
A través de un Programa de Emergencias que acaba de lanzar en Siria, Aldeas Infantiles SOS atenderá a cerca de 25.000 niños, niñas, adolescentes y a sus familiares en Alepo y su periferia. El objetivo prioritario de la organización es garantizar su supervivencia y protección y evitar la separación de padres e hijos, apoyando a las familias durante esta crisis humanitaria.
En una segunda fase del proyecto, que se ejecutará durante tres años, se trabajará para mejorar las condiciones de vida de las familias, ayudándoles a desarrollar sus habilidades parentales y su capacidad para ofrecer a sus hijos e hijas entornos protectores. Esta segunda fase tiene un importante componente comunitario y de reconstrucción.
Cientos de familias de Alepo y la zona circundante han visto desaparecer sus hogares. El número de víctimas mortales continúa aumentando y muchos niños y niñas han perdido al menos a uno de sus progenitores o a ambos. Tal y como explican desde la organizacióbn, "los niños y las niñas son los más vulnerables durante las emergencias y en Aldeas Infantiles SOS queremos garantizar que no estén solos. Desde que se produjo la catástrofe, hemos estado trabajando día y noche en intervenciones humanitarias inmediatas para apoyar a los niños, niñas y familias afectadas; hemos colaborado con aliados en terreno para aliviar el sufrimiento de la población y ahora damos continuidad a esta labor con este Programa de Emergencias“.
A través de este programa, se proporcionará apoyo psicológico y social, ayuda en efectivo, vales para comida, espacios seguros para los niños y niñas y refuerzo educativo, entre otros servicios. “Nuestra prioridad es reunir a los niños y niñas no acompañados con sus familias tan pronto como sea posible. Invertimos importantes recursos para buscar a las familias y mediar en la reunificación“, aseguran fuentes de Aldeas Infantiles SOS.
La organización alerta de que las violaciones de los derechos de los niños y las niñas en Alepo ha sido una preocupación constante durante los 12 años de conflicto y continúa siéndolo, una situación que se ha visto agravada por el terremoto. La violencia contra la infancia es una realidad y se manifiesta en forma de abusos, abandono, reclutamiento y explotación de niños y niñas por todas las partes en conflicto, incluido el uso de la violencia sexual y los ataques contra escuelas y hospitales.