más cerca de su fecha de caducidad.

Mantener un inventario actualizado de los alimentos también puede ayudar a planificar mejor las comidas y a reducir el desperdicio. Puedes se pueden usar etiquetas o notas adhesivas para marcar las fechas de caducidad y asegurarte de que consumes los productos a tiempo.

Almacenar correctamente

El almacenamiento adecuado de los alimentos es clave para prolongar su frescura y evitar el desperdicio. Por ejemplo, las frutas y verduras deben guardarse en lugares adecuados: algunas en el refrigerador y otras a temperatura ambiente. También es importante almacenar los alimentos en recipientes herméticos para mantener su frescura.

Conocer las mejores prácticas de almacenamiento para diferentes tipos de alimentos puede hacer una gran diferencia. Por ejemplo, las hierbas frescas pueden durar más tiempo si se guardan en un vaso con agua en el refrigerador, y los productos horneados pueden mantenerse frescos si se almacenan en un lugar seco y fresco.

Caducidad

Más común de lo que pudiera parecer es confundir las fechas de ‘consumo preferente’ con las fechas de caducidad. La fecha de consumo preferente indica hasta cuándo el producto mantendrá su mejor calidad, pero no significa que sea inseguro consumirlo después de esa fecha. Por otro lado, la fecha de caducidad indica hasta cuándo el producto es seguro para el consumo.

Aprender a interpretar correctamente estas fechas ayudan a reducir el desperdicio de alimentos. Si un producto ha pasado su fecha de consumo preferente pero aún huele y sabe bien, probablemente sea seguro consumirlo. Sin embargo, siempre es importante usar el sentido común y desechar cualquier alimento que parezca estar en mal estado.

Usar las sobras

Las sobras pueden ser una excelente base para nuevas comidas creativas. Por ejemplo, el arroz sobrante puede convertirse en un delicioso arroz frito, y las verduras cocidas pueden usarse para hacer una sopa o un guiso. Aprovechar las sobras no solo reduce el desperdicio de comida, sino que también puede ahorrarte tiempo en la cocina.

Además, es aconsejable planificar las comidas de manera que las sobras se conviertan en parte del menú semanal. Por ejemplo, si se cocina una gran cantidad de pollo, se puede usar en diferentes recetas a lo largo de la semana, como ensaladas, sándwiches o tacos.

Congelar alimentos

La congelación es una excelente manera de prolongar la vida útil de los alimentos y evitar el desperdicio. Los alimentos que no se van a consumir de inmediato es mejor congelarlos para usarlos más adelante. Esto es especialmente útil para productos perecederos como carnes, panes y frutas.

Al congelar alimentos, hay que asegurarse de etiquetarlos con la fecha para saber cuánto tiempo han estado en el congelador. También es útil dividir los alimentos en porciones más pequeñas antes de congelarlos, para que se puedan descongelar solo la parte que se necesite en lugar de todo el paquete.

Comprar lo necesario

También es aconsejable evitar las compras impulsivas y adquirir solo lo que realmente se necesita. Hacer una lista de compras basada en un menú semanal puede ayudar a evitar comprar en exceso. También es útil no ir al supermercado cuando uno tiene hambre, ya que esto puede llevar a comprar más de lo necesario. Además, esta actitud ahorra dinero. 

Organizar el refrigerador

Mantener el refrigerador organizado es clave para consumir los alimentos antes de que se echen a perder. Para ello, se deben colocar los alimentos más antiguos al frente y los más nuevos al fondo, para asegurarse de que se consumen primero los productos que están más cerca de su fecha de caducidad.

También es útil mantener diferentes áreas del refrigerador para diferentes tipos de alimentos. Por ejemplo, puedes dedicar un estante a las sobras, otro a los productos lácteos y otro a las frutas y verduras. Esto ayudará a encontrar lo que se necesita más fácilmente y a que los alimentos se olviden en el fondo del refrigerador.

Aprovechar todo

Para reducir el desperdicio hay que utilizar todas las partes comestibles de los alimentos. Por ejemplo, las hojas de las zanahorias pueden usarse para hacer pesto, y las cáscaras de las patatas pueden hornearse para hacer chips. Este tipo de actuaciones, no solo reduce el desperdicio sino que también puede añadir variedad y sabor a las comidas.

Además, se pueden usar los restos de alimentos para hacer caldos y sopas. Las cáscaras de las verduras, los huesos de pollo y otros restos pueden hervirse para hacer un caldo nutritivo y sabroso.

Donar alimentos

Cuando se tienen productos no perecederos que no se van a utilizar en las comidas es mejor donarlos a bancos de alimentos o a organizaciones benéficas. Muchas personas en la comunidad pueden beneficiarse de estos alimentos, y donar es una excelente manera de reducir el desperdicio y ayudar a quienes más lo necesitan.

Antes de donar, hay que asegurarse de que los productos estén en buen estado y dentro de su fecha de caducidad.